mayo 1, 2024

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La fisioterapeuta (parte 3)

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos

Buen día, mi estimados lectores. Esta nueva anécdota sucedió exactamente después de culminada mi cita con la fisioterapeuta Marilyn en su consultorio; esta vez la «víctima» de cosquillas fue la paciente que llegó después de mi. Su nombre Cinthya.

Tal y como comenté en la anécdota anterior «La fisioterapeuta (parte 2)», Cinthya es una mujer realmente hermosa, mide aproximadamente 1,75 mts de estatura, contextura delgada (se nota que es esclava del gimnasio), cabello largo negro casi hasta la cintura, ojos verdes y lo mejor demasiado cosquillosa (dicho por ella misma).

Cinthya llegó a la cita con Marilyn (la fisioterapeuta), justo después de mi cita, para que Marilyn la atendiera por un problema que tenía en sus pies, al parecer la habían operado de ambos pies y pues estaba en la fase de recuperación con fisioterapeuta y ademas caminaba apoyada de muletas.

Marilyn: bueno CQ, si quieres espérame en el sofá, mientras termino la sesión.

Yo: esta bien.

Marilyn: bueno Cinthya, cuéntame hiciste los ejercicios tal y cómo te indiqué la vez pasada?

Cinthya: si, totalmente.

M: te hiciste el masaje en las plantas de tus pies.

C: si, pero fue muy difícil.

M: por qué?

C: porque tu me dijiste que utilizara el cepillo cuadrado y eso me produce muchas cosquillas.

M: si, yo te dije que te iba a producir un leve cosquilleo.

C: pues en mi caso no es un «leve» cosquilleo, más bien son muchas cosquillas… soy demasiado cosquillosa en los pies.

En ese momento, sentí la necesidad enorme de tener esos pies en mis manos y y hacerles cosquillas sin piedad alguna.

M: mmm… en ese caso, tocará hacer el masaje con el cepillo acá en el consultorio.

C: tu crees?

M: claro porque es la única manera de activarse la circulación en tus pies, además mira que te están saliendo unas manchitas moradas, eso es producto de mala circulación en los pies; trajiste el cepillo?

C: si aquí lo tengo.

Cinthya abre su bolso y saca un cepillo cuadrado de peinar y se lo entrega a Marilyn para que ésta empiece con la sesión de «masaje cosquilloso» en la planta de los pies de Cinthya.

M: listo, por favor colócate en la colchoneta para hacer los ejercicios.

C: boca arriba o boca abajo.

M: mejor boca abajo y retírate por favor el calzado de tus pies, además de los calcetines.

Cinthya procede a acostarse en la camilla boca abajo. Pero antes se quitó el calzado y los calcetines, tal y cómo se lo había solicitado Marilyn.

C: listo.

M: ok, voy a sentarme sobre tus piernas para poder empezar la sesión del masaje con el cepillo. Estás lista?

C: eso creo.

En ese momento Marilyn se sentó sobre las piernas de Cinthya y con una mano le procedió a agarrar ambos pies y con la otra empezó a pasarle el cepillo por las plantas de los pies. Debo confesar que Cinthya pegó un grito que rápidamente se transformó en risas a caracajadas y súplicas.

C: hahahaha… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… noooooo… hahahaha… hahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja…

M: cómo que pare? si apenas estamos empezando.

C: hahahaha… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… noooooo… hahahaha… hahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja…

Mientras Marilyn le hacía cosquillas con el cepillo a Cinthya en las plantas de los pies, yo estaba atónito mirando ese espectáculo.

M: sientes alivio?

C: hahahaha… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… noooooo… hahahaha… hahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja…

Podía ver que Marilyn se divertía mientras le hacía cosquillas a Cinthya con el cepillo, mientras que yo únicamente estaba como espectador y deseando que me incluyeran en la «fiesta». Así que no pasó mucho tiempo, pues Marilyn me hizo una seña que me acercara y probara un poco de esos pies cosquillosos. Así que yo ni corto ni perezoso, me acerqué un poco nervioso y empecé a cosquillear a Cinthya en las plantas de sus pies con el cepillo, mientras que Marilyn le sostenía los pies con sus manos.

De un momento a otro, dejé de hacerle cosquillas con el cepillo y procedí a hacerle cosquillas con mis dedos, podía sentir debajo de mis dedos, cómo movía las plantas de los pies, intentando huir de las cosquillas que estaba recibiendo por arte mía. Las plantas de Cinthya eran blancas, con talones y dedos entre rosados y algo colorados.

Además de ser extremadamente cosquillosas. Lo divertido de hacerle cosquillas a una persona tan sensible como Cinthy, es poder hacerlo mientras que otra persona le sostiene los pies, y eso era lo que hacía Marilyn. Las plantas de Cinthya empezaban a «sudar» y podía darme cuenta, de acuerdo a mi experiencia, que ya ella no soportaba ni un minuto más de cosquillas, sin embargo, por la expresión de Marilyn, ella quería seguir haciéndole muchas cosquillas; así que fue cuando intervine.

Y: Marilyn creo que ya ella no puede más, por experiencia veo que ya no soporta un minuto más de cosquillas.

M: no dizque te gusta hacer cosquillas a mujeres cosquillosas?

Y: si, claro que me gusta y también cuando veo que la persona no puede más suspendo la sesión.

M: apuesto a que si fueran mis pies, aún estuvieras haciéndome cosquillas.

Y: es algo diferente, porque a ti si te gusta que te hagan cosquillas sin piedad alguna o me equivoco?

M: no te equivocas, pero también te doy la oportunidad de hacerle cosquillas a mi paciente, mientras está a merced nuestra, boca abajo y quieres suspender; porque si es así, sostenla de los tobillos y yo sigo haciéndole cosquillas.

Y dicho eso, intercambiamos los papeles, así que Marilyn continuó haciéndole cosquillas en las plantas de los pies a Cinthya mientras que yo la sostenía de los tobillos. Cinthya únicamente reía y reía a carcajadas, en medio de súplicas, rogando que parara la «tortura de cosquillas».

C: hahahaha… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… paraaaaa… jajajaja… jajajajaja… noooooo… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… noooooo… hahahaha… hahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja…

Al cabo de aproximadamente 1 hora y 30 minutos de cosquillas, Marilyn por fin se detuvo, yo volví al sofá y Cinthya procedió a dar vuelta sobre si misma, y aún continuaba riendo, como producto del reflejo que producen las cosquillas, después de recibirlas durante mucho tiempo seguido.

M: bueno Cinthya, cómo te pareció la sesión?

C: soy demasiado cosquillosa.

M: repetirías una sesión como esa?

C: tendría que pensarlo.

M: ok piénsalo y me cuentas.

C: ok, esta bien…

Cinthy procedió a colocarse sus zapatos nuevamente, se despidió de Marilyn y se fue del consultorio, después de ésto, Marilyn y yo continuamos conversando sobre esta experiencia hasta que me llegó el momento de retirarme, no sin antes haber cuadrado una nueva estrategia para hacerle cosquillas a más pacientes de ella.

Espero que les haya gustado la experiencia y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

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