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La babysitter Lily era una joven divertida y enérgica que adoraba pasar tiempo con los niños que cuidaba. Era una experta en juegos y manualidades, y siempre encontraba formas de mantener a los niños entretenidos y felices.
Pero había algo que hacía a Lily diferente de las demás babysitters: era extremadamente cosquillosa. No importaba cuánto tratara de controlarse, no podía evitar sentir cosquillas en las plantas de los pies y reírse incontrolablemente cuando alguien las tocaba.
Un día, mientras cuidaba a una pareja de hermanos, los niños descubrieron lo cosquillosa que era Lily. Le hacían cosquillas en las plantas de los pies, y ella se retorcía y reía tanto que a veces tenía que pedirles que pararan.
Pero los niños encontraron esto muy divertido, y pronto se convirtió en un juego habitual. A menudo, los niños se turnaban para hacerle cosquillas en las plantas de los pies a Lily, y ella se reía tanto que sus mejillas se sonrojaban.
Aunque en un principio se preocupaba de que esto pudiera hacer que los niños la vieran como una figura menos seria y autoritaria, pronto se dio cuenta de que los niños la respetaban y la querían igualmente. De hecho, la cosquillas en las plantas de los pies se convirtieron en una forma divertida de conectarse y reír juntos.
Con el tiempo, Lily aprendió a controlar su risa un poco mejor, pero aún le encantaba cuando los niños le hacían cosquillas en las plantas de los pies. Incluso comenzó a hacerles cosquillas a los niños de vez en cuando, lo que los hacía reír a carcajadas.
Para Lily, cuidar de los niños se convirtió en mucho más que solo un trabajo. Se había convertido en una forma de ser parte de una familia y disfrutar de la vida de una manera divertida y juguetona.
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