abril 27, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

La fisioterapeuta (parte 2)

Tiempo de lectura aprox: 6 minutos, 14 segundos

Hola a todos, nuevamente les vengo a compartir una nueva anécdota con mi fisioterapeuta Marilyn. Llegué muy puntual a mi cita y me anuncié en la recepción (son varios consultorios) a esperar a que me llamara Marilyn para cumplir con mi tratamiento.

Llegó el momento de entrar al consultorio, la recepcionista me informó que ya podía subir al consultorio de la doctora, así que tomé el ascensor y me dirigí a su lugar de trabajo para seguir con mi tratamiento y ver si tendría alguna posibilidad de poder hacerle cosquillas nuevamente.

Yo: buenas tardes doctora, cómo está?

Marilyn: buenas tardes CQ, estoy bien gracias a Dios y tú?

Y: bien también.

M: a bueno me alegra. Por favor pasa y cámbiate para iniciar el tratamiento.

Y: ok listo, ya regreso.

Me fui al baño del consultorio a colocarme la ropa deportiva, la cual incluye pantalón tipo sudadera y camiseta deportiva y como siempre quedé con los calcetines puestos.

Y: listo doctora y ahora?

M: vamos a empezar con los ejercicios de estiramiento.

Empezamos a hacer los estiramientos y noté que que aún no se había quitado los zapatos, traía unas zapatillas deportivas nike, de esas que usan las mujeres para correr.

Y: doctora, una pregunta.

M: si claro, dime.

Y: hoy no se va a quitar los zapatos?

M: por qué me preguntas eso?

Y: no pues como siempre se quita los zapatos para hacer los ejercicios.

M: mmm… buen observador… sin embargo hoy no me los voy a quitar.

Y: ah y eso?

M: por qué tanta insistidera con que me quite los zapatos? qué te traes?

Y: la verdad nada, solo me causó curiosidad.

M: he notado que siempre que vienes, me miras los pies. Eres fetichista?

Y: no para nada, por qué la pregunta?

M: por lo que te digo, que siempre me miras los pies.

Y: pues la verdad doctora, sino se quiere quitar los zapatos no hay lío, no soy fetichista ni nada, simplemente, hice la pregunta, porque usted misma me dijo que era mejor quitarnos los zapatos para estar más cómodos, por eso fue que pregunté… nada más.

M: mmm… ok, entonces discúlpame.

Me encontraba haciendo los ejercicios de estiramiento en mi espacio y miré de reojo para ver que estaba haciendo, cuando me di cuenta que se empezó a quitar los tennis y los calcetines. Apenas quedó descalza vino hacia donde yo estaba.

M: ya me quité los zapatos… contento?

Y: si.

M: ves, entonces si eres fetichista.

Y: bueno y qué pasa si soy fetichista o no?

M: no pasa nada, yo también soy fetichista.

Y: de pies?

M: si y no.

Y: cómo es eso?

M: a ti te gustan los pies y supongo que únicamente los de las mujeres, verdad?

Y: así es.

M: pues a mi también, pero me gustan más las cosquillas.

Bingo!!! Había logrado que Marilyn se abriera conmigo y me contara un poco más sobre ella, quizás una parte de ella que nadie más conocía.

Y: las cosquillas?

M: si

Y: cómo así? hacerlas o que te las hagan?

M: me gustan las dos maneras, sin embargo, he aprendido a disfrutarlas más cuando me las hacen.

Y: en serio? y eres muy cosquillosa?

Empecé a tantear terreno para ver que otra información me soltaba y poder confirmar lo que ya sabía de la vez anterior. Como nota importante: lo peor que puede hacer una persona fetichista de las cosquillas y que le gusta que le hagan (ticklee) es confesar sin saber a otro fetichista de cosquillas en el rol de tickler, cuáles son sus puntos débiles. Y eso fue lo que hizo Marilyn conmigo, sin pensar que yo soy un tickler profesional.

M: ufff, demasiado diría yo.

Y: y en qué partes tienes cosquillas? si se puede saber?

M: tengo cosquillas en todos lados.

En ese momento estábamos sentados en el suelo, sobre las colchonetas que ella tiene destinados para hacer los ejercicios.

Y: y supongo que debes tener un punto débil a las cosquillas.

M: ah si claro cómo todos, cuál es tu parte más cosquillosa?

Marilyn se dio cuenta que la estaba llevando a un punto de no retorno y rápidamente me cambió el juego y me preguntó, así que para darle más confianza le respondí su pregunta para lograr que ella me diera su punto débil.

Y: mi punto débil a las cosquillas son las axilas y el tuyo cuál es?

M: las plantas de los pies, de por si mis pies son muy cosquillosos, tengo cosquillas entre los dedos, en el talón, en la parte de arriba de los pies, en los tobillos, en los dedos, tanto por arriba como por debajo, en el arco.

Y: mejor dicho, tienes cosquillas en todo el pie.

M: si, pero como te digo, mi punto débil es la parte abajo de mis pies.

Y: osea la planta.

M: si, pero más hacia el centro, esta parte de aquí (se señala el arco de sus pies)

Y: una pregunta, te puedo hacer cosquillas para ver si es cierto?

M: me quieres hacer cosquillas?

Y: bueno como ya me dijiste todo eso sobre las cosquillas y me diste tus puntos débiles y ademas me dijiste que te gustan las cosquillas y que lo que más te gusta es que te las hagan, pues nada pierdo con preguntar.

M: mejor dediquémonos a hacer los ejercicios.

Marilyn se procedió a acostar boca abajo para «explicarme» cómo debía hacer el nuevo ejercicio, pero en el fondo suponía yo, que ella deseaba ser cosquilleada, así que empecé a prestarle atención a su demostración de los ejercicios y a buscar mi oportunidad para empezar a hacerle muchas cosquillas… Y así fue, en un momento que Marilyn se acomodó bien y levantó sus pies, mientras me explicaba como se hacía el ejercicio, estando ella boca abajo, le tomé los pies y comencé a hacerle cosquillas en las vulnerables plantas cosquillosas de ella. Marilyn empezó a reír como loca de manera desesperada y dándole golpes al suelo con las manos, señal de desespero.

M: jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja…

Y: vaya, vaya, si que eres cosquillosa en los pies…

M: jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja…

Marilyn estaba riendo como loca, mientras yo le hacia muchas cosquillas en las plantas de los pies con mis dedos; le había hecho una llave con mis piernas, mientras que con ambas manos torturaba sus cosquillosas plantas. Era muy divertido, verla a ella «sufriendo» pero a la vez «disfrutando», la «tortura» de cosquillas que estaba recibiendo sin piedad alguna por parte mía.

Debo confesarles, que en ese momento en que se está recibiendo cosquillas, la persona pierde la noción del tiempo y además no se da cuenta en qué momento el tickler pasa de una parte del cuerpo a otra a continuar con la «tortura» de cosquillas, y eso fue lo que pasó con Marilyn, dejé de hacerle cosquillas en las plantas de los pies y me abalance sobre ella y empecé a hacerle cosquillas en la cintura, las costillas y las axilas.

Si cuando le estaba haciendo cosquillas en las plantas de los pies, Marilyn mostraba señales de desesperación, ahora que le hacía cosquillas en la parte superior de su cuerpo, ella se revolcaba de un lado a otro, intentando huir de las cosquillas, sin embargo, la fuerza que estaba aplicando yo sobre ella, evitaba que escapara. Marilyn reía a carcajadas y se retorcía de un lado a otro.

M: jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja…

De un momento a otro, ella me ganó de fuerza y logró salirse con sus piernas y me tiró una patada, sin embargo, aproveché ese momento para tomarle sus pies nuevamente y continuar haciéndole muchas cosquillas en sus pies, esta vez le estaba haciendo cosquillas en todo el pie, entre sus dedos, en la yema de los dedos, en el talón, en los tobillos, en las plantas de los pies, en fin, estaba gozando haciéndole cosquillas en los pies, mientras que ella seguía riendo a carcajadas.

M: jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja…

El teléfono de su oficina empezó a sonar, señal que mi turno había terminado y seguramente era de recepción informando que el paciente que seguía después de mí seguramente había llegado a su cita. Entonces Marilyn empezó suplicar piedad y a decir que debía responder.

M: jajajaja… jajajajaja… jajajaja… piedadddd… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… dejameeee… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… contestarrrrr… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… pieeeddaaaadddd… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja…

Dejé que contestara el teléfono, sin embargo aún le tenía sus pies agarrados.

M: alooo… claro que sí… jajaja… noooo… jajaja… no es con usted… claro… es Cinthya? Ok, dile que suba vaya subiendo… jajaja… gracias…

Apenas colgó el teléfono, continué haciéndole más cosquillas en sus pies, porque sabía que apenas sonara el timbre se iba a terminar la sesión de cosquillas.

M: jajajaja… jajajajaja… jajajaja… piedadddd… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… pieeeddaaaadddd… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… pieeeddaaaadddd… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… pieeeddaaaadddd… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajaja…

Me detuve por completo, dejé de hacerle cosquillas y ella procedió a tomar aire, mientras que yo empezaba cambiarme y ponerme mis zapatos. Marilyn rápidamente comenzó a colocarse sus calcetines y sus tennis.

El timbre de sus consultorio sonó y Marilyn se apresuró a abrir la puerta, en ese momento entró al consultorio una mujer hermosa, tez clara, cebello negro largo a la cintura, de aproximadamente 1,75 mts de estatura, delgada… realmente muy hermosa.

M: hola Cinthya cómo estás?

Cinthya: bien gracias a Dios.

M: cómo sigues de tus pies?

Marilyn le hizo esa pregunta a Cinthya y me miró disimuladamente, a lo que yo me di cuenta que ella le hizo esa pregunta para que yo estuviera pendiente de su respuesta.

C: estoy mejor, creo que dentro de 2 citas más estaré del todo bien.

M: haz hecho los masajes que te he dicho que hagas en tu casa?

C: si, pero hacen mucha cosquillas.

M: si, yo te dije que eso producía un leve cosquilleo.

C: pues en mi caso no es leve el cosquilleo, más bien son demasiadas cosquillas, soy demasiado cosquillosa en los pies.

Y: bueno Marilyn, me voy… muchas gracias por la sesión.

M: bueno CQ, nos vemos en la próxima o si quieres espera a que me desocupe y te ayudo con lo que te dije.

Me di cuenta que la excusa de Marilyn era sólo para que me quedara en el consultorio y por qué no, hacerle cosquillas a Cinthya. Así que accedí y me quedé sentado en el sofá mientras ella empezaba la sesión.

Sin embargo, esto será otra historia. Nos leemos en la próxima y espero que les haya gustado.

Firmado: CQ

 

 

 

 

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