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Una tarde de sábado, una joven llamada Ana decidió que necesitaba un día de spa para relajarse y desconectar del estrés de su trabajo. Buscó en línea y encontró un spa lujoso que ofrecía varios tratamientos para el cuerpo, incluyendo uno llamado «terapia de cosquillas en las plantas de los pies».
Ana se sintió intrigada por esta terapia y decidió probarla. Cuando llegó al spa, fue recibida por una terapeuta amable que la llevó a una habitación cómoda y tranquila. Ana se tumbó en una camilla y se quitó los zapatos y los calcetines.
La terapeuta comenzó a acariciar suavemente las plantas de los pies de Ana con los dedos, lo que hizo que Ana se riera ligeramente. Las caricias se intensificaron gradualmente, y la terapeuta comenzó a hacer cosquillas en las plantas de los pies de Ana con las uñas.
Ana estaba ahora riendo a carcajadas, y sus pies se retorcían de placer mientras la terapeuta continuaba haciendo cosquillas en sus pies. La terapia de cosquillas en las plantas de los pies duró una hora, y cuando terminó, Ana se sintió relajada y renovada.
Desde ese día, Ana se convirtió en una clienta regular del spa y nunca dejó de disfrutar de la terapia de cosquillas en las plantas de los pies. Cada vez que entraba en la habitación y se quitaba los zapatos, sabía que una hora de risas y cosquillas estaba por venir.
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