abril 28, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

En busca de empleo – Parte 9

Tiempo de lectura aprox: 8 minutos, 27 segundos

Nuevamente en esta historia tenemos como protagonista a la profesora de diseño gráfico, Yolanda de 40 años. En esta historia vuelve acompañada de su hermana Cristina de 37 años y su estudiante «nerd» de 19 años.

Yolanda recibió un mensaje a través de whatsapp, era su estudiante de 19 años quién ya había ido a su apartamento a las clases de diseño gráfico en las herramientas sobre las cuales necesitaba un apoyo académico.

«Cómo está profesora Yolanda. Le escribe Javier, me recuerda? Soy el chico que estuvo hace 15 días recibiendo su clase de Photoshop.» – Escribió por whatsapp el estudiante.

«Quién? Perdona pero no te recuerdo. Porque le he dado clases a varios estudiantes en estos días.» – Respondió Yolanda.

Sinceramente Yolanda no tenía idea con quién estaba conversando por whatsapp.

«Oh. El de las cosquillas.» – Respondió el estudiante.

Yolanda al leer la palabra «cosquillas» en la conversación de whatsapp, sintió un escalofrío. Su verdugo había vuelto a aparecer.

«Ah ok. Cuéntame en qué te puedo ayudar?» – Preguntó amablemente Yolanda.

«Eh, si estimada profesora. Tengo unas dudas con el software 3d Blender y quisiera saber si es posible que usted me despeje esas dudas?» – Preguntó respetuosamente el estudiante.

Yolanda revisó su agenda para verificar disponibilidad y se dio cuenta que contaba con el espacio suficiente esa tarde para recibir a su estudiante, además que también estaría su hermana Cristina. Así que ella pensó, que si su hermana estaría presente, su estudiante fetichista no le haría cosquillas.

«Podría atenderte sobre las 2 pm.» – Respondió Yolanda.

«A las 2 pm estaré allá.» – Escribió su estudiante.

Yolanda se encontró con su hermana sobre medio día para almorzar juntas y conversaron largo rato. Durante el almuerzo Yolanda le comentó a su hermana que a las 2pm iba a recibir un estudiante para clases de modelado 3d, pero que ese estudiante tenía una particularidad. Le gustaba hacerle cosquillas durante sus clases.

Cristina la hermana de Yolanda, soltó una carcajada.

«Jajajaja. Qué? Es en serio? Está loco ese chico.» – Le dijo Cristina a Yolanda.

«Si, así como lo ves. El chico es raro. Tiene la apariencia de «nerd». Eso si, capta muy rápido lo que le explico. Pero tiene un fetiche por las cosquillas.» – Le decía Yolanda a su hermana.

«Y dónde te hizo cosquillas?» – Preguntó con curiosidad Cristina.

«Mira que cuando comenzó a hacerme cosquillas, la primera parte donde me mizo, fue en la cintura. Ahí me picó la cintura rápidamente y yo di un salto, acompañado de una risa. El chico me preguntó si era cosquillosa y le dije que si. Después se levantó disque al baño y cuando regresó me atacó por sorpresa, haciéndome más cosquillas en la cintura, lo cual me hizo caer al suelo.» – Decía Yolanda.

«Es en serio lo que me dices?» – Preguntó Cristina.

«Si es en serio. Aprovechó que me caí al suelo y ahí fue peor. Me hizo cosquillas en todo lado. Hasta en los pies.» – Respondió Yolanda.

«Uy no. A mi me hace en los pies y no se que haría.» – Dijo Cristina.

«Si yo se.» – Respondió Yolanda.

Ambas hermanas terminaron de almorzar y se fueron al apartamento de Yolanda. Al llegar, se sentaron en la sala a tomar unas copas de vito tinto, mientras esperaban que llegara el estudiante.

A las 2pm llegó el estudiante. Se anunció en el citófono y Yolanda desde su apartamento le habilitó el ingreso. Subió e ingresó al apartamento de Yolanda.

«Cómo está profesora Yolanda?» – Preguntó y saludó el estudiante.

«Estoy bien. Gracias por preguntar. Sigue.» – Le dijo Yolanda a Javier.

Yolanda y su hermana Cristina, son dos mujeres de 40 y 37 años respectivamente. Ambas son de tez blanca, ojos negros, cabello negro. La estatura, Yolanda mide 1,60 cm, mientras que su hermana mide 1,55 cm. En cuanto al calzado, Yolanda es talla 40, mientras que su hermana es talla 37.

El estudiante ingresó al apartamento de Yolanda, creyendo que solo iban a estar él y la profesora. Al ver a Cristina sentada en el sofá de la sala, quedó asombrado.

«Ah mira, te presento a mi hermana.» – Le dijo Yolanda a su estudiante.

«Mucho gusto, soy Cristina.» – Se presenta la hermana de Yolanda.

Yolanda y Cristina estaban vestidas con jean ajustado, camisetas manga corta, zapatos de tacones rojos y negros.

«Soy Javier, vengo a que tu hermana me explique unas cosas con un software de 3D.» – Respondió amablemente Javier.

«Ah tu eres el de las cosquillas?» – Preguntó en tono jocoso Cristina.

«Cosquillas? Cómo así?» – Pregunto Javier con la cara colorada, quizás con algo de pena por la pregunta.

En ese momento Yolanda, también tenía la cara colorada, por sentir algo de pena por la pregunta de Cristina.

«Tu eres el estudiante que le hizo cosquillas a mi hermana Yolanda. Ella me contó de su experiencia contigo. Jajaja. Que loco. Jajajaja» – Respondió Cristina.

«Emmm… si…» – Respondió con algo de pena Javier.

Y sin permitir que alguien más dijera algo, rápidamente Javier decidió tratar de meter en el punto de no retorno a la hermana de Yolanda.

«Y tu tienes cosquillas?» – Preguntó Javier a Cristina.

«Yo?» – Respondió Cristina.

«Si» – Volvió a responder Javier.

«Si claro, soy muy cosquillosa.» – Volvió a responder Cristina.

«Más que tu hermana?» – Preguntó Javier.

Lo que Yolanda y Cristina no se dieron cuenta es que prácticamente Javier las había llevado al punto de no retorno, con sus preguntas de cosquillas.

En ese momento Yolanda intervino en la conversación.

«Creo que Cristina es más csoquillosa que yo en los pies. Cierto Cris?» – Dijo Yolanda.

«Uy si, en los pies tengo demasiadas cosquillas. Soy muy cosquillosa ahí. Sobre todo en la planta.» – Respondió Cristina.

«Ah, vea pues. Sería interesante comprobarlo.» – Dijo en tono de insinuación Javier.

Ambas hermanas habían entrado en un punto de no retorno, además que el hecho de estar tomando copas de vino tinto, las tenía algo «alegres», así que en teoría no se encontraban en sus cabales. Ya se habían tomado cada una, 3 copas de vino.

«Quieres hacernos cosquillas a las dos?» – Preguntó Cristina.

«Si se puede. No tendría problema alguno.» – Respondió Javier.

La visita por una asesoría académica, prácticamente se había convertido en una entrevista fetichista y el estudiante estaba apunto de lograr su sueño: Hacerle cosquillas a dos mujeres cosquillosas, al mismo tiempo.

«Yo soy muy cosquillosa. De una vez te digo.» – Respondió Cristina.

«Yo también y ya te diste cuenta de eso la vez pasada.» – Dijo Yolanda.

«Ok, no hay problema. Si quieren probamos de una vez. Ustedes me dirán dónde.» – Le dijo Javier a las dos hermanas.

«Si quieren se quitan los tacones y se sientan en el sofá o ustedes me dirán dónde hacemos la sesión.» – Replicó Javier.

«En serio estás dispuesto a hacernos cosquillas a las dos? Acaso no venías por una tutoría en Blender?» – Preguntó Yolanda.

«Pues la verdad, la tutoría de Blender era una excusa para venir a hacerle cosquillas nuevamente. Lo que no esperaba era encontrarla a usted acá con su hermana. Y si me gustaría poder hacerle cosquillas a las dos. Si ambas me lo permiten.» – Respondió Javier.

«Pero te tendría que cobrar por el tiempo de tutoría, sin importar que lo uses en cosquillas o en tutoría.» – Dijo Yolanda.

«Si. No tengo problemas con eso. Le pagaré por las 2 horas que acordamos.» – Respondió Javier.

«Ok. En ese caso qué debemos hacer?» – Preguntó Yolanda.

«Puede ser acá en la sala o quizás tenga un lugar más cómodo. Por ejemplo, su habitación.» – Comentó Javier.

«En tu cama no se puede?» – Preguntó Cristina.

«Ehm si, no tengo problema.» – Respondió Yolanda.

Los tres se dirigieron a la habitación de Yolanda. Entraron y había una cama tamaño «king», un tocador con cepillos para el cabello, un closet, un tv de 52 pulgadas en la pared y 2 mesas pequeñas.

«Listo y ahora qué hacemos?» – Preguntó Yolanda.

«Ehm, podrían acostarse boca abajo en la cama. Las dos. Por favor.» – Fue la solicitud de Javier.

Amas hermanas (Yolanda y Cristina) se subieron a la cama y se acostaron boca abajo, mientras que Javier, procedió a sentarse en las piernas de ambas y abriendo sus piernas, para dejar en medio de éstas los 2 pares de pies de Yolanda y Cristina.

«Qué vas a hacer? Por qué te subes sobre nuestras piernas?» – Preguntó Yolanda.

«Ya verán. Están listas?» – Preguntó Javier.

«Para qué?» – Preguntó Cristina.

Sin decir una palabra, Javier simplemente comenzó a retirar los tacones de ambas mujeres, dejándoles los pies descalzos.

Ambas mujeres al sentir el frío en sus pies, supieron que estaban vulnerables, se miraron entre sí, sabiendo lo que se les venía para encima.

Mientras que Javier sin mediar una sola palabra y viendo los 4 pies vulnerables, descalzos, blancos y las plantas con un tono entre rosado y colorado, comenzó a mover rápidamente sus 10 dedos de sus manos sobre las plantas cosquillosas de Yolanda y Cristina, haciendo que éstas estallaran en carcajadas.

«JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA» – Ambas mujeres reían a carcajadas.

Javier simplemente continuaba moviendo sus dedos rápidamente y sin piedad alguna, sobre las vulnerables y cosquillosas plantas de Yolanda y Cristina.

«Paraaaaaa paraaaaaaa paraaaaaaa» – Suplicaba Yolanada, mientras que su hermana Cristina continuaba riendo a carcajadas.

«Veo que ambas son cosquillosas en los pies. Eso es excelente.» – Decía Javier, mientras hacía una breve pausa después de unos 15 minutos seguidos de cosquillas.

Ambas mujeres trataban de tomar aire.

«Tu sabías desde la primera vez que soy muy cosquillosa en mis pies.» – Decía Yolanda.

«Uy que loco esto. No me había reído tanto. En serio tengo demasiadas cosquillas en los pies.» – Comentaba Cristina.

Javier continuaba sentado encima de las piernas de Yolanda y Cristina, mientras que ambas mujeres continuaban acostadas boca abajo en la cama.

«Descansaron?» – Preguntó en tono jocoso Javier.

«Qué? Viene más?» – Preguntó Yolanda.

«Uy no por favor, no soportaría más cosquillas.» – Dijo Cristina.

«Qué creyeron? Esto solo fue un abre bocas para verificar si ambas son igual de cosquillosas en los pies. Ahora voy a hacerles por separado a cada una.» – Comentó Javier.

Y sin dejar las mujeres preguntaran quién iba primero, Javier simplemente atacó los hipercosquillosos pies de Yolanda sin piedad alguna.

«NOOOOOOO JAJAJAJAJAJAJA HAHAHAHAHAHA JAJAJAJAJAJAJ AHAHAHAHHAHAAJ AJJAJAJAJAJ AHAHAHA»

La risa de Yolanda se incrementó y se mezcló con gritos de desesperación, mientras movía sus pies como loca intentando safarse de las cosquillas que estaba recibiendo sobre sus hipercosquillosas plantas.

«Si que tienes muchas cosquilla en las plantas de tus pies. Eso me gusta mucho.» – Decía Javier mientras continuaba haciéndole cosquillas en las plantas de los pies a Yolanda.

Después de casi 10 o 15 minutos de hacerle cosquillas en los pies a Yolanda, por fin Javier se detuvo.

Yolanda estaba exhausta tratando de tomar aire.

Mientras que Cristina ya sabía que en cualquier momento sus pies serían atacados. Miraba a Yolanda como estaba sudada y despeinada. Casi que de inmediato Javier atacó los hipercosquillosos pies de Cristina.

«NOOOOOOO JAJAJAJAJAJAJA HAHAHAHAHAHA JAJAJAJAJAJAJ AHAHAHAHHAHAAJ AJJAJAJAJAJ AHAHAHA»

La risa de Cristina se convirtió en gritos de desesperación y carcajadas, mientras movía sus pies como loca intentando huir de las incesantes cosquillas en sus hipercosquillosas plantas.

Cristina intentaba por todos los medios, tratando de salirse de la prisión de cosquillas en la que se encontraba, moviéndose a todos lados.

Prácticamente Javier se detuvo casi que al mismo tiempo que dejó de hacerle cosquillas a Yolanda, unos 10 o 15 minutos.

«Son extremadamente cosquillosas en los pies. Deberíamos hacer esto más seguido.» – Decía Javier con algo de burla a las dos hermanas, Yolanda y Cristina.

«No en serio son demasiadas cosquillas. Por favor no más cosquillas en los pies.» – Pedía clemencia Yolanda.

«Si por favor. No creí ser tan cosquillosa en los pies.» – Comentaba Cristina.

«No se preocupen que ya me voy a levantar de sus piernas» – Dijo Javier.

Y efectivamente lo hizo. Javier se levantó de encima de las piernas de Yolanda y Cristina, mientras que las hermanas, recogían sus piernas, aún estando boca abajo la cama. El único problema, fue que Javier no las dejó girar para levantarse, sino que se les tiró en cima rápidamente y comenzó a hacerles cosquillas a ambas mujeres en la cintura, axilas y costillas.

Ambas mujeres comenzaron a reír nuevamente.

«NOOOOOOO JAJAJAJAJAJAJA HAHAHAHAHAHA JAJAJAJAJAJAJ AHAHAHAHHAHAAJ AJJAJAJAJAJ AHAHAHA NOOOOOOO JAJAJAJAJAJAJA HAHAHAHAHAHA JAJAJAJAJAJAJ AHAHAHAHHAHAAJ AJJAJAJAJAJ AHAHAHA NOOOOOOO JAJAJAJAJAJAJA HAHAHAHAHAHA JAJAJAJAJAJAJ AHAHAHAHHAHAAJ AJJAJAJAJAJ AHAHAHA NOOOOOOO JAJAJAJAJAJAJA HAHAHAHAHAHA JAJAJAJAJAJAJ AHAHAHAHHAHAAJ AJJAJAJAJAJ AHAHAHA NOOOOOOO JAJAJAJAJAJAJA HAHAHAHAHAHA JAJAJAJAJAJAJ AHAHAHAHHAHAAJ AJJAJAJAJAJ AHAHAHA NOOOOOOO JAJAJAJAJAJAJA HAHAHAHAHAHA JAJAJAJAJAJAJ AHAHAHAHHAHAAJ AJJAJAJAJAJ AHAHAHA»

Las risas de desespero, mientras se revolcaban en la cama intentando huir de las cosquillas que les hacía Javier, sin piedad alguna. Pese a que era un chico de 19 años, era algo más fuerte que ambas mujeres de 37 y 40 años.

Después de 10 minutos de torturar a ambas hermanas, simplemente Javier se detuvo. Se levantó de la cama y veía como Yolanda y Cristina, continuaban riendo, sudadas y despeinadas.

«Ustedes son las mujeres más cosquillosas a las cuales les he hecho cosquillas. En serio son muy cosquillosas. Es divertido hacerles cosquillas y verlas reír.» – Les decía Javier a las hermanas Yolanda y Cristina.

«La verdad soy demasiado cosquillosa.» – Decía Yolanda.

«Yo creo que mis cosquillas estaban escondidas y con esto de hoy, volvieron a salir a flote. No pensé ser hipercosquillosa en las plantas de mis pies.» – Decía Cristina.

«Repetirían una sesión de cosquillas?» – Preguntó Javier.

«Cuándo hoy?» – Preguntó Cristina.

«Hoy no, otro día.» – Dijo Javier.

Yolanda solo miraba a Cristina y a Javier sin decir una palabra.

«Ah bueno porque fueron demasiadas cosquillas y no creo que pueda aguantar nuevamente.» – Respondió Cristina.

«En serio quieres volver a hacernos cosquillas?» – Preguntó Yolanda.

«Si claro. Es más les propongo un negocio. Yo estoy dispuesto a pagarles, por dejarse hacer cosquillas, pero obviamente sería mucho más intenso.» – Propuso Javier.

«Intenso cómo?» – Preguntó Cristina.

«Si, explícanos eso, por favor.» – Dijo Yolanda.

«Pues con Intenso, me refiero a que estén atadas de pies y manos, mientras les hago cosquillas en todo el cuerpo. Quizás en ropa interior o bikini. Además las cosquillas en los pies serían con diferentes objetos como cepillos, peines, etc. Y lo mejor de todo, es que les pagaría por hacer esto. Qué opinan?» – Preguntó Javier.

Ambas hermanas se miraron a los ojos y hablaron entre ellas.

«Solo serían cosquillas cierto?» – Preguntó Yolanda.

«Si claro. Solo serían cosquillas.» – Dijo Javier.

«Por mi no hay problema. Además un poco de dinero extra por dejarme hacer cosquillas en mi cuerpo, no tendría problema con eso.» – Dijo Cristina.

«Si mi hermana acepta, entonces yo también acepto.» – Dijo Yolanda.

«Listo. Tenemos un trato.» – Dijo Javier, mientras estrechaba las manos de Yolanda y Cristina.

Los tres salieron nuevamente de la habitación. Volvieron a la sala.

Javier se despidió de las hermanas y se retiró del apartamento.

Mientras tanto, ambas hermanas conversaron sobre la experiencia y quedaron en volver a repetir la sesión de cosquillas pero esta vez sería más intensa.

Volveremos a ver nuevas historias de las hermanas Yolanda y Cristina con su verdugo Javier.

Original de TicklingStories

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