mayo 16, 2024

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De paseo por los parques de la ciudad (parte 1)

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 13 segundos

Bogotá es una ciudad con muchos parques, en los cuales se puede llegar y sentarse o acostarse sobre el pasto, para relajarse o leer un libro o descansar o liberar el estrés del trabajo, la universidad, entre otras cosas.

Estas experiencias sucedieron en el parque Simón Bolívar de la ciudad de Bogotá.

Experiencia No. 1

Caminaba dentro del parque, cunado llegué a un sector dentro del mismo que se encontraba algo apartado, así que en esa parte del parque de vez en cuando es posible ver personas solas recostadas en el pasto sea descansando o leyendo o haciendo ejercicios.

Iba caminando por ese sector desolado, cuando de repente vi a la primera mujer sola, así que decidí acercarme sin inspirar desconfianza.

Al principio dudé un poco, sin embargo, seguí caminando hasta acercarme a ella; pude ver que estaba descalza y sus zapatos estaban junto una mochila y un termo, que supongo contenía agua o algún tipo de refresco, además se encontraba con ropa deportiva, haciendo ejercicios sobre una especie de tendido.

Al acercarme a ella, le pregunté que hora era y su respuesta me sorprendió, buscó dentro de su mochila y me dijo la hora. Ésto fue un buen motivo para meterle un poco de conversación sobre los ejercicios que estaba realizando.

Empezamos a conversar un poco sobre los ejercicios que estaba realizando ella y le demostré un poco de confianza para que no se fuera a sentir incómoda. En medio de la conversación y mientras ella realizaba ejercicios de estiramiento, me preguntó si podía ayudarla un poco, con un ejercicio de estiramiento, el cual consistía en que ella se acostaba boca abajo, se apoyaba con las manos en el suelo, levantando el tronco lo más que pudiera, mientras las piernas las doblaba sobre las rodillas, de tal manera que daba la impresión que las plantas de sus pies se tocarían con su cabeza.

Más o menos una posición como la de la siguiente imagen:

Mi función era, apoyar mis manos sobre sus tobillos y tratar de empujar sus pies lo mas que pudiera, casi hasta tocar su cabeza.

Todo iba bien de acuerdo a lo «pactado», sin embargo, de un momento a otro decidí tomarle ambos pies y hacerle presión con mi tronco; ella preguntó por qué hacía eso y le dije que así era más sencillo y rápido que ella pudiera estirar las piernas; por un momento titubeó, sin embargo, aceptó y seguimos en el ejercicio.

Mientras hacía los ejercicios de estiramiento, yo le tomaba ambos pies con la mano izquierda y le hacía presión con mi tronco, así que aprovechando que ella estaba concentrada en su ejercicio, decidí con los dedos de mi mano derecha pasarlos sobre las plantas de los pies, con el fin de verificar si era o no cosquillosa.

Su reacción no se hizo esperar y apenas sintió mis dedos recorrer las plantas de sus pies, soltó una pequeña risita y me preguntó que hacía, así que mi respuesta fue preguntarle si era cosquillosa, a lo que ella me dijo que sí, que su punto débil eran las plantas de los pies.

Esa frase fue música para mis oídos, así que dicho eso, comencé a hacerle cosquillas con mas fuerza y velocidad, mientras ella empezó a reír como loca e intentando moverse para huir de las cosquillas.

Ella reía y reía como loca: jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… hahahaha… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… hahahaha… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… hahahaha… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… hahahaha… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… hahahaha… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… hahahaha… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… hahahaha… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… hahahaha…

En esas estuve como unos 20 minutos, hasta que dejé de hacerle cosquillas y la dejé descansar… conversamos un poco más, le pregunté sobre la experiencia sobre las cosquillas y me dijo que había sido divertido, nos despedimos intercambiamos teléfonos para programar una sesión de cosquillas en mi consultorio. Su nombre es Angélica.

Continué mi camino por el parque en busca de una nueva «víctima de cosquillas»…

Espero que les haya gustado esta anécdota y pendiente que ya les cuento la siguiente experiencia.

Firmado: CQ

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