abril 28, 2024

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Historia IA – parte 3

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos

Emily siempre había sido conocida por su extrema cosquillidad. Cualquier tipo de cosquillas en su cuerpo la hacía estallar en risa y moverse convulsivamente. Desde pequeña, sus amigos y familiares se divertían haciéndole cosquillas en la barriga, en los pies, en las axilas, y cualquier otro lugar que les pareciera divertido.

Pero a medida que Emily crecía, descubrió que su extrema sensibilidad a las cosquillas se había convertido en algo más que un rasgo de personalidad gracioso. Comenzó a darse cuenta de que su fetiche por las cosquillas era mucho más profundo y que disfrutaba enormemente de la sensación de cosquillas en su cuerpo.

Emily comenzó a buscar en línea y descubrió que había una comunidad de personas que compartían su interés por las cosquillas. Se unió a un grupo en línea y comenzó a compartir historias y fotos con otros miembros.

Un día, Emily conoció a un chico llamado Tom que también era un entusiasta de las cosquillas. Juntos, comenzaron a experimentar con diferentes técnicas de cosquillas, como usar plumas, dedos y cepillos de dientes para hacerse cosquillas el uno al otro. Descubrieron que disfrutaban mucho de la sensación de cosquillas y se sentían atraídos el uno por el otro de una manera única e intensa.

Con el tiempo, las cosquillas se convirtieron en una parte importante de su vida sexual, y Emily y Tom encontraron una forma de conectarse emocional y físicamente a través de su fetiche compartido. Para ellos, las cosquillas no eran solo una forma de estimulación física, sino una forma de conexión íntima y de explorar su sexualidad de una manera única y placentera. Emily se convirtió en la «cosquillosa» del grupo, y se sintió más segura y cómoda con su fetiche a medida que exploraba su sexualidad junto a Tom.

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