Mi experiencia como ticklee (parte 6)

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Hola a todos, mi nombres es Brigitte, tengo 38 años y enseño Psicología Organizacional en una prestigiosa universidad colombiana. Siempre tuve vocación por enseñar pues la idea de hacer la diferencia y ayudar a moldear el futuro de los alumnos que están a mi cargo es la mejor de las recompensas para mi. Soy Psicóloga de profesión y con el tiempo he aprendido a reconocer y entender un poco el comportamiento de las personas que me rodean.

Estudié una maestría en Psicología Organizacional en la Universidad de los Andes en la ciudad de Bogotá. En esta ciudad estudié mi maestría y actualmente estoy radicada aquí. Comencé a trabajar como psicóloga en una empresa pequeña y con el tiempo comencé a postularme para ser profesora en pregrado y postgrado en la materia de «psicología organizacional». Primero, ser maestro me ha permitido ser una eterna estudiante ya que cuando se enseña un tema es cuando más se aprende de él, muchas veces las preguntas que me hacen mis estudiantes me ha obligado a indagar cada vez más en las diferentes temáticas. Y segundo, no hay nada rutinario en enseñar a un grupo compuesto por adolescentes en pregrado y profesionales en postgrado; por consiguiente, cada nuevo día con ellos es un reto.

Sin duda alguna ser docente me ha dado un sin fin de las mas variadas experiencias y esta que les contaré a continuación es una de ellas. Mis alumnos y alumnas son tan distintos unos de los otros como lo son los colores que puedes ver en un círculo cromático. Cada uno de ellos con sus propias ideas, creencias y los miedos e inseguridades propias de su edad, lo único que tienen todos ellos en común es la presión por sobresalir, pues los padres tienen muchas expectativas puestas en sus hijos.

En una de mis clases tuve 2 estudiantes que tenía dificultades con la materia y ofrecí ayudarles, porque no soy de esas profesoras a las que les gusta dejar que sus estudiantes repitan la materia. Soy consiente que a no todos se les facilita aprender al ritmo de los demás.

Paola, son dos estudiantes a las que se les dificultó un poco la materia. Paola contaba con 19 años y estudiaba Finanzas y Relaciones Internacionales. En Colombia se acostumbra a calificar por «cortes», es decir, primero se califica un corte del 30% de la nota final, después un segundo corte de otro 30% y un corte final del 40%, para cuantificar un total del 100%; y cuándo un estudiante tiene en el 60% una nota muy baja, lo más recomendable es averiguar el por qué de sus notas y eso fue lo que hice con Paola.

Confronté a Paola, con el fin de averiguar el por qué de sus notas bajas, debido a que me parecía muy extraño que una estudiante sobresaliente como ella, de un momento a otro tuviera un bajón en sus calificaciones sin explicación alguna. La respuesta de Paola me dejó perpleja, pues en mi años de experiencia como psicóloga, jamás había escuchado algo parecido.

P: lo que pasa Dra Brigitte es que para subsidiarme la universidad estoy trabajando como acompañante, pero no tengo sexo con nadie por dinero, en estos servicios la gente me paga por hacerme cosquillas, la paga es muy buena, sin embargo no quiero alejarme de la universidad, porque se que algún día voy a vivir de mi profesión.

Y: cosquillas? de las que producen risa?

P: si claro cosquillas de las que producen risa, una vez vi un anuncio en Internet que necesitaban mujeres cosquillosas para un proyecto y me postulé. Lo que no pensé es que fuera para este trabajo.

Y: y eso como es?

P: pues la persona llama a la agencia y ellos me contactan a mi, me dan la información del cliente y yo me dirijo a la dirección indicada.

Y: no tienes miedo de que algo malo te pase?

P: al principio si, después uno sabe que son clientes recurrentes de la agencia. Cuando es cliente nuevo, uno va acompañado de alguien de la agencia.

Y: y son solo cosquillas?

P: si, tal y como le dije, únicamente son cosquillas, no hay nada de sexo. Por qué las preguntas Dra Brigitte? Le interesaría participar?

Y: la verdad, no creo. 1) Soy demasiado cosquillosa y no creo poder resistir que me hagan cosquillas mucho tiempo seguido. 2) Siento curiosidad por saber un poco más del tema, pero como te digo, no se, me da cosa.

P: bueno igual si se anima, aquí tiene esta tarjeta, si llega a ir, dígales que yo la recomendé.

Y: ah bueno gracias.

Debo confesar que cuando llegué ese día a mi apartamento, sentí mucha curiosidad por averiguar como sería ese tema. Pasé toda la semana pensando en las sesiones de cosquillas y la dichosa agencia, así que el sábado de esa semana tomé la tarjeta y me decidí a marcar al número de celular.

Cuando marqué me contestó al otro lado de la línea un hombre joven y me explicó como era el proceso de selección, me indicaron que ellos debían hacer primero una «prueba de cosquillas» que es como una especie de casting, con el fin de verificar en que partes del cuerpo tengo cosquillas y cuál o cuáles serían mis puntos débiles a las cosquillas. Yo le indiqué que era una persona algo ocupada y que solo tendría disponibilidad en la noche o los fines de semana. Lo que nuca imaginé es que me hubieran dicho que si quería podía hacer la prueba ese mismo sábado, porque tenían disponibilidad de tiempo. Yo amablemente les dije que si. El joven me indicó la dirección y me dirigí allá.

Al llegar a la dirección, me fui en mi carro, y vestida para la ocación, un jean, camiseta, chaqueta y tenis con medias tobilleras. Llegué al sitio me abrió un muchacho joven que al momento de saludarme se identificó como la persona que conversó conmigo por teléfono.

Gabriel: hola Brigitte, cómo estás?

Y: bien gracias a Dios.

G: adelante, sigue y siéntate.

Entré a la casa, y en la sala había un escritorio con un par de sillas.

G: conversemos un poco.

Y: claro, qué quieres saber?

G: cuéntame un poco de ti, cuántos años tienes, a qué te dedicas, tienes cosquillas, en qué partes tienes, cual es tu parte más cosquillosa?

Y: bueno, tengo 38 años, soy psicóloga de profesión y trabajo como docente en pregrado y postgrado en algunas universidades. Tengo muchas cosquillas. En qué partes las tengo, creo que en todo mi cuerpo. En cuanto a la parte más cosquillosa de mi cuerpo, creo que tengo varias, aunque no soporto que me toquen los pies.

G: todo el pie o alguna parte en especial?

Y: todo el pie, sin embargo, en la parte del arco en las plantas de los pies, soy extremadamente cosquillosa, no soporto ni el pedicure.

G: interesante y qué te llamó la atención de lo que conversamos por teléfono, por qué deseas participar?

Y: pues una estudiante mía me comentó un poco sobre la agencia, ella se llama Paola XXXXXX, me dio una tarjeta de ustedes y después de una semana me animé a venir y probar.

G: ok, entonces supongo que vienes dispuesta a la prueba de cosquillas.

Y: aunque me den escalofríos, si, vengo dispuesta a hacer la prueba.

G: eres consiente que se te harán muchas cosquillas con muchos elementos como pinceles, cepillos, plumas y dedos, verdad?

Y: si claro, tu mismo me dijiste eso por teléfono. Pregunta, en caso que no soporte tanto ustedes se detienen?

G: claro que si, siempre hacemos pausas.

Si hubiera sabido que esa respuesta era falsa, quizás nunca hubiera ido a presentar esa dichosa prueba, que al final terminó siendo una tortura para mi. Gabriel me llevó a una habitación donde había una especie de mesa con dos cepos, uno en cada extremo de la mesa. Me pidió que me acostara en la pesa y procedió a introducir mis muñecas y tobillos en cada orificio de los cepos, aseguró mis muñecas y tobillos, procedió entonces a quitarme los tenis y las medias.

G: tienes bonitos pies.

Y: gracias.

Esa frase de Gabriel me apenó un poco, nunca antes nadie había hecho un comentario así de mis pies.

G: me pregunto que tan cosquillosos son?

En ese momento caí en cuenta que la tortura empezaría para mi.

Y: demasiado cosquillososssss… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja…

Los dedos de Gabriel se movían rápidamente sobre mis pies, haciendo énfasis en las plantas de mis pies, sin embargo, cada que podía exploraba cada rincón de mis pies, explorando entre mis dedos, tobillos, empeine, dedos y talones, lo cual hacía que explotara en risas descontroladas.

Y: jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja…

Mientras Gabriel me hacía cosquillas en las plantas de los pies, entró a la habitación una mujer joven, que para mi sorpresa era mi estudiante Paola. Resulta que Gabriel y Paola eran pareja y ambos tenían esa agencia desde hace un tiempo y la utilizaban para grabar videos de cosquillas.

P: que bien Dra. Brigitte que se animó a venir, me muero de ganas por hacerle muchas cosquillas. Creo que podemos negociar mi nota de la materia. Cómo le parece ese trueque?

Acto seguido, Paola comenzó a hacerme cosquillas en la cintura, costillas y axilas, mientras que su novio Gabriel continuaba torturándome en las plantas de los pies con todo tipo de elementos. Yo lo único que podía hacer era reír y reír a carcajadas, estaba vulnerable.

Y: jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja…

Al cabo de un rato, Gabriel salió de la habitación y quedó Paola únicamente conmigo, se dirigió a mis pies y yo lo único que podía hacer era implorar para que se detuviera y no me hiciera más cosquillas porque no soportaba un minuto más. Le dije que estaba dispuesta a colocarle una excelente nota, con tal que dejara de hacerme cosquillas. Sin embargo, mis súplicas fueron en vano, Paola estaba dispuesta a hacerme cosquillas por el tiempo que fuera necesario. Y comenzó a hacerme cosquillas en las plantas hipercosquillosas de mis pies con sus uñas, debo confesaer que sus uñas me produjeron demasiadas cosquillas, más que con los cepillos, plumas y pinceles que utilizó su novio.

Y: Y: jajajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… haaahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… nooooo… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha…. jajajajaja… hahaha… jajajajajaja… hahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha….

Yo gritaba y reía en medio de la tortura de cosquillas que me estaba dando Paola con sus uñas. Paola continuó torturándome por espacio de 1 hora, al menos eso fue lo que ella dijo justo antes que perdiera el conocimiento. Quizás me desmayé como producto de las cosquillas que recibí por mucho tiempo. Cuando volví en si, ya estaba sentada en un sofá en la sala con mis tenis y medias colocados y mi chaqueta. Me despedí de todos y me dirigí a mi carro para dirigirme a mi apartamento.

Llegué a mi apartamento tan cansada que lo único que hice fue acostarme a descansar, a la mañana siguiente cuando me levanté, me fui a dar un baño y mientras estaba en la ducha restregándome con la esponja los brazos y piernas, levanté mis pies para restregarme en las plantas y talones como de costumbre y vi una nota que decía: «Apreciada Dra, me gustó mucho hacerle cosquillas en sus pies, espero que se pueda repetir esta sesión y quizás usted sea la verdugo algún día. No espero una buena nota, porque debo ganármela con estudio. Paola. PD. La tinta no se borra fácilmente. jajaja.» Efectivamente la tinta no se borró fácilmente, duré con ese mensaje en mis pies como unos dos meses. En cuanto a Paola, con mucho esfuerzo se ganó su nota y pudo pasar la materia.

Esta fue mi experiencia como «ticklee».

Besos.

Brigitte.

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