abril 26, 2024

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Crónicas de HillsFalls – Una milf cosquillosa – Parte 1

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 38 segundos

El cartel que decía «Bienvenido a Hillfalls» había quedado atrás, pero las esperanzas de un nuevo comienzo estaban muy por delante. Mike se aburría en el asiento del copiloto, pensando en los últimos acontecimientos de su vida. El padre que les había abandonado para huir con su secretaria, lo que les dejaba a él y a la madre en una delicada situación económica. Wanda, la madre de Mike, no había trabajado en su vida y a sus 45 años era un poco tarde para que aprendiera algo. Mike, que esperaba terminar el bachillerato, tuvo que abandonar los estudios y dedicarse a su gran pasión, la mecánica. Desde pequeño, su padre le enseñó todo lo básico del motor de un coche. Mike tenía un sueño, graduarse como ingeniero mecánico y diseñar nuevos motores, pero tuvo que abandonar este sueño para trabajar en un taller mecánico y mantener la casa. A los 18 años, Mike era el hombre de la casa.

Wanda, al ver que su hijo se esforzaba, intentó, a su manera, ayudar con los gastos. Ella era una hermosa mujer de mediana edad que siempre puso mucho esfuerzo en su apariencia y a sus 45 años, tiene un cuerpo tan hermoso que las chicas más jóvenes estaban celosas y siempre había sido popular entre los hombres, también se dio cuenta de cómo giraba cuellos cuando caminaba por las calles usando pantalones de gimnasia pegados a su cuerpo y resaltando su hermoso trasero. Así que tuvo la increíble idea de conseguir otro marido para mantener la casa. En un mes salió con cuatro hombres con esta loca idea suya que Mike desaprobó y le pareció peligrosa, porque al final nunca se sabe quién es la gente en realidad. Lo que realmente asustó a Mike fue ver a su mejor amigo Paul venir a recoger a Wanda para una cita. Esto Mike insistió en ponerle fin. Pero fue un hombre llamado Jack quien puso la vida de Mike patas arriba.

Jack era un abogado de éxito asociado a un gran bufete. Un hombre en pleno ascenso social. Era 10 años más joven que Wanda, pero su relación parecía funcionar bien. Incluso a Mike le gustaba y parecía que Wanda había tomado la decisión correcta después de todo, pero entonces llegó aquel fatídico día. Gracias a un error tonto, Mike fue despedido del taller donde trabajaba. Cabizbajo y sin saber cómo darle la noticia a su madre, volvió a casa. Lo primero que le extrañó fue el coche de Jack aparcado delante de su casa. Era demasiado temprano, debería estar en la oficina, no aquí. La intuición hizo que Mike se colara en la casa. Abajo empezó a oír a su madre riendo y suplicando. Algo extraño estaba sucediendo allí y la risa incontrolable de su madre y sus súplicas eran fuertes en sus oídos. Subió las escaleras muy despacio. Una extraña sensación comenzó a invadir la mente de Mike y él, hasta el día de hoy, no sabía cómo explicar qué era esa sensación. Caminó despacio, evitando una tabla suelta del suelo para no hacer ruido, y vio la puerta de la habitación de su madre entreabierta. Miró y no estaba preparado para ver lo que vio.

Wanda estaba atada en la cama, en «X», llevando sólo bragas y Jack estaba encima de ella, llevando sólo pantalones, literalmente sentado sobre ella con las manos en sus axilas, provocando las más terribles sensaciones de cosquilleo en Wanda. La mujer se retorcía sobre la cama, pero no había forma de escapar de los crueles dedos de Jack, no de la forma en que estaba atada. Esta visión hizo que Mike se quedara helado, incapaz de apartar los ojos de su madre. Mike no era precisamente un buen chico, él y Paul eran el terror de las chicas del colegio, y el ápice fue cuando el dúo atrajo a una chica llamada Liz a casa de Paul, con la propuesta de estudiar para los exámenes que estaban cerca. Los padres de Paul sólo estarían en casa por la noche, así que era la trampa perfecta para tener a la chica toda la tarde y hacerle todas las cosquillas que quisieran, sin que nadie apareciera para salvarla. Fueron seis horas de intensa tortura de cosquillas. Una pesadilla para la chica y el paraíso para el dúo de pervertidos. Unas fotos bien tomadas aseguraron el silencio de la chica y también que volviera para ser torturada en otra ocasión. Liz acabó marchándose de la ciudad para escapar del acoso, pero una cosa era segura, Mike siempre prefirió a las MILF y soñaba con tener a la profesora Anne en sus garras, pero este sueño nunca lo cumplió, por muy pervertido que fuera, nunca había mirado a su madre con deseo de hacerle cosquillas.

Nunca hasta hoy. La visión de aquella hermosa mujer semidesnuda luchando contra las cuerdas, el sonido de sus risas y sus súplicas, sus hermosos pies crispándose… todo ello contribuyó a que Mike descubriera que en realidad el deseo de torturar MILFs, era en realidad el deseo de hacerle cosquillas a su propia madre y eso le hizo tener sentimientos encontrados en su interior. Empezó a luchar contra la moral impuesta por la sociedad y su deseo, entonces comprendió algo. No estaba cometiendo ningún delito moral, después de todo quería hacerle cosquillas a su madre, eso era todo y eso no era inmoral en absoluto. Decidió mirar y temió que pudieran oír su corazón, que latía deprisa.

Ella estaba en sus garras y eso era perfecto ya que no habría nadie en la casa durante las próximas horas. Jack, entonces podría hacer lo que quisiera con ella, que nada ni nadie la salvaría. Sus gritos y aullidos eran inútiles. La casa era la ultima de la calle y donde deberian estar los vecinos mas cercanos, solo habia una casa vacia, con un cartel de se alquila. Nadie oiría sus gritos, pero existía el riesgo de que algún transeúnte ocasional la oyera y Mike tomó nota de este detalle. No cometería este error. Por desgracia para Wanda, no había ningún transeúnte y la tortura de cosquillas continuó sin límites. Después de las axilas, pasó a las costillas. Allí se rió un poco menos desesperadamente que cuando le atacó las axilas. Wanda consiguió respirar un poco allí y reír más moderadamente, pero Jack pronto se cansó y fue hacia sus pies. Fue entonces cuando Wanda empezó a gritar más y más desesperadamente. Ella, de ninguna manera, lo quería en sus pies. Mike vio la sonrisa traviesa del hombre y sonrió también. Habían descubierto su punto más débil. Wanda lloraba desesperada ³³ suplicando hacer cualquier cosa que Jack quisiera. Su pánico era real y provocó algo en Mike. Wanda era su madre y no permitiría que nadie, aparte de él mismo, le hiciera semejante crueldad, así que, con dolor en el corazón, decidió poner fin a la tortura de cosquillas. Rápidamente volvió al vestíbulo de la casa, cerró la puerta de un portazo y llamó a su madre para avisarle de que había llegado a casa. Instantes después apareció ella en bata, su expresión era de cansancio, pero lo disimuló lo mejor que pudo, finalmente, Jack bajó, ya vestido y se despidió de Wanda. Mike observaba todo muy atento. Ese fue el último beso, ella terminó la relación ese mismo día. Mike no podía olvidar lo que había visto y ahora veía a su madre con otros ojos e intentaba imaginar cómo se las arreglaría para tenerla entre sus garras.

Dicen que una tragedia define la vida de un hombre. Dos días después de estos incidentes, el padre de Wanda, el abuelo de Mike, murió y le dejó a Wanda una pequeña fortuna, dinero suficiente para que todos los gastos estuvieran pagados y ella no tuviera que trabajar. Fue una ocasión triste, pero que supuso un alivio. Madre e hijo decidieron entonces trasladarse a Hillfalls y hacerse cargo de la casa del Sr. John Parker, el padre de Wanda, era un nuevo comienzo. Aún así, Mike seguía soñando con la risa y los pies de su madre.

Traducido y adaptado para Tickling Stories

Original: https://www.deviantart.com/thestoryteller86/art/HillsFalls-Chronicles-My-Ticklish-Mother-part-1-975569476

 

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