abril 26, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Mi experiencia como ticklee (parte 18)

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 33 segundos

Me encuentro viviendo en la ciudad de Medellín desde hace aproximadamente unos dos meses y pues desde que estoy en esta ciudad ya he tenido 2 experiencias relacionadas con las cosquillas. Para este artículo voy a relatar una de ellas.

A los 15 días de estar viviendo en la ciudad de Medellín, en el edificio dónde estoy viviendo conocí a una persona que tiene un perro de raza labrador. Resulta que ese día me tropecé con esa persona justo en el ascensor del edificio, yo iba bajando desde el piso 16 dónde tengo ubicado mi apartamento y esta persona se subió en el piso 14 con su perro. El joven muy amablemente se presentó y me preguntó si era nueva en el edificio, a lo que yo le dije que si, que apenas tenía 15 días de haberme trasladado a la ciudad.

Mientras conversábamos de camino al primer piso en el ascensor, su perro comenzó a olerme y lamerme los pies, yo en ese momento llevaba zapatos abiertos (sandalias), así que no pude evitar sonreír un poco y tratar de quitar el perro.

Camilo: qué pasa? te incomoda el perro?

Yo: no, para nada. El perro es bonito, lo que pasa es que me está oliendo los pies y también me está pasando la lengua, porque me eché crema y creo que eso es lo que le llama la atención y además su lengua me hace cosquillas.

Camilo: ah, entonces eres cosquillosa.

Yo: si, tengo muchas cosquillas en los pies.

Camilo: que interesante.

Ese momento su frase se tornó algo incómoda, sobre todo porque ambos nos quedamos callados, mientras el perro continuó lamiendo mis pies. Llegamos al primer piso, nos despedimos y cada tomó su camino. Yo salí al parqueadero, me monté a mi carro y me dirigí a mi lugar de trabajo. Cuando salía del edificio, pude ver a Camilo que iba con su perro a un parque cercano.

En la noche cuando llegué al edificio, parquee mi carro en el lugar correspondiente y me dirigí al ascensor, justo cuando iba a entrar, escuché a Camilo acercarse por detrás y pedir que aguantara la puerta para el también ingresar, así que subimos juntos al ascensor y nos fuimos conversando.

Camilo: vaya, así que nos encontramos nuevamente.

Yo: si eso veo.

Camilo: y cómo te fue en tu trabajo?

Yo: bien gracias a Dios.

Camilo: a bueno me alegra.

Silencio incómodo…

Camilo: bueno y entonces? Qué tan cosquillosa eres en los pies?

Yo: demasiado. Por qué la pregunta?

Camilo: y te dejas hacer cosquillas?

Yo: depende.

Camilo: qué vas a hacer ahora?

Yo: subir a mi apartamento, darle de comer a mis gatas y descansar un poco. Por qué?

Camilo: si te invito a mi apartamento para hacerte cosquillas. Qué dices?

Yo: es en serio? Apenas nos conocimos esta mañana.

Camilo: si, pero no le veo nada malo a eso o sí?

Yo: no pero… Además estoy algo cansada.

Camilo: solo será un rato nada más, además las cosquillas te ayudarán a desestresarte.

Yo: si claro…

Al final, terminó convenciéndome y nos bajamos en el piso 14, justo donde el tiene su apartamento. Caminamos al final del pasillo y llegamos al apartamento 14004. Al abrir la puerta y entrar su perro «lucas» salió a saludarnos. Ya en ese momento no me lamió los pies.

Camilo me invitó a sentar en un sofá en la sala y mientras me daba una bebida fría, me pidió que me descalzara para poder hacerme cosquillas.

Yo: osea, en serio me vas a hacer cosquillas en los pies?

Camilo: si, es en serio. Es más, lucas también te hará cosquillas. Él es experto en hacer cosquillas en las plantas de los pies de las mujeres.

Yo: ah, entonces tienes entrenado a tu perro para que haga cosquillas. No fue casualidad que me hiciera cosquillas esta mañana en el ascensor.

Camilo: en parte si fue casualidad.

Yo: aja… bueno y qué debo hacer?

Camilo: quítate las sandalias por favor y estira las piernas hasta acá para poder tener tus pies cerca y así poder hacerte cosquillas.

Yo: ok… pero contéstame una pregunta. Eres fetichista?

Camilo: digamos que me gusta hacerle cosquillas a mujeres.

Yo: solo en los pies? Porque también tengo cosquillas en las axilas, la cintura, las rodillas.

Comencé a decirle esas partes del cuerpo, porque sabía que si me hacía cosquillas en los pies, no sabría como reaccionar, debido a que soy extremadamente cosquillosa en las plantas de los pies.

Camilo: si claro, me gusta hacerles cosquillas en todo su cuerpo, sin embargo, los pies y en especial las plantas de los pies son mi lugar favorito para hacele cosquillas a las mujeres.

Así que contrario a lo que creía. Camilo comenzó a hacerme cosquillas suavemente en las plantas de los pies y pues obviamente mi reacción no se hizo esperar y comencé a reír levemente.

Yo: jajajaja… jajajaja… jajajaja…

Sin embargo, no duró mucho esa «suavidad» porque Camilo rápidamente incrementó las cosquillas y se tornaron fuertes y desesperantes, lo cual hizo que estallara en risas, carcajadas y gritos de desesperación.

Yo: jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…

Estuvo haciéndome cosquillas por cerca de 20 minutos. Al final de ese tiempo me dijo: ahora falta que lucas te haga cosquillas.

Yo: qué? estás loco? ya fue suficiente por hoy. Demasiadas cosquillas. Ya no quiero más cosquillas en mis pies. De verdad. Ya no voy a soportar más cosquillas. Ni siquiera que lucas me pase a lengua por las plantas de los pies.

Camilo: solo serán unos minutos nada mas.

Así que al final terminé accediendo a su solicitud y pues Camilo comenzó a untar una especie de crema en las plantas de mis pies, que según él era nutela; y pues apenas estuvieron «listos» mis piesitos, lucas comenzó a lamerme las plantas de los pies, mientras Camilo me los sostenía de tal manera que no pudiera quitarlos. Mi reacción no se hizo esperar y estallé en risas.

Yo: jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…

Hasta que no quedó una sola gota de nutela en las plantas de mis pies, lucas no dejó de lamerlos y Camilo no me los liberó. Pasó cerca de una hora el perro lamiéndome las plantas de los pies. Las cosquillas fueron demasiado intensas y además fue una tortura.

Al final, me coloqué mis sandalias y subí a mi apartamento.

Espero que les haya gustado y en la próxima les cuento la otra experiencia.

Emy

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