abril 27, 2024

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Cumpliendo fantasías

Tiempo de lectura aprox: 6 minutos, 15 segundos

Durante el mes de Agosto de 2015, me llamó a mi número de teléfono celular una mujer que había visto un anuncio en Internet y quería comprobar si realmente era cierto o era un anuncio de broma.


El anuncio decía:

«Buscamos mujeres cosquillosas para grabar vídeos de cosquillas, además cumplimos fetiches y fantasías relacionadas con las cosquillas.»

Olga era su nombre, además es una mujer de 48 años de edad, muy bien conservada, separada, madre de dos hijos varones de 25 y 23 años, su contextura es delgada, tez blanca, cabello café y ojos color miel.

Resulta que Olga es Ingeniera de una empresa de tecnología y según me comentó ella, vio mi anuncio por casualidades de la vida mientras navegaba en Internet.

Me dice ella que vio el anuncio y le causó curiosidad el tema y lo guardó para llamarme en la mañana, lo cual hizo a las 8 am del día siguiente al que leyó el anuncio.

La conversación fue más o menos la siguiente:

Yo: aló muy buenos días, en qué le puedo ayudar?
Olga: si, buenos días, estoy llamando para solicitar más información por el anuncio publicado en Internet en la página «xxxxxxx».
Y: si claro, cuénteme que desea saber?
O: quisiera saber si ese anuncio es real o si es un anuncio en broma?
Y: el anuncio es 100% real, usted me llama para participar en algún vídeo o para algún fetiche o fantasía?
O: bueno te cuento que soy muy cosquillosa y me gustaría cumplir alguna fantasía relacionada con el tema.
Y: claro que sí, cuéntame que tipo de fantasías quieres cumplir?
O: ustedes amarran o la inmovilizan a la persona de pies y manos?
Y: claro, sólo es que tu nos digas cómo deseas la sesión y listo, es más si quieres anota la dirección, es: xxxxxx.
O: listo, a que horas o cuándo puedo pasar?
Y: cuando tu lo desees, solo es que me avises con tiempo y listo.

Colgamos la llamada y agendamos la cita a la cual llegó Olga muy puntual.

Cabe recordar que para esa fecha aún no tenía asistente en mi consultorio y por ende, únicamente era yo el que hacía todo: contestar llamadas, agenda de citas, etc.

Cuándo Olga llegó a la cita me pareció una mujer espectacular y muy llamativa, además que no representa sus 48 años de edad.

Llegó con traje de ejecutiva, pantalón de dril, zapatos de tacón, medias veladas negras, un saco que le hacía juego con el pantalón,una camisa blanca manga larga, bolso negro y gafas oscuras.

Nos presentamos y empezamos a conversar un poco sobre el tema, ella me decía que no podía creer que realmente hubiera gente que se dedicara a esto, y que además hubiera gente que se prestara para grabar vídeos de cosquillas como conejillos de indias.

Yo le comentaba que en este trabajo, uno encontraba de todo: personas que se prestaran como conejillos de indias, personas que querían cumplir alguna fantasía o algún fetiche, etc.

En el caso de Olga, ella quería cumplir la fantasía de ser cosquilleada sin para mientras estuviera atada en una silla y con los ojos vendados.

Era una fantasía que hasta el momento sólo había visto en vídeos en Youtube, no había tenido la oportunidad de hacerlo personalmente.

Le expliqué a Olga como sería la sesión y con qué elementos le haría cosquillas durante su estancia en el consultorio, ella me decía que no había problema alguno con eso, que únicamente quería probar y cumplir esa fantasía, en ese momento le empecé a hacer preguntas:

Yo: bueno Olga, antes de empezar, me gustaría saber en que partes del cuerpo tienes cosquillas?
Olga: ok, pues mira, tengo cosquillas en todos los rincones de mi cuerpo.
Y: muy bine, cuéntame cuál es la parte más cosquillosa de tu cuerpo?
O: yo pensaría que la cintura, las axilas y los pies, aunque pensándolo bien, soy hipercosquillosa en los pies.
Y: ok, las cosquillas son en todo el pie o en alguna parte en especial?
O: efectivamente son en todo el pie, pero soy extremadamente sensible en la planta sobre todo en el centro o el arco, y también entre los dedos de los pies.
Y: eres cosquillosa entre los dedos?
O: muy cosquillosa, de hecho cuándo me hacen el pedicure, me empiezo a mover de un lado a otro, no me puedo controlar porque me dan muchas cosquillas.
Y: ok y alguna otra experiencia con cosquillas en tus pies?
O: bueno mis hijos cuando estaban pequeños, me «mataban» a cosquillas en los pies y mis perros.
Y: tienes perros?
O: si, 4.
Y: que raza son?
O: Pinscher.
Y: los 4?
O: si.
Y: qué experiencia de cosquillas has tenido con tus perros?
O: bueno, te cuento que únicamente vivo con mis 4 perros, soy separada y mis hijos ya no viven conmigo, entonces mi única distracción son mis 4 perritos.
Y: ok… que más?
O: bueno ellos son todo para mí y digamos que yo soy todo para ellos, entonces yo los dejo jugar con mis zapatos, duermen conmigo en mi cama y además los dejo jugar con mis pies, los cuales son muy cosquillosos.
Y: ok y como ha sido esa experiencia?
O: bueno pues ellos solo lo hacen cuando estoy en la cama viendo tv, se suben a la cama y empiezan a morderme los dedos y a lamerme los pies, la sensación es algo desesperante pero divertida, me producen muchas cosquillas y sin embargo dejo que me hagan hasta que se aburran.
Y: osea que te gusta que tus perros te «torturen» con cosquillas.
O: así es…no lo llamaría «torturar», porque es más bien como un juego que ellos disfrutan y yo también.
Y: bueno Olga en ese caso, vamos a empezar a cumplir tu fantasía, por favor siéntate cómodamente en esta silla.

Olga se sienta en una silla que tengo en mi consultorio, la cual tiene apoya brazos y es un poco alta, con el fin de que las mujeres que se sienten ahí les queden colgando sus pies.

Una vez acomodada en la silla, empiezo a atarle las muñecas en los apoya brazos y los tobillos en cada una de las patas de la silla, procedo también a vendarle los ojos, pero antes de atarle las muñecas le quito el saco y la blusa, así que prácticamente queda en brassier.

Cuando ya esta atada de pies y manos en la silla, con la venda en los ojos, empiezo con la tortura, desde el cuello, bajando por las axilas, costillas, cintura y ombligo… lo único que puedo decir es que Olga estalló en risas…

Olga: jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… 

Olga reía y reía mientras se movía de un lado a otro evitando las cosquillas en la silla… estaba siendo torturada con mis dedos, con plumas y pinceles.

Mientras ella reía y reía, yo pensaba en la estrategia que iba a implementar en cada una de las partes de su cuerpo donde tenía cosquillas, en ese momento como tenía los ojos vendados y no podía ver lo que yo tomaba para hacerle cosquillas o los movimientos que hacía o dónde me ubicaba, me postré delante de ella y empecé a hacerle cosquillas en las rodillas, su reacción fue inmediata…

Olga: jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… 

Olga empezó a dar saltos en la silla, podía darme cuenta que sus rodillas eran extremadamente sensibles a las cosquillas y eso le causaba desesperación y mucha risa… además que mientras le hacía cosquillas en las rodillas también le hacia cosquillas en su ombligo y vientre… Olga reía y reía, además que se revolcaba y daba saltos en la silla.
 
Olga: jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… 
 
Apenas llegué a sus pies y empecé a quitarle los zapatos muy lentamente, Olga empezó a suplicar…
 
Olga: los pies no, por favor… sigue haciéndome cosquillas en las otras partes del cuerpo pero en los pies no… por favor…
Yo: por qué no? si tu misma dijiste que querías cumplir una fantasía y además tu misma me dijiste que tus perros te hacen cosquillas en los pies y te dejas.
O: si pero es pasa cuando ya estoy viendo TV en la noche que me voy a ir a costar y no acabando de quitarme los zapatos , cuándo se supone tengo los pies mas sensibles.
Y: cómo ahora?
O: si… por favor…
 
En ese momento muevo mis dedos en las plantas de los pies de Olga y su reacción fue inmediata…
 
Olga: hahahahahahahahah….
 
Fue una especia de grito y además movió sus pies tan fuertes que por un momento pensé que se iba a soltar.
 
Yo: te gusta verdad?
Olga: no por favor… hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. 
 
Las cosquillas iban y venían en las plantas de sus pies, que aún tenían las medias veladas puestas… así estuve torturándole los pies como por unos 20 minutos mientras ella reía y reía a carcajadas, además de suplicar.
 
Olga: no por favor… hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. 
 
En ese momento empecé a romper sus medias y a subirlas un poco a los tobillos, continué entonces con la tortura en las plantas de los pies, las cuales tenía muy suaves y entre sus dedos.
 
Una vez desnudos completamente sus pies, empecé a utilizar todo tipo de elementos: plumas, pinceles, cepillos y dedos.
 
Olga se carcajeaba y reía y suplicaba, además que se movía de un lado a otro en la silla, al igual que sus pies.
 
Olga: no por favor… hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah… no por favor… hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah… no por favor… hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah… no por favor… hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah… 
 
Las súplicas no valían de nada, lo único que servían era para darme más ganas de seguir cosquilleándole las plantas de los pies.
 
Olga: hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah… hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah… hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah…. hahahahahahahahah… 
 
Después de 1 hora y 50 minutos de tortura, por fin me detuve, empecé a desatar a Olga mientras ella aún seguí riendo un poco, empezó a vestirse nuevamente y me decía que se había divertido mucho, que además no pensaba tener demasiadas cosquillas en partes que jamás pensaba que fueran cosquillosas.
 
Cuándo le pregunté por las cosquillas en sus pies me contestó lo siguiente:
 
Olga: la verdad es que no pensé que fuera tan cosquillosa en los pies, realmente tu eres un experto en el tema, me gustaría seguir experimentando nuevas cosas relacionadas con el tema.
 
Yo simplemente le dije que cuando ella quisiera probar algo nuevo que me avisara con tiempo y podíamos llevar a cabo una sesión.
 
Después de eso nos despedimos y quedamos en hablar nuevamente.
 
Espero que esta historia les haya gustado y nos leemos en la próxima…
 
Firmado: CQ



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