abril 26, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Las cosquillas de Zen (fanfiction)

Tiempo de lectura aprox: 5 minutos, 25 segundos

Esta vivencia me ocurrió precisamente apenas hace rato cuando me dispuse a dar una vuelta para matar el calor que sentía en casa. me dispuse a visitar a mi amiga Bere para ver que había de nuevo en su vida y de paso, ver si podía acariciar sus pies acanelados y divertirnos un rato. camino a su oficina me encontré con ella, y aunque traia unas sandalias que dejaban ver sus pies medianos, me contó que iba de salida y que no tenía tiempo de platicar…quizas en otra ocasión.

Me dirigía a casa de regreso, más fresco y relajado, cuando me pitó un auto compacto en el semáforo. Pensé que sería un transeúnte majadero que sólo buscaba problemas, pero al bajar el vidrio me encontré con que era mi amiga Zen, la cual tenía mucho tiempo de no ver. Me abrió la puerta de su auto invitándome a pasar y arrancó. platicamos durante un par de horas, mientras ella me actualizaba acerca de su vida y á su vez, yo de la mía. Me contó muy fascinada que estaba pronta a ser Mamá, aunque realmente no se le notaba para nada que llevaba algunos meses de embarazo.Estaba oscureciendo, y aunque ella vive muy cerca de mi casa yo debía regresar para arreglar unos pendientes, así que estacionó su auto afuera de su casa y decidimos platicar otro rato más.

Zen se veía extraña esta noche… no es fea, de hecho su piel cobriza luce mucho de noche, y su cabello corto la hacía verse más niña. Sus dientes grandes eran lo que más notaba en esa boca de lobo, eso y algo más…al estirarse noté que llevaba un pescador de mezclilla que dejaba ver sus muy bien trabajadas piernas morenas, resaltadas por el único rayo de luz que entraba al auto. Además de su color tan precioso de piel y su hermosa anatomía, vi con entusiasmo que traía calzados unos tenis de lona blancos, que ya usaba desde los años de la carrera, y que tienen el talón descubierto: no usaba calcetas, por lo cual sus talones amarillentos se asomaban coqueta, casi tímidamente por el calzado. Sus pies son muy pequeñitos, como del 2 y medio, pero el diferenciar esos colores en la oscuridad, los vidrios cerrados y la sudadera que traía yo puesta me abochornaron, mi cara se puso roja cual llama de belcebú y me decidí a buscar un truco para acercarme a esas lindas extremidades…

Anteriormente Zen no se dejaba descalzar los pies, pues sabe que soy muy juguetón con ellos, y al notar que yo no dejaba de ver su talón iluminado y por lo tanto resaltado, lo escondió y se me quedó viendo muy chistoso.
-Oye Zen, no se te han hinchado los pies por el embarazo?-
-No, la verdad no. me he cuidado mucho y trato de no comer sal para evitar eso.-
-A ver, préstame un pie para ver vale?- insistí, para poder tocarla.
-No! como crees? ya te conozco.- dijo ella sonriendo, leyendo tal vez mi mente con respecto a lo que quería hacer.

Debí idear algo…un plan seguro para poder acariciar ese pequeño trozo de gloria que me estaba negando. además, después de la frustración pasda con Bere debía retribuir mis crapulencias. De pronto se me ocurrió algo…
-Anda, préstame tu pie niña! te voy a leer la planta del pie para saber si vasa tener un niño o una niña!!- dije muy convencido de cada palabra, y con gotas de sudor recorriendo mi espalda. Su cara cambió y sonrió, dejándome ver sus piezas dentales hasta sus desarrollados colmillos.
-De veras puedes leer en mis pies si va a ser niña o niño?- me preguntó, y noté que estiró y contrajo su pierna, en señal de que se estaba descalzando el pie derecho.
-Cómo le haces?-
Al ver que había caído en mi juego, traté de mantener la compostura y le dije, tratando de evitar una sonrisa que se me escapó sin poder hacer nada.
-Pues…préstame lo y sabrás. aunque no te puedo revelar mi secreto, porque si no, ya no sería secreto. Pongamos simplemente en que voy a adivinar de acuerdo a tu tacto-
Acto seguido, ella se quitóel cinturón de seguridad, se acomodó y alzó con trabajo su pierna derecha para colocar su pie desnudo frente a mi, sobre mis piernas.
-Ja,ja!! me estorba ya la panza!!- dijo Zen riendo, debido al trabajo que le costó levantar su pierna.
Me quedé sin habla, sólo me acerqué al pie. acerqué la faz lo más posible, y como caido del Cielo, un taxi se estacionó delante de nosotros, cuya luz se coló dentro del vehículo y pude notar los colores de ese pequeño pie. Olía un poco, debido a la lona y al calor, pero era un aroma dulce, como el de los pasteles recién echos. Dicho aroma aumentó cuando tomé sus dedos regordetes y los separé, encontrando varias pelusas entre ellos. Las etiré poco a poco, y fué cuando Zen empezó a reir.
-Ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja!!! yaaaa!! siento cosquillitas!!-
Se movía mucho, pero su pie estaba inmóvil, pues de veras su pancita le estorbaba para moverlo. Solamente los dedos se abrían y cerraban, y la planta se contraía y expandía con cada risa que ella soltaba.
-Si te ries pierdo la concentración Zen! así que deja que trabaje.-
segui pellizcando sus dedos, y metiendo los mios entre los suyos, jugando, y ella seguía riendo, tapándose la boca para no hacer ruido.
-Ji,ji,ji,ji,ji,ji,ji,ji,ji!! es que tus manos se sienten muy chistosas, ja,ja!!-
yo casi lloraba de la alegría…y eso que ni siquiera le estaba haciendo cosquillas como debía. Zen resultó bastante cosquillosa des´pués de todo.
Empecé a pasar mis dedos por debajo de los suyos y fue cuando empezó a reir más fuerte, y a arrugar la planta del pie.
-Yaaaaaaaa!!!! ja,ja,ja,ja,ja,ja!!! me haces cosquillas, eso no es leer los pies, ja,ja,ja,ja,ja,ja!!!-
-tu que sabes? deja que te revise bien y te vas a sorprender- dije con dificultad, tanto de habla como de coordinación, puesto que a esa hora ya estaba pasando la mano por lo largo y ancho de su planta-que no era mucho-. Su calorcito era riquísimo, y las arrugas que se formaban en la planta de su pequeño pie eran como pequeños topes, los cuales hacían mas divertida la travesura…
-Jaaaaaa,aaaaaaaaaaa,aaaaaaaaaaaaahg!! quítenmelo de encima!! ja,ja,ja,ja!! me vas a sacar al niño de la risa, ja,ja,ja,ja!!- reía fuertemente Zen, pero como no había nadie cerca no había problema.
-Pues…no creo que sea niño..sólo si te da muchas cosquillas en esta parte…- y acto seguido cosquillee su arco del pie. Casi no le causó risa, pero volteé a verla y tenía los ojos cerrados, el maquillaje medio corrido y luchaba por no reir fuerte. mis dedos acariciaban su tierna piel, mientras yo seguí observando sus facciones. De pronto abrió los ojos, y riendo me dijo:
-Y cómo las cosquillas te van a decir si es niño o niña?-
-Pues…si te da mucha risa en el arco es niño. Si te da más risa debajo de los dedos es niña. Entonces..cuchi cuchi cuchi cuuuuuu!!!- y empecé a hacerle cosquillas debajo de los dedos, dond empezó a reir tapándose la cara.
-Yaaaaaa!!! jaja,ja,ja,jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa,!! me da igua cosquills en los dos lugares!! Voy a tener gemelos!! ja,ja,ja,ja,ja!!!-dijo siguiendo el juego y sin dejar de reir- Cómo le voy a hacer? jaaa,jaaaaa,jaaaaa!!!-
su risa fuera de lo común, y su sonrisa que ahora se dejaba ver hasta las muelas, me recordaron a un chimpancé, y contagiado con su risa, empezamos a reir ambos. instintivamente alargué mi brazo y puse mi mano sobre su vientre. Sentí calientito, igual que su pie…y sentí que en efecto, había un pequeño ser dentro de ella. La ternura de ese momento hizo que cesara las cosquillas y su panza se calmó un momento. Zen no dejaba de sonreir, y me preguntó:
-Entonces que va a ser? niño o niña?-
-Mmmmmmmm… la verdad no se…debo checar de nuevo. Empecé a acariciar su arco de nuevo, y ella rió más tranquila, pero de nuevo se tapó la cara para aligerar la risa. pasé mis dedos por debajo de sus regordetes y caientes deditos y empezó a reir más desquiciadamente.
-Yaaaaaa!!! ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja!!! me rindo!! ja,ja,ja,ja!!!-
-Va a ser niña!!- dije haciéndole cosquillas encima de su pie, a lo cual ella reía más tranquila
-Vaya!! yo quería un niño, ja,ja,ja,ja!!
retiró lentamente su pie, y yo me sentí satisfecho del momento que pasamos. Sabía que si reía mucho podía molestarle en ese estado, así que ayudé a Zen a bajar su pie y a volver a calzarse su zapatilla. Vi la hora, y me despedí de ella, prometiéndole estar al pendiente de todo. Ella bajó del auto y se metió a casa, todavía sobándose el vientre debido a las risas que acababa de vivir. No sé si en verdad será una niña, pero la excusa sirvió muy bien para cometer mi pequeña fechoría y divertirnos un rato y claro…si no está segura de que va a tener, le puedo volver a leer los pies para saber si será niño o niña no? ja,ja,ja,ja!!.

Fin.

Tomado de Internet

About Author