abril 29, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Serie con modelos (parte 5)

Tiempo de lectura aprox: 8 minutos, 29 segundos

El pasado mes de junio se realizó en la ciudad de Bogota, el ComicCon Colombia 2018 y como soy fan de los comics, fui al evento a ver las novedades de este 2018, tanto en comics, como en videojuegos y demás temas al respecto.

Yo como buen «tickler», además de ir a ver los comics, fui en busca de «ticklees» para ver si podía lograr realizar una o varias sesiones de cosquillas, con algunas de las modelos que ahí estaban presentes y porque no, tratar de convencer a alguna cosplay.

En medio de la convención, conocí a Jessica una hermosa joven de 28 años de edad, ingeniera de profesión y modelo en sus tiempos libres. Empezamos a conversar sobre el evento y pues así fue como nos conocimos.

Yo: hola cómo estás? no pude evitar verte y decidí venir a conversar contigo.

Jessica: hola…

Y: puedo sentarme?

J: si claro, adelante.

Me senté frente a ella en la misma mesa donde sen encontraba tomando un café.

Y: me presento, me llamo CQ.

J: mucho gusto, soy Jessica.

Y: bueno, tal y como te decía, no pude evitar verte y decidí venir a conversar contigo, tienes tiempo?

J: si claro, estoy en mi descanso.

No pude evitar ver su movimiento del brazo, bajando su mano para sobarse sus pies, estaba con zapatos de tacón altos.

Y: te duelen los pies?

J: si claro, estoy de pie desde que abrieron la feria y eso que apenas es el primer día.

Y: si claro, a qué te dedicas, además de ser modelo?

J: soy ingeniera industrial y pues el modelaje lo hago en mis tiempos libres.

Y: ah que interesante.

J: si y tu que haces?

Y: soy terapeuta, tengo mi propio consultorio… mira esta es mi tarjeta.

J: ah listo gracias, y que tipo de terapias haces?

Había logrado que Jessica entrará al área de «no retorno», justo a donde quería que llegara.

Y: conoces la cosquilloterapia?

J: cosquilloterapia?

Y: si.

J: eso tiene que ver con cosquillas?

Y: así es.

J: y cómo es? jejejeje… suena gracioso.

Y: pues mira, esta comprobado científicamente, que las cosquillas sin se realizan de forma correcta, pueden ser muy beneficiosas para la salud, y pues debido a esto, crearon en España, la cosquilloterapia, una técnica de relajación basada en las cosquillas, en la cual, se cosquillea al paciente con plumas, pinceles, cepillos y dedos, activando sus sentidos y además haciendo énfasis en las partes mas cosquillosas de su cuerpo.

J: jajaja… es en serio o me estás tomando del pelo?

Y: es en serio, es más, si quieres ve a mi consultorio y te explico más al respecto.

J: mmm, voy a pensarlo.

Y: anímate, te garantizo relajación absoluta.

J: el problema es que yo soy demasiado cosquillosa, tengo muchas cosquillas en todos lados.

Y: eso no es problema, tengo pacientes hipercosquillosas que van una vez a la semana a someterse a una sesión de cosquilloterapia.

J: pues ellas son ellas y yo soy yo.

Y: si es cierto, pero aja, yo te comento eso para que veas, que ser cosquillosa no es impedimento.

J: pues si, pero…

Y: pero qué?

J: es que soy muy cosquillosa y pues las cosquillas para mi son una tortura, la gente piensa que porque me empiezo reír a carcajadas, creen que me estoy divirtiendo y me hacen más y más cosquillas, eso hace que me desespere y termino llorando en medio de las risas.

Y: vaya, eso es tener muchas cosquillas.

J: por eso te digo.

Y: bueno y en qué partes del cuerpo tienes cosquillas?

J: en todos lados… yo no tengo cosquillas, las cosquillas me tienen a mi.

Cuando Jessica me dice eso, se le colocan las mejillas coloradas como señal de pena o vergüenza.

Y: te pusiste colorada.

J: si me dio pena decir, eso.

Y: por qué? si las cosquillas son algo normal de todos los seres humanos.

J: si yo se.

Y: bueno ya que eres tan cosquillosa como dices ser, supongo que debes tener alguna parte donde seas más cosquillosa.

J: las plantas de los pies, en la parte del arco, no soporto que me toquen esa parte del cuerpo, si me hacen cosquillas ahí, empiezo a gritar desesperadamente.

Y: osea si te hacen cosquillas en las plantas de los pies, solo gritas?

J: no, como te dijera, si me hacen cosquillas ahí, me río a carcajadas y además grito desesperadamente, es una mezcla de carcajadas y gritos de desespero.

En ese momento, yo tenía mis manos debajo de la mesa intentando poder tomarle alguno de sus pies para verificar si realmente era o no cosquillosa… y ¡Bingo!… logré agarrarle un pie.

Y: qué pasa si te paso mis dedos por la planta de tu pie en este momento?

J: no por favor!!! no vayas a hacerme eso, por favorrrr…

Y: por eso que pasa?

Le comencé a hacer cosquillas suaves en la planta de su pie izquierdo por debajo de la mesa, Jessica no pudo evitar soltar una pequeña carcajada y comenzó a mover su pie desesperadamente.

J: jajajaja… jajajaja…

Y: vaya que si eres cosquillosa!!!

Le solté su pie y ella rápidamente, se pasó su mano sobre la planta de su pie, quizás para calmar un poco la sensación de cosquillas y se puso su zapato nuevamente.

J: ves? soy hipercosquillosa en esa parte de mi cuerpo.

Y: por eso te digo que hagas la sesión de cosquilloterapia.

J: bueno y por qué quieres hacerme la terapia de cosquillas? cuál es tu interés?

Y: ninguno, únicamente ofrezco las sesiones para que la prueben y me digan si se animan a seguir haciéndola y además que me recomienden a sus contactos.

J: y también le haces cosquillas a hombres? o sólo a mujeres?

Y: yo únicamente le hago cosquillas a mujeres, mis asistentes mujeres le hacen cosquillas tanto hombres como a mujeres.

J: ah ya, vea pues.

Y: aja… entonces? te animas o no?

J: vuelvo y te pregunto: por qué quieres hacerme cosquillas? cuál es tu interés?

Y: vuelvo y te respondo: ninguno!

J: entonces si no tienes ningún interés en hacerme cosquillas, por qué me insistes tanto en la sesión de cosquilloterapia? Te gustaría o no hacerme cosquillas? Porque con tanta insistidera y preguntadera de qué si tengo o no cosquillas… que en qué partes tengo cosquillas… que cuál es la parte de mi cuerpo más cosquillosa…

Y: ok…

J: y además me tomas un pie y me haces cosquillas por el simple hecho de «verificar» si todo lo que te decía era cierto o no, pues no le veo sentido que ahora me digas que no tienes ningún interés…

Y: osea me estás haciendo algún tipo de reclamo?

J: la verdad? si…

Y: por qué?

J: porque quería otra respuesta.

Y: osea que si te vas a dejar hacer cosquillas?

J: sabes qué? hablemos dentro de 1 hora, estoy en el pabellón 4… búscame…

Jessica se levantó y se fue caminando, pues había terminado su hora de descanso; mientras tanto yo me quedé pensando en mi estrategia para lograr obtener el si y llevarla a mi «guarida» y poder «torturarla» con cosquillas por lo menos unos 30 o 60 minutos.

Al cabo de 1 hora, llegué al pabellón número 4, justo el que me dijo Jéssica. Empecé a caminar dentro del pabellón buscándola, hasta que por fin la vi. Estaba conversando con otras personas sobre las cosas que estaban ofreciendo en el stand donde ella estaba ubicada. Me le acerqué y la saludé.

Y: hola.

J: hola, si ya pensaste tu respuesta, solo te digo que me desocupo en unos 10 minutos y me voy a mi casa a descansar.

Y: ya tengo mi respuesta.

J: ok, entonces veámonos en la salida de la feria en 10 minutos.

Dicho eso, le dije «listo, nos vemos allí» y me retiré del lugar. Me ubiqué en la calle fuera de la feria a esperar que saliera y efectivamente unos 15 minutos después salió.

J: bueno ya estoy lista. Cuál es tu respuesta?

Y: si tengo mucho interés en hacerte cosquillas.

J: por qué?

Y: porque eres muy cosquillosa y sería divertido hacerte reír.

J: ok, en ese caso… vámonos… supongo que tienes algún lugar donde haces tus sesiones… verdad?

Y: si claro, mi consultorio queda aquí cerca. Vamos caminemos unas cuadras y nos vamos en mi carro que esta parqueado acá cerca.

Caminamos unas dos cuadras más y llegamos al parqueadero, ahí entré, pagué y nos subimos al carro. Emprendimos el camino al consultorio. Siendo fin de semana (domingo), yo tengo llaves de la puerta principal del edificio, aunque de hecho ya los que tenemos consultorios ahí tenemos llaves, porque ya no hay vigilancia privada. Llegamos al edificio donde tengo mi consultorio, abrí la puerta del garaje, entramos en el carro y llegamos al sótano donde se encontraba el parqueadero.

Y: bueno, hemos llegado.

J: hay alguien en el edificio a esta hora?

Y: no, cada propietario tiene su propia llave, porque ya no tenemos vigilancia privada.

J: ah.

Y: por qué la pregunta, tienes nervios de que te haga algo más?

J: piensas hacerme algo diferente a cosquillas?

Y: no, para nada… vamos tomemos el ascensor.

Subimos al ascensor y nos dirigimos al último piso del edificio, lugar donde tengo mi consultorio. Entramos al consultorio, ella se sentó en el sofá y yo le brinde algo de tomar. Ella solo pidió una botella de agua, la cual le di sin abrir, para darle más confianza. Me senté frente de ella en una butaca que está al lado del sofa, en esa sala de espera tengo el sofá y una butaca, además de un gran tapete.

Y: bueno y entonces? ya estamos aquí, allá dentro tengo la camilla para que te acuestes y poder hacerte la sesión de cosquillas.

Jessica se levantó, caminó hasta la «sala de torturas», verificó el contenido de la misma y volvió a la sala, se sentó en el sofá nuevamente y no dijo una palabra.

Y: entonces?

J: voy a apagar mi celular, no quiero que nadie interrumpa la sesión. Bueno y qué debo hacer? Me quito los zapatos y la ropa o cómo es el procedimiento?

Y: espera… por qué me preguntas si te debes quitar o no la ropa?

J: pues si me vas a hacer cosquillas, debo estar sin ropa, no crees?

Y: pero yo no te estoy pidiendo que te desnudes.

J: es que no me voy a desnudar, es más lo voy a hacer delante de ti.

Jéssica se quitó la camiseta que traía, quedando en brasier y se quitó el jean, quedando un short (tipo culote, así le llaman las mujeres), al igual que sus zapatos quedando descalza. Acomodó la ropa en un lado del sofá y se sntó nuevamente enfrente mío escondiendo sus pies.

J: bueno ya estoy lista.

Y: ok.

Y me tiré sobre ella a empezar a hacerle cosquillas en todo su cuerpo, la pobre no esperaba esa reacción mía y lo único que hizo fue empezar a reír a carcajadas desesperadamente, además que se cayó al suelo, mientras que yo le hacía cosquillas encima de ella, en las costillas, en la cintura, en las axilas, en el cuello y en las piernas. Jessica se movía de una lado a otro sobre el tapete y reía a carcajadas.

J: jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja… jajajaja… jajajajaja… hahahahaha… jajajaja…

Jéssica reía y reía como loca, mientras se revolcaba en el suelo a causa de las cosquillas que estaba recibiendo por mi cuenta en todo su cuerpo desde las piernas hacia su cuello. Mis dedos recorrían cada rincón de su cuerpo cosquilloso y las reacciones de ella eran únicas: entre risa, desespero y saltos como resorte. El momento cúspide de la «tortura de cosquillas», se dio porque de un momento a otro, ella misma giró sobre su propio eje, quizás por las cosquillas que estaba recibiendo, quedando en posición «boca abajo» sobre el suelo; ésto hizo que fuera mucho más fácil para mi tomarle sus pies y comenzar a hacerle cosquillas en sus cosquillosas plantas, la reacción de Jéssica no se hizo esperar, su risa se transformó en gritos de desesperación y alaridos, que fácilmente podían escucharse en todo el edificio.

J: hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha…hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha…

Afortunadamente para mi no había nadie en el edificio, debido a que era día domingo y nadie va a trabajar ese día; únicamente voy yo cuando tengo una sesión extraordinaria, como justo pasó ese día.

Mis dedos recorrían las plantas cosquillosas de los pies de Jéssica, con movimientos suaves y rápidos, con el fin de provocarle cosquillas de todas las maneras posibles. La risa de Jéssica era una explosión de carcajadas, gritos y alaridos, productos de la desesperación producida por las cosquillas recibidas.

J: hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha…

Al cabo de casi 1 hora y 20 minutos de cosquillas me detuve, Jéssica estaba totalmente exhausta, sin aire, sudando y aún continuaba riendo, quizás como reflejo, debido a que el cuerpo queda hipersensible a cualquier tipo de roce.

J: jajaja… nunca me habían hecho tantas cosquillas como hoy… jajaja…

Y: te gustó?

J: no lo vas a creer, pero si me gustó… jajajaja…

Y: quieres que siga?

J: noooo… jajaja

Y acto seguido le tomé nuevamente sus pies, pero esta vez ella se encontraba boca arriba; la reacción de Jéssica no se hizo esperar.

J: hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… hahahahaha…

Jéssica estaba tan exhausta, que no opuso resistencia alguna, cuando comencé a hacerle cosquillas nuevamente en las plantas de sus pies, lo único que hizo fue reír desesperadamente y mover sus pies de un lado a otro en medio de mis manos, intentando huir de las incesantes cosquillas que estaba recibiendo. Así continué como unos 30 minutos más, hasta que me detuve del todo. Antes de soltarle sus pies, pude ver que sus plantas estaban rojas como producto de las cosquillas que había recibido.

Y: te gustó la sesión?

J: sesión? esto fue una tortura… jajaja…

Y: pero te divertiste?

J: claro que si… es muy chistoso… uno se ríe demasiado… jajaja…

Y: lo repetirías?

J: claro que sí, pero para la próxima que sea en la habitación donde está la camilla, quisiera experimentar acostada ahí… jajajaja…

Y: claro que si, no te quede la menor duda.

Jéssica se levantó, empezó a vestirse, a colocarse su jean y la camiseta, al igual que sus zapatos y chaqueta, mientras que yo terminé de organizar unas cosas en el consultorio para bajar al parqueadero y salir del edificio con ella. Salimos en mi carro y la lleve hasta una dirección que ella me dijo que la llevara. Era el edificio donde vivía con su papá y su mamá. Jéssica se bajo del carro, pero antes nos despedimos y me dio su número de celular para organizar una nueva sesión.

Espero que les haya gustado y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

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