abril 27, 2024

Tickling Stories

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Serie con conductoras de vehículos (Parte 1)

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 38 segundos

Decidí publicar esta nueva serie debido a dos experiencias vividas con 3 conductoras mujeres de vehículos Uber y Taxi, así que voy a contar en cada parte las experiencias vividas. Espero que sean de su agrado.

Hace unos 20 días solicité un servicio de Uber, pues necesitaba ir donde un cliente y no tenía disponible el carro, así que solicité el servicio de transporte a través de la plataforma digital. En un comienzo demoró en asignar el conductor, sin embargo, al cabo de casi 7 minutos, la plataforma me asignó a quién me llevaría a mi destino, para mi sorpresa era una mujer, así que me tomó tiempo examinarle el perfil y ver la foto que tenía puesta. La conductora en fotografía se veía simpática, habría que constatarlo personalmente y pues además como todo tickler, planee mi estrategia para tratar de hacerle cosquillas. A los 3 minutos de haber sido asignado el servicio, se presentó en la puerta de mi edificio la conductora de nombre Tatiana. Llegó en un spark gt color gris con los vidrios oscuros, así que era muy difícil ver desde afuera, lo que pasara dentro del vehículo. Al subirme al vehículo la vi, tal y como aparecía en la foto una mujer blanca, cabello negro y ojos verdes; ya quería hacerle cosquillas, como diera lugar. Me preguntó cual ruta podríamos tomar así que le dije que podíamos tomar la avenida circunvalar hacia el norte de la ciudad.

Justo cuando íbamos sobre la avenida circunvalar, comenzamos a conversar de diversos temas, entre los cuales toqué el tema de las cosquillas, con la simple y curiosa pregunta de «Tienes cosquillas?». Obviamente obtuve la respuesta que esperaba. «Si tengo cosquillas, es más, soy demasiado cosquillosa».

Yo en ese momento quedé atónito, así que rápidamente salí del lapsus en el que ingresé a causa de su respuesta y «contraataqué». «Bueno y ya que me dices que eres cosquillosa, en qué partes del cuerpo tienes cosquillas?», nuevamente su respuesta no se hizo esperar. «Tengo cosquillas en todos lados, como te dije anteriormente, tengo muchas cosquillas; pero donde más cosquillas tengo es en las plantas de los pies, soy demasiado cosquillosa en esa parte de mi cuerpo, no puedo controlar la risa cada que me tocan los pies, porque siento que me van a hacer cosquillas ahí».

En ese momento sentí muchas ganas de comenzar a hacerle cosquillas en todo su cuerpo y también de poder levantarle el pie y «torturarla» con muchas cosquillas en las plantas de los pies; sin embargo, decidí preparar mejor mi estrategia y debía hacerlo rápid porque me quedaban aproximadamente unos 20 minutos de viaje en Uber, antes de llegar a mi destino; así que en el siguiente semáforo que hicimos un pare, ella como en todas las paradas que hacía colocaba el freno de parqueo, me aventuré a hacerle cosquillas y su reacción no se hizo esperar. Tatiana estalló en risas a carcajadas, producto de las cosquillas que comencé a hacerle en la cintura, costillas y axilas. «Jajajajajaja… Jajajajajaja… Jajajajajaja… Jajajajajaja…».

Por más que ella intentara huir de las cosquillas que estaba recibiendo, no podía hacerlo, primero porque tenía el cinturón de seguridad puesto y segundo porque estaba prácticamente en una posición sumisa. En uno de esos movimientos que ella estaba haciendo retorciéndose de la risa a causa de las cosquillas, levantó sus piernas, quizás como un reflejo de su cuerpo, fue en ese momento que aproveché para quitarle rápidamente sus zapatos y comenzar a hacerle cosquillas en las plantas de los pies. La risa de Tatiana se transformó en alaridos y carcajadas: «Hahahahaha… Jajajajajaja… hahahaha… hahahahaha… Jajajajajaja…». Movía sus pies de un lado a otro intentando esquivar las cosquillas.

La breve sesión de cosquillas duró apenas unos minutos, podría decir que 5 minutos aproximadamente. Dejé de hacerle cosquillas en sus pies y ella rápidamente los bajó a los pedales de acelerador, freno y cloche. Mientras emprendió nuevamente la marcha hacía mi destino, creí que me iba a reclamar por haberle hecho cosquillas, sin embargo, estaba equivocado, lo único que hizo fue decirme lo siguiente: «Nunca me habían hecho tantas cosquillas en todos lados al mismo tiempo y menos en un carro… jajaja… fue divertido».

Yo únicamente atiné a decirle: «Te gustó? Porque si realmente te gustó que te hiciera cosquillas de esa forma, quizás puedo darte una cita en mi consultorio, donde me dedico exclusivamente a hacer sesiones de cosquillas a mujeres. Es más ten mi tarjeta y cuando te animes nuevamente, me llamas y concretamos una cita. Te parece?».

Tatiana asintió con su cabeza, seguimos el camino en el carro hasta mi destino. Me despedí y me bajé del vehículo con su número de teléfono celular como premio por mi hazaña.

Espero que les haya gustado y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

 

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