Serie con enfermeras (parte 1)

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Empiezo una nueva serie con enfermeras y para eso nuestra primera protagonista de esa serie es Carolina, una atractiva enfermera de 29 años de edad y extremadamente cosquillosa, sobre todo en las plantas de los pies.

Coloqué un aviso clasificado, en el cual solicitaba una enfermera graduada para colaborar en mi consultorio, se postularon varias mujeres, entre ellas llegó Carolina. Ella es una mujer atractiva de 29 años de edad, enfermera profesional. Tiene cosquillas en todo su cuerpo, sin embargo, para mi fortuna, es extremadamente cosquillosa en los pies, sobre todo en las plantas. En esa parte de su cuerpo no soporta el más mínimo roce o tacto.

El día de la entrevista y la prueba de cosquillas, Carolina se presentó muy puntual. Llegó con una chaqueta negra y debajo de esta una camiseta también de color negro, jean y zapatos tenis negros. Comenzamos la entrevista y conversamos de muchos temas al respecto como experiencia, estado civil, entre otras cosas.

Para verificar si tenía cosquillas o no me levanté de mi silla y me dirigí por la parte trasera de la silla donde ella estaba sentada, me hinqué un poco y con las puntas de mis dedos índices, le «puyé» la cintura en ambos lados, con el fin de ver su reacción, la cual no se hizo esperar, dio un pequeño salto y estalló en risas, exclamando que tenía cosquillas.

Yo: wow, eres cosquillosa.

Carolina: soy demasiado cosquillosa.

Acto seguido, comencé a hacerle cosquillas en la cintura, costillas, axilas, y cuellos, Carolina lo único que hizo fue reír a carcajadas.

Carolina: jajajaja… jajajajajaja… jajajaja… jajajajajaja…

Dejé de hacerle cosquillas cuando vi que no podía más.

Yo: de verdad que eres muy cosquillosa.

Carolina: si, yo tengo muchas cosquillas en todos lados.

Yo: eso veo, ahora la pregunta sería: en dónde no tienes cosquillas?

Carolina: la verdad no se.

Yo: bueno, y en los pies tienes cosquillas?

Carolina: en los pies soy muy cosquillosa. El otro día mi hermano me agarró los pies y comenzó a hacerme cosquillas, únicamente me soltó hasta que me vio morada de tanto reírme.

Yo: entonces tienes más cosquillas en los pies.

Carolina: arto (mucho).

Me agaché en ese momento y le tomé el pie derecho, por más que ella aplicara fuerza para evitar que le levantara el pie y suplicara, al final logré hacerlo.

Carolina: no por favor, en los pies no por favor, tengo demasiadas cosquillas ahí.

Yo: veamos que tan cosquillosa eres en los pies.

Le quité el tenis y la media (calcetín) y comencé a pasarle los dedos por la parte de arriba del pie y por los tobillos. Carolina movía su pie y soltaba risas suaves y leves.

Carolina: jijiji… jijijiji…

Yo: ah pero las puedes controlar.

Carolina: en esa parte del pie si.

Yo: ah ya y entonces dónde no las puedes controlar?

Carolina: en la parte de abajo, soy muy cosquillosa, demasiado diría yo.

Lo peor para Carolina fue haberme dicho eso, además ya sabía que seguramente la planta era su punto débil, así que giré mi mano y comencé a hacerle cosquillas en la planta de su pie derecho, en ese momento estalló en risas a carcajadas, mezclada de gritos y alaridos.

Carolina: jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajaja…

Carolina comenzó a mover su pie intentando huir de las cosquillas, así que en medio de la confusión le levanté su pie izquierdo y rápidamente le quité el zapato y la media para también hacerle cosquillas al mismo tiempo que al pie derecho. Tenía ambos pies de Carolina agarrados con mi brazo izquierdo haciéndoles una llave, mientras que con mi mano derecha le hacía cosquillas en ambos pies. Las cosquillas duraron aproximadamente unos 20 minutos y después de eso Carolina se colocó sus medias y zapatos y continuamos con la entrevista, sin embargo, acordamos en repetir la sesión, pero esta vez sería mucho más tiempo.

Espero que les haya gustado esta primera parte y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

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