abril 18, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas, basadas en hechos reales.

Diario de un instalador de cámaras de seguridad (parte 2)

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 4 segundos

Lunes 9 de enero

Después de la semana anterior, en la que JM torturó con cosquillas a su clienta, la gerente de una empresa; siguió recibiendo llamadas de posibles nuevos clientes para instalar cámaras y/o alarmas.

Ese lunes 9 de enero recibió una llamada de un hombre, donde le solicitaba ir a su casa a colocar alarma de seguridad, debido a que viajaba con frecuencia por trabajo y su esposa quedaba sola en casa. JM llegó a la dirección que el cliente le entregó, se presentó con el hombre y juntos recorrieron la casa, de aproximadamente 240 mts cuadrados.

La casa constaba con 3 plantas, 5 habitaciones, 1 estudio y 3 baños, además de la sala, el comedor, la cocina, una terraza exterior en el piso 3 y una terraza interior en el piso 1, y como dato final una piscina en el patio trasero.

El hombre le informó que quería colocar sensores en casi todos los lugares de la casa donde hubieran puertas y ventanas, además de querer monitorear la alarma desde su teléfono móvil.

JM recogió los requerimientos y se marchó del sitio.

Martes 10 de enero

Al día siguiente de la visita donde el cliente, JM lo llamó y le indicó el precio de la alarma, con los sensores y la instalación. El cliente aceptó los términos y JM se dirigió nuevamente al lugar de residencia del cliente.

Ese mismo día el cliente le informó que debía salir de viaje por una semana, tenía vuelo a las 7 de la noche y quería dejar la alarma configurada. JM le indicó que iba a hacer todo lo humanamente posible para terminar antes que saliera para el aeropuerto; sin embargo, las cosas no salieron como se planearon y el cliente se fue para el aeropuerto sin poder llevarse configurada la aplicación en su teléfono móvil.

Mientras trabajaba en la instalación de los sensores, el cliente le presentó su esposa a JM. De acuerdo a la información suministrada por JM, la mujer tenía unos 35 años, era de cabello entre color miel y negro (posiblemente tinturado), delgada, ojos café, tez clara y de aproximadamente 1,69 mts de estatura.

JM siguió con su trabajo y al finalizar la instalación, le dio su número de teléfono a la esposa del cliente para que lo llamara en caso de algún incidente. Le configuró la aplicación en su teléfono móvil y se marchó.

Esa misma noche en su casa mientras descansaba en la habitación, decidió comenzar a «jugar» con los sensores de la alarma que había instalado ese día.

Hizo sonar un par de veces la alarma, activando varios sensores de manera remota. No pasaron ni 10 minutos, cuando la esposa del cliente lo estaba llamando a su celular. Eran las 8:30 de la noche.

Esposa del cliente: hola JM, disculpa que te llame a esta hora son Paula, la esposa del señor Sánchez, donde instalaste la alarma el día de hoy. Te comento que esa alarma se ha activado como 4 o 5 veces en los últimos 10 minutos y me está estresando. Podrías venir a solucionar eso por favor?

JM: si quiere paso mañana temprano y le soluciono. Estoy lejos de donde usted vive y me demoraría mucho tiempo en llegar.

Esposa: mira, ven rápido. Si quieres te pago el taxi y te pago por el servicio.

JM: esta bien, ya salgo para allá.

Demoró unos 45 minutos en llegar a la residencia del cliente. La señora Sánchez estaba en pijama y descalza cuando le abrió la puerta. JM entró, miró a la señora Sánchez de pies a cabeza, como haciendo un escaneo completo de su cuerpo, al estilo terminator.

Se dirigió justo al panel de la alarma para verificar los log y detectar cuales fueron los sensores que se activaron. Él ya sabía cuales eran, porque los había activado remotamente desde su teléfono móvil. Mientras estaba verificando el log, activó el sensor de la habitación principal, a lo que la señora Sánchez le recriminó.

Esposa: ves? Es el sensor de la habitación principal.

JM: esta bien señora Paula, debo ir a revisar, me permite?

Esposa: si adelante.

JM se dirigió detrás de la esposa del cliente para revisar los sensores ubicados en las ventanas de la habitación, mientras que la señora Paula lo miraba «trabajar», ella se recostó en la cama dándole la espalda. Estaba descalza y las plantas de los pies daban justo hacia donde trabajaba JM.

Mientras hacía que revisaba los sensores veía de reojo las plantas de los pies de la señora Paula, así que para llamar la atención de la esposa del cliente y también verificar si era cosquillosa, decidió pasarle los dedos de su mano por la planta del pie.

JM: (moviendo los dedos sobre la planta del pie de la señora Paula) señora Paula puede verificar el sensor en el celular?

La señora Paula, movió sus pies tratando de evitar el cosquilleo y soltó una carcajada.

Esposa: jajajaja… tengo cosquillas.

Esa frase fue todo para JM, ser fetichista de pies y cosquillas, complementaba todo en su vida. Ya sabiendo que la señora Paula era cosquillosa en los pies, lo demás vendría por si solo. Así que únicamente tendría que idear algún tipo de plan para hacerle más cosquillas en los pies y en otras partes del cuerpo.

JM: oops, perdón. Podría verificar por favor?

La señora Paula quedándose en la posición en la que estaba, únicamente verificó en su aplicación el estado de los sensores, mientras JM hacía movimientos cerca  los sensores instalados en la ventana.

Esposa: parece que están bien.

JM decidió animarse a hacerle cosquillas nuevamente a la señora Paula en sus pies, así que movió nuevamente sus dedos sobre las plantas vulnerables de la esposa del cliente.

JM: (mientras mueve rápidamente sus dedos sobre las plantas de la señora Paula) Podemos decir que quedó bien configurado.

La señora Paula, nuevamente movió los pies y volvió a soltar una carcajada.

Esposa: jajajajajaja

Esta vez no dijo nada de ser cosquillosa, solo soltó una carcajada.

JM al ver la reacción, decidió ser más directo y rápidamente tomó ambos pies de la señora Paula y comenzó a hacerle cosquillas.

JM: es cosquillosa señora Paula? -Decía mientras rascaba las plantas de los pies de la señora Paula-

La señora Paula lo único que pudo hacer fue reír a carcajadas y suplicar, mientras trataba de sacar los pies de la llave que le había hecho JM con sus brazos.

JM estaba en un trance y no escuchaba las súplicas de la señora Paula. Lo único que escuchaba eran sus risas y se concentraba en el movimiento de los pies intentando huir mientras eran cosquilleados por sus dedos. JM salió del trance porque le timbró el celular, así que soltó los pies de la señora Paula.

Justo en ese momento, la señora Paula se sentó en su cama y se levantó lo más rápido que pudo.

Esposa: jajaja, soy muy cosquillosa en los pies. Que locura eso. Nadie me había tomado los pies así para hacerme tantas cosquillas, ni siquiera mi esposo me había hecho eso.

JM solo pudo decir una breve frase.

JM: lo siento señora Paula, no lo pude evitar.

La señora Paula le pidió que se retirara porque ya era tarde, a lo que JM decidió irse con su objetivo cumplido.

Continuará…

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