mayo 1, 2024

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Cosquillas en new york

Tiempo de lectura aprox: 5 minutos, 27 segundos

Buen día mis estimados lectores, el mes pasado estuve en la ciudad de New York, conociendo y visitando unos amigos. Visité museos, parques, en fin, fue un viaje espectacular.

Estando en uno de esos parques conocí a Vanessa Guzmán, una hermosa mujer de de unos 35 años de edad y de origen colombiano, igual que yo.

Mientras caminaba por el parque la vi recostada sobre el pasto verde, leyendo un libro.

Así que me acerqué un poco para intentar conversar un poco con ella. Debido a que ella se encontraba recostada en el pasto, con sus zapatos a un lado, estaba descalza, llevaba un jean ceñido al cuerpo con una camiseta de rayas azules con blanco y una chaqueta la cual estaba usando como almohada sobre su morral. Curiosamente no tenía calcetines puestos, por lo que pude detallar muy bien sus pies, los cuales llevaba pintadas sus uñas con esmalte rosa.

Yo: hola cómo estás?

Vanessa Guzman: bien gracias a Dios.

Y: ah, hablas español, que bien.

VG: si hablo español, soy colombiana.

Y: vea pues, que coincidencia yo también soy colombiano, y qué haces en New York?

VG: vivo aquí hace 8 años, estudio y trabajo, y tú? qué haces aquí?

Y: yo vine a pasear, vivo en Bogotá. Tengo mi propio negocio.

VG: ah si? y a qué te dedicas?

Y: literalmente, me dedico a hacerle cosquillas a mujeres.

VG: en serio? osea cosquillas de las que dan risa?

Y: si, esas mismas.

VG: y eso tiene que ver con algo fetichista o cosas así?

Y: si y no.

VG: cómo así?

Y: pues yo tengo mi consultorio en Bogotá, el cual lo tengo acondicionado para las sesiones de cosquillas y a veces grabamos sesiones para distribuir videos de fetiches de cosquillas. Es un mercado muy amplio, tanto para las mujeres que deseen ganar dinero recibiendo cosquillas, como las que pagan para que les hagan cosquillas.

VG: bueno te pregunto, porque no es la primera vez que escucho algo así, aquí en Estados Unidos ya me han ofrecido varias veces participar en «sesiones de cosquillas».

Y: y tu que has respondido?

VG: pues solo participé una vez nada más y eso, porque fue por probar y porque además necesitaba el dinero.

Y: y cómo fue tu experiencia?

VG: no pues me hicieron muchas cosquillas, en lugares que pensé que no tenía cosquillas, además me tuvieron atada de pies y manos,siempre estuve sentada y los pies me los introdujeron en un cepo, con los dedos estirados hacia arriba, cada uno amarrados a unas argollas del cepo que estaban en la parte superior de éste, mis brazos me los estiraron hacia arriba y me ataron las muñecas con unas correas. Fue una experiencia difícil de olvidar.

Y: por qué difícil de olvidar?

VG: porque me hicieron demasiadas cosquillas, en todos lados de mi cuerpo, en las axilas, el cuello, las costillas, la cintura, el ombligo, las piernas, las rodillas, los pies, los dedos de los pies, lo talones, las plantas de los pies, las manos, en fin, fueron demasiadas cosquillas.

Y: y cuánto tiempo fue?

VG: unas dos horas.

Y: pero te pagaron por eso?

VG: si claro, me pagaron $300 dólares.

Y: interesante.

VG: por qué dices interesante?

Y: no pues porque me dices que te pagaron $300 dólares por hacerte cosquillas durante 2 horas.

VG: ah si, claro.

Y: y dónde sentiste más cosquillas?

VG: la verdad, la verdad, sentí muchas cosquillas en todos lados. No creí ser tan cosquillosa.

Y: pero supongo que tienes un punto débil como todos.

VG: si claro, la planta de mis pies son mi punto débil, soy hipercosquillosa en esa parte de mi cuerpo.

Y: bueno y qué harías si te tomara tus pies ahora mismo y te hiciera muchas cosquillas en las plantas?

VG: estallaría en risas, el hecho de ver que me toman los pies, me da mucha risa y cuándo me hacen cosquillas en las plantas de los pies estallo en carcajadas.

Y: en serio? no te creo. (Yo con ganas de tomarle los pies y hacerle muchas cosquillas)

VG: en serio soy demasiado cosquillosa en las plantas de mis pies.

Como ya estaba sentado en el pasto junto a sus pies, se los agarré y le dije la famosa frase:

Y: no te creo, muestra los pies haber.

Le tomo ambos pies y empiezo a hacerle cosquillas con mis dedos en las plantas de sus pies, lo cual hace que Vanessa estalle en risas a carcajadas.

VG: hahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahaha…

Vanessa empezó a mover sus pies y a reír a carcajadas, mientras que yo le hacía cosquillas en las plantas. Lo más gracioso de todo es que la gente veía que le estaba haciendo cosquillas en los pies Vanessa mientras ella reía y suplicaba a carcajadas y no decían nada, nadie opinaba ni se acercaban.

Terminé de hacerle cosquillas en los pies, creo que fueron unos 5 minutos nada más los que le hice cosquillas en las plantas de sus pies.

Y: bueno pude ver lo cosquillosa que eres.

VG: jajaja… no te dije que soy muy cosquillosa. El hecho de ver que alguien me va a tomar los pies, ya me produce risa nerviosa… jajaja.

Y: si eso veo, pero te confieso algo?

VG: qué?

Y: quedé con ganas de hacerte más cosquillas?

VG: en serio? (Vanessa se sentó en ese momento y recogió sus pies)

Y: si, me gustaría poder hacerte más cosquillas, sería divertido, no crees?

VG: bueno y que te hace pensar que me voy a dejar hacer más cosquillas?

Y: la verdad, nada, solo te digo, que tengo ganas de hacerte más cosquillas.

VG: mmm… no me has dicho como te llamas, yo me llamo Vanessa Guzman.

Y: mucho gusto soy CQ. Cuántos años tienes?

VG: 36 años y tú?

Y: tengo 38 años. Entonces que dices? Te le mides a recibir más cosquillas?

VG: esta bien, pero no aquí.

Y: entonces dónde?

VG: en mi apartamento, vivo a unas cuantas calles de aquí. Si quieres hacerme más cosquillas tendría que ser allá. Aquí en el parque no me voy a dejar hacer más cosquillas.

Y: listo no hay lío.

La ayudé a levantar y emprendimos el camino hacia su apartamento. Mientras caminábamos, conversamos sobre su vida y mi vida, además para asegurarme, le pregunté si me iba a cobrar dinero por dejarse hacer cosquillas y su respuesta fue negativa, que lo iba a hacer solo porque le había tomado gusto a ser «torturada» con cosquillas y que yo le había parecido una persona agradable para hacerle la sesión.

Llegamos al edificio donde estaba ubicado su apartamento y comenzamos a subir las escaleras, vivía en un piso 5, no había ascensor. Al entrar al apartamento, había un sofá cama, una nevera, una mesa con dos sillas, una biblioteca pequeña un escritorio con un computador portátil y conexión a Internet, además había una habitación pequeña y un baño. En la habitación estaba su cama.

VG: bueno bienvenido.

Y: gracias. Es acogedor.

VG: si… Aquí leo, tomo café, escribo, paso gran parte de mi tiempo cuando estoy descansando del trabajo y del estudio, además de ir al parque a recostarme en el pasto a leer.

Y: ya veo.

VG: bueno a lo que vinimos, creo que lo mejor sería en la habitación en la cama.

Así que Vanessa se quitó sus zapatos la chaqueta y se acostó en la cama.

VG: bueno ya estoy lista, cuando quieras.

Y dicho eso, me le tiré encima y comencé a hacerle cosquillas en todos lados, en las axilas, el cuello, las costillas, la cintura, el ombligo. Recordé cada rincón de su cuerpo, dónde según ella le habían hecho cosquillas en esa experiencia. Vanessa solo reía y reía.

VG: jajajajaja… jajajajaj… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Mientras tanto yo seguía haciéndole cosquillas desde la cintura hacia su cuello. Duré haciéndole cosquillas omo una media hora calculo yo, así que me giré sobre ella y comencé a hacerle cosquillas en las piernas y rodillas, como era de esperarse, pese a tener puesto un jean, Vanessa empezó a dar saltos en la cama y a seguir riendo como producto de las cosquillas que estaba recibiendo en sus rodillas y piernas.

VG: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja…

En esa parte de su cuerpo le hice cosquillas como unos 25 a 35 minutos mas o menos, después pasé al olimpo de su cuerpo, a sus pies. Al empezar a cosquillearla nuevamente en esa parte de su cuerpo, hizo que estallara en risas y gritos a carcajadas.

VG: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahaha.. jajajajaja… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajaja… hahahaha… jajajaja… hahahaha… jajajaja…

Fue muy divertido hacerle cosquillas en las plantas de los pies a Vanessa, de verdad era hipercosquillosa y además que llegó al punto de llorar, mientras reía, quizás como producto de la desesperación producida por las cosquillas que estaba recibiendo. La torturé con mis dedos, con mi lengua y además con un cepillo de peinar que tenía en la mesa de noche. Creo que le hice cosquillas en sus pies por casi 1 hora sin parar, pese a que ella en medio de sus risas a carcajadas y sus alaridos, suplicaba pidiendo piedad.

Después de finalizar la sesión de cosquillas, hicimos una pausa, ella, se levantó entró al baño a orinar, porque estaba a punto de estallar, se colocó sus zapatos y conversamos un rato, antes de retirarnos a un bar a tomarnos un trago que le invité, como agradecimiento por dejarse hacer cosquillas, intercambiamos teléfonos y correos.

Nos seguimos viendo un par de veces más antes de volver a Colombia, actualmente seguimos conversando por Whatsapp, email y Facebook, por lo tanto estamos en conversaciones para ahora que ella venga a Colombia, hacer una nueva sesión de cosquillas, pero esta vez será en mi consultorio.

Espero que les haya gustado y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

 

 

 

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