abril 30, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Mi experiencia como ticklee (parte 4)

Tiempo de lectura aprox: 9 minutos, 57 segundos

Hola amigos, después de un tiempo largo (debido a que estuve de viaje), vuelvo a escribir nuevamente en el blog de mi amigo CQ.

De acuerdo a lo que he escrito en el blog, todos pueden dar fe de lo cosquillosa que soy en todo mi cuerpo, especialmente en las plantas de los pies.

Volví a mi país, después de estar trabajando un tiempo en los Estados Unidos, así que decidí tomarme unas «vacaciones» para descansar y reunirme con familiares y amigos. Después de un tiempo de descanso, decidí empezar a buscar un trabajo nuevamente en Colombia, con el fin de tener una entrada económica y poder pagar los gastos del hogar. Comencé a enviar «hojas de vida» a todos lados, a cuánto anuncio de empleo veía en portales de Internet, me llamaron a una que otra entrevista y siempre recibía la misma respuesta: «Pronto te llamaremos y nos pondremos en contacto contigo». Esa respuesta es muy típica escucharla cuando uno está en búsqueda de empleo.

Con el paso del tiempo, decidí enviar mi curriculum a cualquier anuncio que viera, debido a que estaba enviando únicamente a los que se ajustaran a mi perfil profesional y en vista que no me resultaba nada, decidí ampliar el espectro de la búsqueda: mesera, asesora comercial, call center, recreacionista, animadora, etc.

En medio de mi búsqueda de empleo, encontré en un grupo de Facebook un mensaje que decía: «Buscamos mujeres cosquillosas que deseen ganar dinero extra». El mensaje me pareció algo curioso, así que me animé a escribirle al usuario que estaba publicando ese mensaje. Además qué podía pasar? Sólo me harían cosquillas a cambio de dinero y es justo lo que necesito en estos momentos.

"Hola buenos días, estoy escribiendo, porque vi el anuncio de las cosquillas y 
deseo recibir más información al respecto. Gracias."

Al cabo de unas horas recibí un mensaje en Facebook.

"Hola buenos días, son sesiones de cosquillas, con cepillos, plumas, pinceles 
y dedos. Las cosquillas son realizadas por 1 o 2 personas al mismo tiempo. 
Estarías atada de pies y manos, en una especie de cepo como los que usaban en la 
inquisición. La sesión dura en promedio entre 1 hora 30 minutos y 2 horas, con 
descansos de 5 a 10 minutos, en los cuales tomas aire y agua. No hay ni desnudos, 
ni escenas pornográficas, ni escenas triple XXX. Únicamente son cosquillas. 
La idea es que te rías mucho a carcajadas. En caso que te interese, tengo las 
siguientes preguntas: Eres cosquillosa? En qué partes del cuerpo tienes cosquillas? 
Cuál es la parte más cosquillosa de tu cuerpo? De 1 a 10 que tan cosquillosa eres 
en tu parte más sensible?"

Mi respuesta fue la siguiente:

"Hola cómo estás? Bueno te cuento que soy muy cosquillosa. Tengo cosquillas en 
todos lados de mi cuerpo. La parte más cosquillosa es las plantas de los pies y 
mi cintura. En cuanto al nivel de sensibilidad a las cosquillas, podría decir 
que soy un 11. Tal y cómo te digo, soy demasiado cosquillosa".

Como era de esperarse la persona volvió a escribirme, pero esta vez era para organizar la sesión de cosquillas, con fecha y hora en la cual se llevaría a cabo la misma. Además me preguntaron cual era mi disponibilidad de tiempo, con el fin de saber si programaban la sesión en la mañana, en la tarde o en la noche. Debido a lo anterior programamos la sesión para llevarla a cabo, exactamente dos días después de la conversación por Facebook, en la jornada de la mañana, justamente porque a esa hora tengo más tiempo disponible.

Llegó el día de la sesión, me levanté como de costumbre preparé desayuno, me di una ducha y me arreglé, ya estaba próxima a salir, cuando recibí una llamada a mi celular. Al otro lado de la llamada una voz femenina me hablaba: Mujer: hablo con Eliana?

Yo: si con ella habla, en qué le puedo colaborar?

M: mira te estoy llamando, porque hago parte del equipo que hace las sesiones de cosquillas y pues me comunico contigo para confirmar que si puedes venir a la sesión ahora en la mañana tal y como quedamos hace 2 días.

Y: claro que sí, de hecho estoy terminando de arreglarme, me repites la dirección, por favor!!!

M: claro, la dirección es XXXXXX. Cómo a qué horas pasas?

Y: calculo que por ahí en unos 30 a 45 minutos llego a la dirección indicada.

M: ok, entonces acá te esperamos. Adiós!!!

Y: adiós!!

Colgué la llamada y me dirigí a la dirección que me habían entregado en la llamada telefónica. Me fui caminando debido a que dicha dirección estaba cerca de mi lugar de residencia y me podía demorar unos 30 o 45 minutos caminando hasta allá.

Ya me encontraba cerca de ahí, cuando nuevamente recibí una llamada en mi celular, ésta vez era la voz de un hombre joven.

Hombre: hola buen día, hablo con Eliana?

Yo: si con ella habla.

H: ah mira, soy de las personas que hacemos las sesiones de cosquillas, te llamo para saber si siempre vienes a la sesión para esperarte.

Y: claro que sí, tal y como me llamó hace un rato una mujer joven, que supongo debe ser amiga tuya, le dije que me demoraba entre 30 y 45 minutos en llegar. Ya voy cerca, estoy a unos 10 minutos de ahí.

H: ah listo, y cómo vienes vestida para identificarte?

Y: voy con un jean, camiseta blanca, chaqueta deportiva «vino-tinto» y unos converse blancos. Ah y llevo una cachucha negra con gafas oscuras.

H: listo, vamos a estar pendientes.

Y: ok, ya casi llego.

El hombre colgó la llamada y yo seguí mi camino. Ya a unos 3 minutos de llegar, me detuve en la esquina de la dirección mencionada, procedí a tomar aire y un poco de agua, porque iba a llegar cansada de la caminata y además ya me dolían un poco los pies. Caminar una distancia larga con zapato plano, sobre todo con tenis «converse», los pies se cansan más rápido y por lo menos a mi me duelen las plantas de los pies.

Llegué a la dirección que me habían indicado y me encontré con una casa enrejada, no era muy llamativa, aunque en el sector, la mayoría de las casas se veían deterioradas por fuera y como dato común, todas estaban enrejadas, algunas con rejas «oxidadas». Toqué el timbre ubicado en uno de los bordes de la reja y esperé a que alguien me abriera la puerta.

Mientras esperaba, detallé un poco la infraestructura externa de la casa. Una ventana ubicada en el segundo piso de la casa se medio abrió y se asomó una mujer joven, supongo que era la persona que me había llamado inicialmente.

Mujer: eres Eliana?

Yo: si…

M: listo, dame un minuto y ya bajo a abrirte la puerta.

Y: ok…

Continué esperando como 1 o 2 minutos más a que me abrieran la reja de la casa, para poder ingresar a ésta. Exactamente unos 2 minutos después, se abrió la puerta de la casa y salió una mujer de unos 24 años de edad, cabello rubio y ojos claros y de aproximadamente 1,60 mts de estatura. Debo recordar que no era la misma mujer que se había asomado por la ventana.

Mujer Rubia: eres Eliana?

Por n-ésima vez me preguntaban si era o no Eliana.

Yo: si…

MR: sigue, adelante…

Y: gracias…

Entré a la casa… en la sala había un sofá color rojo y una butacas, al fondo de ese espacio había un escritorio con dos sillas. La mujer que me abrió la puerta me pidió que me sentara en una de las sillas del escritorio. Mientras hacía eso, hice una breve inspección del lugar, pude ver los espacios, vi que habían como unas 3 puertas en el primer piso, además había una escalera que llevaba al piso de arriba y como dato curioso, las cortinas oscuras, pese a que desde fuera de la casa los vidrios se veían que estaban polarizados (oscuros). Bajó la escalera un hombre joven, también de unos 24 años y se sentó delante de mi en el escritorio.

Hombre Joven: tu debes ser Eliana?

Yo: así es…

HJ: mucho gusto, me llamo Javier.

Y: hola Javier.

J: qué tan lejos estás de aquí?

Y: pues me vine caminando, debido a que más o menos me demoro unos 30 a 45 minutos.

J: ah, entonces estás cerca?

Y: algo…

J: bueno Eliana, cuéntame qué te interesó del anuncio?

Y: la verdad, estoy en búsqueda de trabajo y pues los ahorros que tengo ya están empezando a bajar y pues necesito dinero para comenzar a pagar deudas.

J: ok y tienes experiencia en el tema? Es decir, qué conoces del tema de ser «ticklee» o «modelo para sesiones de cosquillas»?

Y: pues podría decir que sé algo del tema, debido a que viví un tiempo en los Estados Unidos y allá tuve una experiencia relacionada con el tema. Sé que es un tema relacionado con fetiches, lo cual no le veo nada malo.

J: interesante respuesta. Supongo que eres cosquillosa, verdad?

Y: ufff… demasiado cosquillosa, diría yo…. ahahahahaaaa…

Lancé un grito, porque justamente detrás de mi estaba la «Mujer Rubia» que me abrió la puerta para entrar a la casa y de manera desprevenida me hizo cosquillas en las costillas.

J: vaya que eres cosquillosa. Ya conoces a Viviana.

Y: no… jejejeje. Mucho gusto.

Viviana: el gusto es mío y ya veo que eres muy cosquillosa. Ya quiero que empiece la sesión.

J: calma Vivi, ya casi terminamos la entrevista.

En esos momentos bajó por la escalera otra mujer joven, también de unos 24 años de edad, de cabello rizado tinturado de rojo.

J: quiero que conozcas a Paola, es la persona con la que conversaste por teléfono.

Paola: hola Eliana, cómo estás?

Y: bien gracias.

J: bueno, entonces cómo ya está todo el equipo, procedamos a subir para empezar la sesión de cosquillas.

Comenzamos a subir la escalera al piso de arriba y nos dirigimos a una habitación ubicada en el extremo sur de la vivienda. Esta habitación estaba sellada completamente, no tenía ventanas, únicamente una rejilla de ventilación pequeña que salía al pasillo del segundo piso, además tenía dentro un ventilador, una silla en forma de cepo con correas y una mesa con muchos elementos de «tortura»: cepillos, peines, peinillas, pinceles, brochas, lápices, cepillos de dientes, tenedores y muchos otros objetos más. En ese momento supe que por lo menos iba a ser «torturada» unos 30 minutos.

J: bueno Eliana, por favor siéntate en la silla e introduce tus pies en los orificios del cepo, mientras te preparamos para la sesión de cosquillas. Algo qué decir?

Y: me quito los zapatos?

J: no, de eso se encarga Paola, nuestra experta en hacer cosquillas en los pies.

Y: ok…

Debo confesar que me senté en la silla con algo de nervios, además que sabía que mis pies estaban algo sensibles por la caminata y esto haría quizás que sintiera muchas más cosquillas. Mientras Paola me aseguraba los pies en el cepo, Javier y Viviana me aseguraban las manos con las correas ubicada en los lados de la silla.

J: bueno hemos terminado de asegurarte, no me queda más que dar luz verde para el inicio de la sesión. Son las 10 am y tenemos programada 2 horas. Lista?

Y: eso creoooooo… jajajajajaja… jajajajaja… jajajajajaja… jajajajajaja… jajajajaja… jajajajajaja… jajajajajaja… jajajajaja… jajajajajaja… jajajajajaja… jajajajaja… jajajajajaja… jajajajajaja… jajajajaja… jajajajajaja… jajajajajaja… jajajajaja… jajajajajaja… jajajajajaja… jajajajaja… jajajajajaja… jajajajajaja… jajajajaja… jajajajajaja… jajajajajaja… jajajajaja…

Javier y Viviana comenzaron a hacerme cosquillas cada uno de un lado en las costillas, axilas, cintura, cuello y piernas. Yo únicamente me movía de un lado a otro con todas mis fuerzas, sin embargo, estos esfuerzos eran en vano. Mientras me hacían cosquillas y yo reía, podía ver como Paola se tomaba su tiempo y me quitaba lentamente los zapatos y las medias, dejándome descubiertos los pies. En ese momento pude sentir el frío del ambiente como entraba a mi cuerpo por las plantas de los pies, creo que esto pudo ser por la sensibilidad de los mismos.

Estando mis pies completamente «desnudos», inició Paola con la tortura de cosquillas, rascando las plantas de mis pies, lo cual hizo que mi risa se transformara en alaridos y gritos, además de las carcajadas.

Yo: jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… hahahahaha… hahahahaha…

Los tres se estaban divirtiendo, mientras me hacían cosquillas en todo mi cuerpo, con sus dedos, pinceles, cepillos, plumas, peinillas, peines, etc. No recuerdo cuando fue la última vez que me hicieron tantas cosquillas, más de una persona al mismo tiempo. Mientras que para ellos tres la sesión de cosquillas era un tema de diversión y placer, para mí era una tortura.

Pese a que me causaba mucha risa las cosquillas que estaba recibiendo, no disfrutaba para nada la situación; en el fondo deseaba mil veces que pararan la «tortura», sin embargo, sabía que necesitaba el dinero, así que solamente me quedaba reír a carcajadas y revolcarme como loca.

Recuerdo que después de casi 1 hora de recibir cosquillas sin piedad alguna y sin parar, mis verdugos se detuvieron. Me dejaron tomar aire, tomé un poco de agua. Viviana me llevó al baño porque necesitaba hacer «pis», sabía que no iba a soportar un instante más recibiendo cosquillas. Mientras me acompañaba al baño le pregunté por qué hacían las sesiones de cosquillas y respuesta fue clara y contundente.

V: por la simple razón que los tres tenemos el fetiche de las cosquillas y como puedes ver esta es nuestra casa de «torturas» en la cual hacemos todas las sesiones con nuestras ticklees.

Y: tu también eres ticklee o solo te dedicas a hacer cosquillas?

V: Paola y yo somo ticklers y ticklees, mientras que Javier únicamente es tickler.

Y: supongo que el tickler es el que hace cosquillas, verdad?

V: así es.

Y: qué te gusta más? ser ticklee o ser tickler?

V: las dos cosas, aunque disfruto más siendo ticklee.

Y: y Paola?

V: creo que a ella le gusta más ser tickler… es más dominante!

Y: supongo que si me dices eso y si a ti te gusta ser ticklee es porque eres sumisa?

V: digamos que si.

Y: y que piensas de la sesión de cosquillas conmigo, te ha gustado hacerme cosquillas?

V: claro que sí, siempre me gusta hacer cosquillas, sobre todo cuando la ticklee es demasiado cosquillosa como tu.

Y: jejeje, es cierto, es más divertido.

V: te gusta hacer cosquillas también? o te gusta más que te hagan cosquillas?

Y: podría decirse que me gustan ambos roles, sin embargo, siempre he experimentado más el rol de ticklee.

V: ah… yo pienso que es más divertido recibir cosquillas que hacerlas, no crees?

Y: podría decirse que sí? bueno continuamos entonces la sesión?

V: claro que sí… una pregunta.

Y: dime?

V: en qué parte de tu cuerpo te gusta que te hagan más cosquillas y en qué parte no te gusta que te hagan tantas cosquillas?

Y: me gusta más en la cintura, las costillas y las axilas. No me gusta mucho, en las plantas de los pies, soy hipercosquillosa en esa área del cuerpo. Por qué?

V: es bueno saberlo!

Continuamos nuevamente el camino hacia la habitación de la tortura y la verdad, hubiera querido no haber tenido que responder a la pregunta de Viviana: «En qué parte de tu cuerpo te gusta que te hagan más cosquillas y en qué parte no te gusta que te hagan tantas cosquillas?».

Entramos a la habitación, nuevamente me senté en la silla, mis pies fueron introducidos en el cepo y mis manos fueron atadas con las correas. Esta vez, Viviana se acercó donde Paola y le dijo algo al oído, lo que hizo que es última tomara un frasco de aceite y me aplicara sobre las plantas de mis pies.

Y: para que es el aceite?

P: pronto lo sabrás!

Y: dónde está Javier?

P: tuvo que bajar, porque tenemos una entrevista con otra ticklee que se postuló a las sesiones, así que no eres la única Eliana.

V: empezamos?

Y: empiezan qué?

Ambas mujeres se colocó cada una frene a las plantas de mis pies y con cepillo en mano, comenzaron a torturarme las plantas de los pies. Las cosquillas eran terribles e insoportables. El aceite hizo que sintiera muchísimas más cosquillas. Es más, no pensé ser hipersensible a costa del aceite.

Y: hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha… hahahaha…

Mi risa a carcajadas se transformó en gritos y alaridos. Ambas mujeres continuaron torturándome por 1 hora más, tal y como habíamos acordado al comienzo de la sesión. Me hicieron cosquillas con cepillos de peinar, cepillos de lavar ropa a mano, cepillos de dientes y sus uñas. Mientras mis pies estaban llenos de aceite, las cosquillas eran insoportables.

Terminamos la sesión, me sacaron los pies del cepo y me desataron las muñecas. Yo aún continuaba exhausta, me limpié los pies con un trapo, me coloqué los calcetines y los converse. Tomé agua, un poco de aire; fui al baño y procedí a bajar al primer piso. Cuando bajé las escaleras, pude ver a Javier que estaba entrevistando a dos chicas más, que aparentaban como de unos 18 años. Nos despedimos y Paola me acompañó hasta la puerta.

Ya apunto de salir Paola se me acercó a despedirse, no sin antes decirme algo al oído: «Escuché que te gusta ser ticklee, cuándo quieras una sesión me avisas a mi whatsapp. Yo también tengo pies hipercosquillosos». Nos despedimos y salí de la casa.

Tomé un taxi y emprendí el camino de regreso a mi apartamento, pensando en la sesión, pensando en lo que me dijo Paola y con un poco más de dinero como producto del pago por la sesión de cosquillas.

Espero que les haya gustado.

Un beso

Emy

 

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