abril 25, 2024

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En los pies no por favor…

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 51 segundos

Conocí a Anaí, modelo de profesión en una sesión de fotografía para un catálogo de ropa interior. Soy fotógrafo de profesión y pues trabajo con modelos en sesiones fotográficas para catálogos de ropa o para promocionar productos y servicios para empresas.

En esta ocasión, la modelo llamada Anaí, resultó ser una persona muy amable y sencilla. El trabajo se hizo mucho más fácil de realizar (lo digo porque hay modelos que «levitan»). La sesión de fotografía transcurrió de lo más normal, las fotos se desarrollaron en los tiempos indicados y todo lo demás salió como el cliente, la modelo y yo (fotógrafo) esperábamos que saliera.

Después de la sesión de fotos, intercambié datos de contacto con la modelo, con el fin de tenerla en cuenta cuando me avisaran para trabajos de fotografía.

Unas dos semanas después volví a tener contacto con Anaí en una nueva sesión de fotos, así que en uno de los descansos aproveché para invitarla a tomarnos un café y conversar sobre varios temas, ella accedió y me acompañó a tomar ese café.

Pedimos el café y nos sentamos en una mesa a conversar sobre diversos temas, por ejemplo: experiencia, dónde vivía, edad, estatura, talla ropa, talla calzado, medidas, y muchos otros temas más. Anaí respondió a cada una de mis preguntas sin problema alguno.

Yo: qué experiencia tienes?

Anaí: soy modelo profesional, he trabajado como modelo de catálogos de ropa, catálogos de ropa interior, modelo de protocolo, modelo de eventos, etc.

Yo: cuántos años tienes?

Anaí: 32 años.

Yo: talla de ropa, calzado, medidas, estatura.

Anaí: talla de ropa: S; calzado: 39; medidas: 90-60-90; estatura: 1,70 mts.

Yo: tienes cosquillas?

Anaí: si, cómo todos no? jajajaja.

Yo: si claro. En qué partes del cuerpo tienes cosquillas?

Anaí: y éstas preguntas qué?

Yo: es parte de la entrevista. Jajajaja.

Anaí: ok, tengo cosquillas en todos lados.

Yo: eres cosquillosa?

Anaí: demasiado.

Yo: en qué partes del cuerpo sientes más cosquillas?

Anaí: en las axilas y la cintura.

Yo: qué tan cosquillosa eres en los pies?

Se quedó pensando su respuesta…

Anaí: en los pies no tengo cosquillas.

Llegó el momento de volver a la sesión de fotografía y continuamos el trabajo. Al terminar la jornada de trabajo, le pregunté si la podía llevar, pues cuando llegaba en la mañana me di cuenta que ella llegaba en un taxi, así que aproveché la oportunidad en la noche para ofrecerle mis servicios de transporte hasta su casa. Ella aceptó y nos encaminamos a su lugar de residencia.

En el camino me preguntó sobre las cosquillas, por qué le había hecho esas preguntas, así que le comenté que estaba trabajando un proyecto de «Fetiches de pies y cosquillas», así que me pidió que le comentara un poco más sobre el proyecto y eso hice.

Anaí: me parece interesante ese proyecto.

Yo: te gustaría participar?

Anaí: sería algo nuevo para mí, además sería interesante probar ese tema y ver que tal.

Yo: y en qué te gustaría participar, es decir, en cuál de los dos temas: fetiche de pies o cosquillas?

Anaí: se pueden los dos temas?

Yo: te gustaría participar en ambos temas?

Anaí: se puede?

Yo: si claro, no hay problema alguno. Por qué quieres en ambos temas y no en uno en específico?

Anaí: pues me gustaría experimentar el tema de los fetiches, porque es algo que aquí en Colombia tratan con mucho tabú y en cuanto al tema de las cosquillas, quisiera «experimentar» para ver hasta que punto puedo llegar soportado una sesión de cosquillas. Además soy demasiado cosquillosa y quiero conocer mis límites.

Yo: me parece interesante tu punto de vista.

Llegó el día de la sesión de fotos para proyecto de «fetiche de pies y cosquillas» con Anaí. Ella llegó muy puntual a la cita que habíamos programado con anterioridad.

Antes de empezar, conversamos un poco sobre el tema y le expliqué como se iba a realizar las sesiones. Anaí procedió a vestirse acorde a la sesión y a los temas que íbamos a explotar en esta primera sesión.

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Apenas estuvo lista se acostó en la cama, se colocó las esposas en las muñecas y los tobillos y comenzó la sesión de fotos. Anaí posó de forma sensual. Se metió en el papel de una modelo de fetiches.

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Las fotos transcurrían de forma normal, Anaí se encontraba con «esposas» en sus muñecas y tobillos, con los ojos vendados y atada en cada extremidad a cada esquina de la cama. La modelo posaba a cada instrucción que le indicaba. Todo transcurría con calma, hasta que decidí colocar la cámara en automático para poder acercarme a ella y probar la segunda parte de la sesión del proyecto: «las cosquillas».

Así que me acerqué a sus axilas y comencé a hacerle cosquillas, la reacción de Anaí no se hizo esperar y estalló en risas.

Anaí: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Las risas de Anaí inundaron la habitación mientras que yo continuaba haciéndole cosquillas en las axilas desnudas de ella. A medida que yo continuaba bajando por sus costados, haciéndole cosquillas en las costillas, cintura y ombligo, las risas de Anaí continuaban e incrementaban.

Anaí: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Así continué, bajando por los muslos y las rodillas, hasta llegar a los tobillos; mientras que Anaí únicamente reía a carcajadas y daba brincos en la cama amarrada en las muñecas y tobillos.

Anaí: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Pude constatar que realmente era tan cosquillosa como me dijo en la entrevista; sin embargo, aún tenía la duda en saber si realmente era o no cosquillosa en los pies, así que lo dejaría para más tarde.

Dejé de hacer cosquillas, para volver a meterla de lleno nuevamente en el tema de las fotos de fetiches.

Yo: eres muy cosquillosa.

Anaí: yo te dije que tenía muchas cosquillas.

Yo: si, eso me di cuenta. Sigamos con las fotos.

La cámara seguía tomando fotos de forma automática mientras que yo le decía que pose hacer, así atada de pies y manos en la cama, en sus muñecas y tobillos.

Así que nuevamente dejé la cámara en automático y me acerqué a Anaí lentamente, mientras ella seguía haciendo poses y movimientos de acuerdo a lo que escuchaba de mi voz. De un momento a otro le tomé el tobillo del pie derecho con una mano y con la otra le pasé mis dedos por la planta del pie. Anaí no pudo evitar en soltar un grito de desespero.

Anaí: hahahahaha…

Yo: qué pasó? Por qué gritas?

Anaí: en los pies no por favor.

Yo: por qué no? Si tu misma me dijiste que no tenías cosquillas en los pies.

Anaí: los pies son mi punto débil. No soporto que me toquen los pies. Soy hipercosquillosa en esa parte de mi cuerpo. no logro controlarlas. Me entra un desespero si me hacen cosquillas en esa parte de cuerpo.

Yo: en serio? Veamos entonces que pasa. Te parece?

Comencé a pasarle mis dedos por la planta de su pie derecho y la reacción de Anaí no se hizo esperar.

Anaí: no por favor…. hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha…

Anaí movía su pie de un lado a otro, intentando huir de las cosquillas recibidas, sin embargo sus esfuerzos eran inútiles, así que me apoyé en la cama y comencé a hacerle cosquillas en ambos pies. La modelo únicamente reía a carcajadas mezcladas con gritos de desespero.

Anaí: hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha…

Después de hacerle cosquillas en los pies atada de pies y manos en la cama en forma de X, la solté y le comenté que debíamos pasar al siguiente nivel. Le indiqué que debía sentarse en el suelo para introducir pies y manos en un cepo, para poder tomar nuevas fotos. Apenas estuvo lista, activé la cámara y comencé a tomar fotos. En ese momento me acerqué a ella con un cepillo de peinar y comencé a hacer cosquillas nuevamente. Anaí de nuevo comenzó a reír y a gritar.

Anaí: hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha… hahahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahahaha…

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Al final de la sesión de «trabajo», prácticamente unas 4 horas después, Anaí estaba exhausta de tanto reír como producto de las cosquillas recibidas. Nos comentó que jamás le habían hecho tantas cosquillas y menos que le hubiera tocado realizar un trabajo similar.

Así que quedamos en organizar una nueva sesión de fotos y esta vez las cosas serían diferentes.

Espero comentario.

JP

 

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