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Había una vez una universidad donde los estudiantes eran muy competitivos entre sí. Siempre estaban buscando maneras de destacar y sobresalir en sus estudios y en sus actividades extracurriculares. Un día, un grupo de amigos estaba hablando sobre las cosquillas en las plantas de los pies y cómo algunos de ellos eran muy sensibles a ellas.
Uno de los amigos sugirió que podrían usar las cosquillas en las plantas de los pies como una forma de castigo para aquellos que no cumplieran con sus responsabilidades. Los demás amigos se rieron de la idea, pero pronto se convirtió en una tradición no oficial en el campus.
Los estudiantes comenzaron a cosquillear las plantas de los pies de sus compañeros de clase cuando estos no hacían su tarea o no cumplían con sus obligaciones académicas. Pronto, el rumor se extendió y se convirtió en una especie de competencia entre las diferentes facultades de la universidad.
El departamento de psicología incluso comenzó a estudiar el fenómeno de las cosquillas en las plantas de los pies y su relación con la motivación y el rendimiento académico. Descubrieron que las cosquillas en las plantas de los pies podían aumentar la concentración y el enfoque de los estudiantes, lo que a su vez mejoraba su desempeño en la escuela.
Finalmente, la universidad reconoció la tradición de las cosquillas en las plantas de los pies y la convirtió en una actividad oficial en el campus. Se creó un evento anual de «Cosquillas en las plantas de los pies» donde los estudiantes de diferentes facultades compiten para ver quién puede soportar las cosquillas más tiempo sin reírse.
Desde entonces, la universidad ha visto un aumento en el rendimiento académico y una disminución en el estrés entre sus estudiantes. Y todo gracias a la simple pero efectiva técnica de las cosquillas en las plantas de los pies.
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