abril 27, 2024

Tickling Stories

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Serie con asesoras comerciales (parte 2)

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 41 segundos

Decidí adquirir adquirir el servicio de netflix, sin embargo no lo hice directamente en el portal web del fabricante, sino que lo hice a través de una promoción que salió en un grupo de Facebook.

Dicho anuncio decía así:

NETFLIX PREMIUM sin tarjeta de crédito🎞😎
5 dólares
💳No necesitas tarjeta de crédito
🚫GARANTIZADAS, NO SE CAEN
🔝4 pantallas Ultra HD

Como se veía llamativo el anuncio, decidí colocarme en contacto con la persona que publicó el aviso.

Yo: buen día, cómo estás, deseo saber más por el anuncio de netflix.

María Camila: claro que sí, qué deseas saber?

Y: por qué es tan barato el servicio?

MC: porque somos distribuidores autorizados del operador y por esa razón podemos entregar las cuentas a esos precios.

Y: interesante y qué debo hacer?

MC: consignar en una cuenta bancaria el valor y yo personalmente voy a hacer la respectiva configuración.

Y: me regalas el número de cuenta, por favor.

MC: si mira, el número de cuenta es XXXXXXXX, es cuenta de ahorros del banco XXXX.

Y: ok, gracias, en unos 20 minutos te llamo.

Obviamente mis intenciones además de tener el servicio de netflix a bajo costo, también era de poder hacerle cosquillas a la asesora comercial.

20 minutos después le marqué nuevamente al celular.

Y: hola María Camila, ya hice la consignación. Cuándo puedes venir a hacer la configuración?

MC: si quieres puedo pasar en una media hora.

Y: listo esta bien. Mi dirección es XXXXX.

Una media hora después ya estaba María Camila tocando la puerta de mi apartamento. Llegó con un vestido rojo señido a su cuerpo, zapatos de tacón rojos, una chaqueta negra con el logo de netflix y pues bien maquillada.

Y: hola, tu debes ser María Camila?

MC: así es, mucho gusto.

Y: el gusto es mío, sigue.

MC: gracias. Cuéntame, cuál es el equipo que debo configurar.

Y: bueno debes configurar el computador que está aquí en la sala, el TV que está en el estudio, el TV de la habitación principal y la tablet.

MC: ok listo, permíteme la tablet y el portátil inicialmente.

María Camila empieza a configurar la tablet y el portátil, mientras que yo para romper el hielo empiezo a conversar con ella de varios temas, hasta que llegamos al tema obligado: «Las Cosquillas».

Y: bueno María Camila, cuéntame algo, tienes cosquillas?

MC: cosquillas? y eso que tiene que ver?

Y: sólo curiosidad nada más.

MC: claro que tengo cosquillas, como todos, es más soy demasiado cosquillosa.

Y: en qué partes de tu cuerpo tienes cosquillas, si se puede saber?

MC: en todos lados, en el cuello, en las axilas, en las costillas, la cintura, la barriga, las piernas los pies.

Y: mejor dicho en todo tu cuerpo.

MC: si, tengo cosquillas en todo mi cuerpo.

Y: cuál es la parte más cosquillosa de tu cuerpo?

MC: sin pensarlo dos veces, las plantas de los pies, soy demasiado sensible en esa parte de mi cuerpo.

Y: ah, interesante.

MC: qué es interesante (dijo María Camila, mientras continuaba configurando el TV del estudio, ya sólo faltaba el TV de la habitación principal)

Y: pues que tengas cosquillas en las plantas de los pies.

MC: por qué? qué lo hace interesante?

Y: porque es raro ver una mujer con cosquillas en las plantas de los pies (eso se lo dije para que no despertara sospechas mis intenciones)

MC: ah ya, vea pues, no sabía eso. Bueno terminé, qué equipo falta?

Y: el TV de la habitación principal.

MC: ok, dónde está ubicado?

Y: ven sígueme, aquí es.

María Camila entró a la habitación, se sentó en la cama y empezó a configurar el TV, mientras que yo continué con la conversación de las cosquillas, buscando poder «torturarla» sin piedad.

Y: una pregunta, te dejarías hacer cosquillas?

MC: es en serio?

Y: si.

MC: por qué quieres hacerme cosquillas?

Y: sólo para ver cuánto resistes.

MC: soy demasiado cosquillosa, soy de esas personas que se mueve para todos lados y suelta golpes, producto de la desesperación.

Y: y si te hago en las plantas de los pies, para ver que tan cosquillosa eres ahí?

MC: en los pies es peor, empiezo a tirar patadas y a gritar.

Y: en serio?

En ese momento me agaché rápidamente, le tomé ambos pies, le quité los zapatos y empecé a hacerle cosquillas sin piedad en las plantas. Debo confesar que fue muy divertido ver la desesperación de María Camila, mientras le hacía cosquillas en las plantas de los pies, empezó a mover los pies y a sudar en ellos de forma incontrolable.

Y: vamos a ver que tan cosquillosa eres… eres cosquillosa por aquí? o por acá?

MC: hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha…

Por experiencia, he podido ver que mientras le haces cosquillas a una persona sin piedad alguna en una parte del cuerpo, puedes pasar a otras partes del cuerpo y no se dará cuenta del cambio de frente; y eso fue lo que hice con María Camila, subí y continué haciéndole cosquillas en la cintura, las axilas, el cuello, las costillas, las piernas, en fin, en todo su cuerpo. María Camila, reía y reía desesperadamente.

MC: jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja… jajajaja…

Pude darme cuenta que María Camila reía desesperadamente mientras le hacía cosquillas de las rodillas hacía arriba, pero en los pies gritaba desesperadamente. Así que volví a los pies y continué con la tortura de cosquillas.

MC: hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha…

María Camila tenía los ojos cerrados y reía a carcajadas de manera desesperada, mientras movía los pies de un lado a otro, además que tal y como lo comenté arriba, sus pies sudaban de forma anormal, lo cual hacía que mis dedos se movieran más rápido sobre sus plantas. Ella únicamente, reía y gritaba desesperadamente.

MC: hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha… nooooo… hahaha… hahaha… hahaha…

La «tortura» de cosquillas continuó como unos 20 minutos más y María Camila únicamente reía y gritaba. Después de terminar las cosquillas, ella procedió a terminar de configurar el TV y yo para romper el hielo le hablé suavemente.

Y: bueno, pude ver lo cosquillosa que eres. Fue muy divertido.

MC: en serio divertido?

Y: si, sobre todo la forma en la que te reías y gritabas, mientras te movías de un lado a otro, intentado huir de las cosquillas.

MC: te lo dije, para mi es una tortura.

Y: una «tortura» divertida, no crees?

MC: jejeje, por qué divertida?

Y: porque te ríes, o no?

MC: pues si, bueno ya terminé de configurar los equipos.

Y: te debo algo de dinero?

MC: no, la configuración estaba incluida en los costos.

Y: ok, gracias.

MC: listo, voy a alistarme para irme.

Mientras María Camila se colocaba sus zapatos, se revisó las plantas de los pies y me dijo una frase que me dejó perplejo.

MC: me quedaron rojas las plantas de los pies, me hiciste muchas cosquillas. Va tocar que me hagas un masaje en los pies para irme relajada.

Y: bueno si quieres, de una.

MC: creo que será en otra ocasión porque debo ir donde otro cliente.

Y: te gustaría un masaje en los pies en otra ocasión?

MC: si los sabes hacer, claro que sí, no tendría problema con eso.

Y: y también te dejarías hacer cosquillas?

MC: tendría que pensarlo, pero creería que si.

Y: a bueno, estaré pendiente de tu llamada.

MC: tu tienes mi número de celular, llámame mañana y cuadramos una cita.

María Camila se despidió y se retiró de mi apartamento, mientras que yo quedé con ganas de hacerle cosquillas nuevamente.

Espero que les haya gustado y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

 

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