mayo 14, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

La directora de la oficina de registros públicos

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 17 segundos

Esta historia no lleva fecha, porque no recuerdo la fecha exacta en la que sucedieron los hechos.

A diferencia de las demás historias, cuando la documenté no le puse fecha, así que si no estoy mal, esto sucedió hace unos 2 o 3 años aproximadamente.



La protagonista de esta historia es una mujer trigueña de cabello castaño, ojos café, contextura delgada, de unos 38 años de edad y su nombre es Liliana (igual que el de mi asistente).

Liliana es una hermosa mujer profesional y muy dedicada a su trabajo, sin embargo, esto no la eximió de ser cosquilleada por mi.

Todos se preguntarán: «Cómo hizo CQ para convencer a Liliana para que se dejara hacer cosquillas?»… La respuesta es muy simple: «conversando».

Cierto día tuve que ir a la Oficina de Registros públicos a hacer unas diligencias personales, al llegar allá, hice todas las diligencias que debía hacer, pero al final hubo una que no la pude realizar y la persona que me atendió me dijo que debía hablar con la directora de turno, en este caso nuestra protagonista: Liliana.

Al entrar en su despacho, me recibió muy amablemente y me preguntaba cuál era el inconveniente, le expliqué todo lo que necesitaba hacer y ella muy cortés accedió ayudarme a buscar una solución.

Le pregunté si debía retirarme y ella me dijo que no, que podía quedarme en su oficina mientras ella me ayudaba con la solución.

Mientras ella hacía algunas llamadas y buscaba unos registros en su computadora, empezamos a conversar un poco, me preguntó a que me dedicaba y fue ahí cuando le solté toda la información, le dije que me dedicaba a hacerle cosquillas a las mujeres y ellas me pagaban dinero por hacer eso… ella sonrió y me preguntó si era broma… le dije que no, que tenía mi consultorio de terapias de relajación, donde hacía masajes y sesiones de cosquilloterapia.

Liliana me dijo que le parecía lago curioso y además me preguntó que se requería para probar una «pequeña sesión»; le dije que era muy breve, ella únicamente debía decirme que día tenía disponibilidad y con gusto la agendaba para una sesión y listo.

Así fue, durante mi estadía en su despacho, además de encontrar una solución a mi inconveniente, pude agendar una sesión a domicilio con una nueva clienta.

A los 3 días de haber conversado por primer vez con Liliana, me dirigí a su lugar de residencia a cumplir con la cita que habíamos acordado días atrás. Llegué al edificio donde ella reside, me anuncié en la recepción y a los 5 minutos ya estaba subiendo por el ascensor.

Liliana vive en un piso 14 dónde se puede apreciar toda la ciudad y su apartamento es muy acogedor, tiene fotos de su familia: 2 hijas y su esposo; nos sentamos en la sala, mientras conversábamos un poco, me comentaba que es casa y además madre de dos niñas, ambas en el colegio en 10° y 11° respectivamente, me contó que su esposo trabajaba en una multinacional, por lo tanto podíamos llevar a cabo la sesión en su apartamento, porque no había inconveniente de que llegara alguien a su casa (era jueves en la mañana).

En medio de la conversación, le pregunté en que partes del cuerpo tenía cosquillas.

Liliana: tengo cosquillas en casi todo el cuerpo, en las axilas, en las costillas, en el vientre, en la cintura, en las rodillas, detrás de las rodillas…
Yo: y en los pies tienes cosquillas?
L: ufff, ahí ni se diga.
Y: interesante.
L: por qué es interesante que tenga cosquillas en los pies?
Y: porque en los pies se acumulan todas las terminaciones nerviosas del cuerpo humano y ademas se reflejan todos los órganos del cuerpo.
L: ah ya entiendo porque me dices interesante… vea pues…
Y: bueno cuándo quieras podemos empezar…
L: ok, qué hay que hacer?
Y: colócate cómoda y quítate tus zapatos y calcetines por favor…

Liliana empieza a quitarse los zapatos y los calcetines, el apartamento es totalmente alfombrado y se coloca acostada en el sofá y me dice que puedo empezar con la sesión en las plantas de los pies.

En ese momento me preparo, le tomo los pies y empiezo a hacerle cosquillas, la reacción de Liliana no se hace esperar…

Liliana: jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… paraaaaaaa… paraaaaaaa… jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… paraaaaaaa… paraaaaaaa… jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… paraaaaaaa… paraaaaaaa… jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… paraaaaaaa… paraaaaaaa… 

Liliana mueve los pies de un lado a otro y hace algunos esfuerzos por tratar de retirar los pies de la «llave» que le hice con mis brazos, sin embargo, todos sus movimientos son inútiles y lo único que le queda es reír y reír a carcajadas, mientras es cosquilleada en las plantas de los pies.

Las cosquillas son tan intentas, que Liliana cae del sofá al suelo, mientras yo continúo haciéndole muchas cosquillas en las plantas de los pies y ella sólo ríe y ríe sin parar…

Liliana: jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… 

Después de 45 minutos de cosquillas me detengo, Liliana esta exhausta y aún sigue riendo un poco, le pregunto que opina sobre la sesión y me dice que es muy divertida, pero a la vez algo desesperante.

Y: ok, te gustaría seguir probando cosquillas en otras partes de tu cuerpo?
L: si quiero seguir probando las sesiones de cosquillas, pero otro día, porque ya va siendo hora de que mis hijas lleguen del colegio y no quiero que me vean siendo sometida a cosquillas por una persona que ellas no conocen, tu me entiendes verdad?
Y: si claro, tranquila, entonces me avisas nuevamente cuando deseas la sesión y con gusto vengo o si quieres me llamas y te doy la dirección de mi consultorio.

Acto seguido, nos despedimos y me retiro de su apartamento.

Espero les haya gustado y nos leemos nuevamente…

Firmado: CQ

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