abril 24, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

En el cine (Fanfiction)

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 11 segundos

Ser cosquilleado por un desconocido es una fantasía muy común entre nuestros seguidores así que nos inspiramos en ella para escribir la siguiente historia. Esperamos la disfruten.

Cuando abrí los ojos eran las 9:45 de la mañana, brinco de la cama y me doy cuenta de que con suerte llegaré a la tercera clase. Los trabajos de final de semestre son horribles y más cuando tus compañeros de equipo se emborracharon el fin de semana y te dejan sola para hacer el trabajo de cuatro personas. Entro en la ducha y me quedo inmóvil debajo del chorro de agua caliente por unos minutos. Estoy exhausta, de verdad no quiero ir al colegio el día de hoy. ¿Qué mas da si me tomo el día libre? Después de todo el trabajo está casi terminado, lo hice sin la ayuda de nadie y la entrega es el Miércoles. ¡Que mis compañeros terminen lo que hace falta!
No puedo quedarme en casa ya que mi madre es muy especial con lo que respecta a las responsabilidades escolares. Me pondré mi uniforme y saldré como si fuese al colegio pero iré a divertirme por ahí. Salgo de la ducha y veo mi uniforme colgado en una silla, me quito la toalla y me miro al espejo, ¡vaya! en verdad no se porqué teniendo este físico aún no consigo novio, algunas de mis compañeras no tienen este cuerpo y tienen novios muy guapos.
Termino de vestirme y mientras me abrocho las zapatillas pienso, ¿qué películas habrá en el cine? hace mucho que no voy. Cine… ¡Perfecto! eso haré el día de hoy. Me tomo sólo un vaso con leche y me llevo una fruta para comer en el camino.
Llego a la plaza comercial más cercana a las 11:30 de la mañana y después de leerme toda la cartelera decido comprar un boleto para una comedia romántica. Con mi refresco y palomitas de maíz entro a la sala que se encuentra a medias luces. La sala está prácticamente vacía, era de esperarse, ¿quién pensaría en ir a ver una película un Lunes por la mañana?
Como la sala está vacía puedo elegir el asiento que me plazca. Elijo un lugar del centro y me siento con los pies apoyados en el asiento de enfrente. No pienso quitar los pies de aquí, estoy segura de que si llega más gente podrán encontrar lugares de sobra donde sentarse. Las luces comienzan a bajar hasta quedar totalmente oscuro, la película esta por comenzar. Mis palomitas aún están calientes, tomo unas cuantas y le doy un sorbo a mi bebida helada.
En la completa oscuridad decido deslizar uno de mis pies entre los asientos delanteros para relajarme, cierro los ojos y me digo a mi misma que debería hacer esto más seguido.
Abro los ojos al darme cuenta que te sientas delante de mi, justo a lado de mi pie. Mi primer pensamiento es quitar el pie pero luego decido dejarlo ahí con la esperanza de que te muevas a otro asiento, ¿por qué estando la sala prácticamente vacía elegiste ese lugar? Estoy demasiado cómoda como para moverme.
La película comienza. A los pocos minutos me sorprende un suave roce de tus manos sobre mi tobillo, muevo mi pie un poco para acomodarlo pero lo mantengo allí. Mi interés en la película se desvía un poco para mirarte, sin embargo, no puedo ver casi nada de tu persona ya que la luz no ayuda en lo absoluto; únicamente por tu cabello y tu perfume puedo saber que eres una chica.
No le doy mayor importancia y regreso la mirada a la película.
Mi concentración en la película era absoluta cuando repentinamente siento que trazas una línea sobre mi tobillo una vez mas, esta vez no hago ningún movimiento esperando que te des por vencida así que vuelvo a concentrarme en la película, no obstante, tus dedos siguen acariciando mi tobillo y una sensación extraña comienza a correr por mi pierna hasta mi abdomen. Mis intentos por concentrarme en la película son tan grandes que nunca sentí cuando desabrochaste mi zapatilla y una exclamación de sorpresa sale de mi boca cuando de pronto siento la frescura en el pie que se libera de la calidez de mi zapatilla.
Creo que es hora de sacar el pie de ahí y cambiarme de lugar, sin embargo, siento como tu brazo captura mi pie y mi corazón se acelera al mil. La sensación de tus dedos acariciando la planta de mi pie me hace saltar y el movimiento que haces desde el talón hasta la base de los dedos de mi pie me hace reír.
Sí, los pies son la zona más cosquilluda de mi cuerpo.
Por favor, ¿qué haces?, detente, logré susurrarte. Tu respuesta a ello fue tirar de mi calceta y observo que poco a poco mi pierna queda desnuda de la rodilla hacia abajo. Comienzas a acariciarme los dedos del pie y yo comienzo a retorcerme, no puedo contener mi risa que ni si quiera concuerda con los momentos graciosos de la película.
¿La poca gente que hay en la sala se dará cuenta de lo que esta sucediendo?
Con el pie desnudo descubro que tienes las uñas largas y una vez mas me haces cosquillas desde el talón hasta la base de los dedos y de regreso. Yo río abiertamente y te detienes para darme un respiro.
Comienzas de nuevo trazando una línea sobre la planta de mi pie, suelto un pequeño gemido y alcanzo a escuchar un muy bajito “shhhh” que viene de ti. Comienzas a darme un masaje que me relaja bastante, uno por uno, estiras los dedos de mi pie, eres una experta en lo que me haces y logras que me funda a mi asiento.
De pronto, una de tus manos toma mi dedo gordo del pie y lo empuja suavemente hacia atrás, dejando el arco de mi pie completamente extendido y comienzas a hacerme cosquillas una vez más. Todo lo que puedo hacer es reír y retorcerme, estoy casi fuera de control y de vez en cuando me animo a pedirte misericordia. A veces me haces sólo con uno de tus dedos que después se convierten en cinco, y yo, fuera de mi mente no se cuánto tiempo mas pueda soportar tus cosquillas, me haces sentir como una niña indefensa. No debí tomar tanto refresco, mi vejiga comienza a pedirme ir al baño.
Inesperadamente, inclinas la cabeza hacia abajo y metes el dedo gordo de mi pie en tu boca para chuparlo. Las caricias de tu lengua, el roce de tus dientes y tus dedos en la planta de mi pie me llevan al abismo. Estoy al borde de la locura, sin embargo, de la nada te detienes, pones mi calceta en su lugar y colocas de nuevo la zapatilla en mi pie. Yo me dejo caer en mi asiento y mi respiración empieza a normalizarse.
Te pones de pie y sales tan silenciosa como llegaste, yo estoy demasiado débil como para si quiera preguntar tu identidad. Me quedo en la sala el resto de la película sin poner mucha atención y cuando la película finaliza decido quedarme a ver los créditos para evitar miradas indiscretas. Unos minutos más tarde las luces por fin se encienden y me doy cuenta de que la calceta está puesta al revés y me quito la zapatilla para acomodarla. Dentro de la zapatilla descubro que hay una nota y tu número telefónico.
Creo que te llamaré mas tarde, pero por lo pronto es hora de ir a casa.
Fin.

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