abril 29, 2024

Tickling Stories

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Mi experiencia como ticklee (Parte 15)

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 58 segundos

Hace unos días encontré un anuncio en Internet que decía lo siguiente: «Se requieren mujeres con o sin experiencia para ser modelos de pies», además del anuncio había un número de teléfono dónde indicaban que debían llamar las interesadas.

Llamé al número indicado en el anuncio y concreté una cita cuanto antes. Qué sería lo peor que podía pasar? Esa era la única pregunta que me había hecho.

Llegué al sitio acordado para la reunión en la cual me iban a hacer una entrevista, un edificio de no muy buen aspecto, verifiqué en el citófono y ubiqué el apartamento 502, solamente habían 2 apartamentos por piso y casualmente ese era el último piso del edificio. Al presionar el botón del apartamento 502, contestó un hombre joven, aparentemente el mismo que me había contestado la llamada. «Ya bajo y te abro» me dijo el joven con agradable voz.

Joven: hola como estas? Tú debes ser María de los Ángeles.

Yo: así es, mucho gusto.

Joven: el gusto es mío. Soy Juan.

Yo: hola Juan.

Juan: ven sigue.

Entré al edificio y comenzamos a subir escaleras hasta el último piso. Yo caminaba delante de el joven Juan. Llegamos al apartamento, entramos y nos sentamos en la sala. Comenzamos a conversar un poco sobre el trabajo y cual era el requerimiento.

Juan: cuéntame de ti. Tienes experiencia como modelo de pies?

Yo: en algún momento hice temas de modelaje, pero fue hace muchos años, pero como modelo de pies nunca he hecho algo así y pues actualmente me dedico a dar clases de yoga y meditación.

Juan: que interesante. Cuéntame algo, eres cosquillosa?

En ese momento sentí un escalofrío, pero ya que estaba ahí, pensé que sería parte de las preguntas de la entrevista.

Yo: demasiado cosquillosa.

Juan: en qué partes del cuerpo tienes cosquillas?

Yo: en todos lados.

Juan: que tan cosquillosa eres en los pies?

Yo: ufff, demasiado diría yo.

Juan: si te pidiera calificarte con un número de 1 a 10 el nivel de sensibilidad a las cosquillas, cuánto te pondrías?

Yo: como un 20, soy hipercosquillosa en los pies. Tengo muchas cosquillas en ellos.

Juan: wow, en todo el pie o en alguna parte en especial?

Yo: tengo muchas cosquillas en todo el pie, sin embargo, tengo demasiadas cosquillas en la planta de los pies. No soporto que me toquen esa parte del pie, comienzo a patalear, a gritar y a reír de forma descontrolada.

Juan me preguntó si era capaz de hacer una prueba, a lo que yo le pregunté sobre que se trataba la prueba.

Juan: pues mira, es una prueba de cosquillas, con el fin de verificar que tan sensible eres en las plantas de los pies

Yo sé que soy demasiado cosquillosa y no necesito de una prueba de cosquillas para ver qué tan sensible soy, sin embargo, necesitaba algo de dinero extra y pues si las cosquillas iban a generar ese ingreso adicional, debía soportar un poco. Además, que tan malo puede ser que le hagan cosquillas a uno por dinero, pensé yo ese momento.

Yo: bueno y qué debo hacer?

Juan: primero debes quitarte los zapatos y los calcetines, para así quedar descalza.

Procedí a descalzarme y debo confesar que me sentí algo incómoda cuando vi como Juan me miraba los pies. Después de estar completamente descalza con los pies desnudos, Juan me solicitó que le subiera mis pies en sus piernas y pues eso hice. En el fondo sabía que sería cosquilleada, seguramente sin saber cuánto tiempo sería la tortura.

Juan: ahora si vamos a ver que tan cierto es que eres así de cosquillosa como dices serlo.

En ese momento Juan me acarró con la mano izquierda ambos pies, mientras que con la derecha procedió a pasarme los dedos por las plantas de los pies.

Yo: soy muy cosquillooooosaaaaa… jajajaja… jajajajajaja… jajajajajaja…

Comencé a reír desesperadamente y el reflejo fue intentar sacar los pies rápidamente para huir de las cosquillas, sin embargo Juan fue mucho más rápido y me tomó ambos pies con su brazo izquierdo como haciendo una llave mientras que con la derecha continuó haciéndome cosquillas en las plantas de los pies. Yo lo único que hacía era reír a carcajadas.

Yo: jajajajaja… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja…

Las cosquillas que me hacía Juan no cesaban, mientras que yo lo único que hacía era reír a carcajadas. Pese a que las cosquillas eran demasiado intensas y mi reflejo era como intentar huir de éstas (las cosquillas) y las manos de Juan, en el fondo no quería que se detuviera, lo cual me pareció algo curioso y extraño.

Soy una mujer extremadamente cosquillosa en las plantas de los pies, sin embargo, ese día creo que disfruté las cosquillas recibidas por Juan, fueron algo intensas, desesperantes y lo mejor es que me produjeron muchísima risa.

Después de finalizado el supuesto casting, le digo así, porque  creo que la final fue una excusa de Juan para hacerme cosquillas en los pies; me coloqué mis calcetines y mis zapatos, mientras que Juan me decía que lo más probable era que me llamara nuevamente a firmar un supuesto contrato para participar como modelo de pies.

A la fecha aún no recibo la llamada para firmar el contrato.

Bueno amigos, esta fue mi pequeña anécdota de hace pocos días y espero que les haya gustado.

Besos.

María de los Ángeles

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