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Esta experiencia me sucedió hace unos días. Nuevamente fui víctima de mi aprendiz, la cual se ha vuelto una experta haciéndome cosquillas. Resulta que mi aprendiz Verónica, me convidó hace un par de días para que la acompañara aun sitio en el cual había hecho una reserva.
Al llegar al sitio de la reserva, vi que era un sitio de contenido de adultos y pues, obviamente mi primera impresión fue preguntarle por qué habíamos ido a ese sitio, la respuesta de ella me dejó perpleja: «Vinimos aquí, porque hice una reserva en una sala de masmorra, que contiene un cepo para hacer sesiones de cosquillas y pues me gustaría que participáramos ambas en las sesiones de cosquillas.»
Yo: qué? estás loca?
Verónica: no, para nada, es un tema divertido y pues aprovechando que ya te hice cosquillas en tu estudio, porque no participar en la masmorra con el cepo.
Yo: es en serio?
Verónica: si quieres te pago la cantidad que me pidas.
Yo: no es por el dinero y tu lo sabes muy bien.
De nada sirvieron mis excusas, al final terminé convencida por parte de Verónica e ingresamos a la sala reservada, ahí encontramos un sofá, una silla y un cepo con correas en la silla. Apenas ingresamos a la sala reservada, Verónica me dijo que yo debía ser la primera en sentarse en la silla con el cepo. Yo como ya quería que se acabara pronto este tema accedí a su pedido. Una vez sentada en la silla, introduje mis pies en el cepo, mientras Verónica comenzaba a colocarme las correas en las muñecas y después de eso, me aseguraba los pies en el cepo y seguidamente me quitó los zapatos y los calcetines, quedando descalza y a merced de Verónica, sabiendo además que muy seguramente ella me haría cosquillas sin piedad. Estaba terminando de asimilar la situación en la que me encontraba, cuando sin previo aviso, Verónica comenzó a hacerme cosquillas en las plantas de mis pies. Mi reacción no se hizo esperar y estallé en risas a carcajadas.
Yo: hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha…
Comencé a mover mis pies de un lado a otro, mientras que ella me hacía cosquillas sin piedad. Yo lo único que hacía era reír a carcajadas.
Yo: hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha…
Lo peor llegó cuando subió y comenzó a hacerme cosquillas en la cintura, las costillas y las axilas, así que estallé en risas y comencé a moverme de un lado a otro en la silla, además de dar saltos de un lado a otro.
Yo: hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha…
Después de casi una hora de cosquillas, entró otra persona que se identificó como la administradora del sitio y pues lo único que hizo fue colocarse delante de mis pies y hacerme cosquillas sin piedad alguna, mientras que Verónica continuaba haciéndome cosquillas en la cintura, costillas y axilas. Yo lo único que hacía era reír a carcajadas.
Yo: hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajajaja… hahahaha…
Después de unas 2 horas de cosquillas aproximadamente, yo estaba completamente exhausta, sin aire y con mis pies hipersensibles por las cosquillas que había recibido en ellos. Terminamos la sesión, me desataron del cepo y las correas, me coloqué nuevamente mis calcetines y zapatos.
Verónica y yo salimos del sitio riéndonos y conversando sobre la experiencia, en la cual quedamos que la próxima vez, ella sería la que estaría en el cepo.
En cuanto a mi, la experiencia fue nueva para mi, una verdadera tortura y una experiencia completamente divertida.
María de los Ángeles
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