mayo 1, 2024

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La socia

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 16 segundos

Esta anécdota sucedió hace unos años y la protagonista es nada más y nada menos que mi socia de trabajo. Mi socia se llama Ivonne, es una mujer de unos 32 años de edad, alta, delgada, cabello negro, buen cuerpo.

Hace un tiempo venía comentándole a una amiga que quería montar un negocio y que el público al que sería enfocado el negocio, sería solo mujeres.



Ella me preguntó: «por qué solo mujeres? qué tipo de negocio estas pensando montar?». Le comenté que me interesaba montar una especie de «SPA», donde las mujeres llegaran a relajarse y desestresarse, tomando te de frutos rojos, recibiendo masajes, caricias y varias técnicas más de relajación.

Además ella sabía que yo tenía experiencia en el tema, y pues me dijo: «listo hagámosle y nos hacemos socios»…

En un comienzo las cosas no marcharon bien, como en todo negocio que está empezando, así que fue ahí donde se me ocurrió la idea de implementar el tema de la cosquilloterapia como negocio empresarial, debido a que antes hacía las sesiones a nivel particular.

Lo conversé con ella y le dije que porque no intentábamos implementar esa técnica, ella no estaba muy convencida, entonces le dije que ella fuera la primera persona en probar la técnica y que me diera su opinión…

Después de conversar durante varias semanas sobre el tema, por fin logré convencerla y esto fue lo que pasó:

Ivonne: bueno CQ ya me convenciste, así que vamos a probar la famosa sesión de cosquilloterapia, que hacemos?
Yo: bueno a la camilla le hice unos ajustes, le coloqué unas correas para poder asegurar que la persona no se caiga a causa de las cosquillas de la camilla, de acuerdo?
I: listo no hay problema, que hago? me acuesto? o que?
Y: inicialmente ponte cómoda, quítate los zapatos, los calcetines, la chaqueta y acuéstate en la camilla…

Ivonne hizo lo que le dije y se acostó en la camilla mientras yo procedía a asegurarla con las correas en las muñecas y los tobillos.

Y: bueno, lista?
I: para que?
Y: pues para la sesión de cosquillas…
I: ok listaaaa….jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…

Ivonne empezó a reír como loca apenas empecé a hacerle cosquillas en las axilas, las costillas y la cintura…no quería imaginarme si era o no cosquillosa en las plantas de los pies…

I: jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…

Después de un rato baje a las plantas de los pies y obviamente su reacción fue inmediata…

I: jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…

Ivonne movía los pies como loca de un lado a otro y reía y reía a carcajadas, se retorcía en la camilla mientras yo le hacía cosquillas en todo el cuerpo…

Curiosamente, esta ha sido la única sesión donde no he aplicado la «tortura psicológica» con palabras o frases, en esta sesión no dije ni una sola palabra, únicamente me dediqué a hacer cosquillas…mientras Ivonne reía y reía como loca…

I: jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…jajajajjajajaja….jajajajajjaja…jjajajajajjajaja…

Después de unos 40 minutos, me detuve porque me di cuenta que no podía mas ella a causa de las cosquillas, conversamos un poco, le pregunté que opinaba sobre la sesión, me decía que le había parecido chistosa, divertida, interesante, curiosa y que pensaba que posiblemente podía ser un éxito y que había que probarla con otras mujeres para ver que impresión se llevaban…

Y fue así como nacieron las sesiones de cosquilloterapia en nuestro consultorio, además que nuestra primera clienta del nuevo producto fue una amiga de Ivonne, de la cual les estaré contando más adelante.

Espero que les haya gustado y nos leemos en la próxima…

Firmado: CQ

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