abril 29, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Serie con modelos (parte 6)

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 45 segundos

Hola mis estimados lectores, les vengo a contar esta breve anécdota recién salida del horno.

La siguiente anécdota me sucedió justo hace unas horas, con una modelo que conocí en la Feria del Cuero, realizada en Corferias en la ciudad de Bogotá.

Me dieron un pase de cortesía para asistir a la feria por haber comprado un par de zapatos en un reconocido almacén de calzado de la ciudad, así que aproveché el momento y me dirigí primero a mi apartamento a dejar los zapatos que había comprado y después a la feria, con el fin de ver productos y porque no, conocer alguna que otra modelo y ver si era posible convencerla para una sesión de cosquillas.

El reloj marcaba las 11 am y yo caminaba por la feria, visitando cada uno de los stands ubicados dentro de ésta. Miraba los productos y a la vez escuchaba a los expositores. Mientras realizaba esa actividad, vi a lo lejos una mujer hermosa, de unos 24 años de edad, llevaba un pantalón ajustado en cuero negro, una camiseta tipo polo con el logo de una empresa (se omite y no daré el nombre, no me pagan por publicidad) y botas de cuero casi a las rodillas, podría decir que muy seguramente estaba vestida con productos de la empresa. Esta modelo modelo medía aproximadamente unos 1,70 de estatura. Ojos color miel, tez clara y cabello negro.

Me acerqué a la modelo y de una le metí conversación.

Yo: hola cómo estás?

Modelo: hola, bien y tú?

Yo: bien gracias a Dios. Qué productos estás promocionando?

Modelo: si mira, los productos son ropa, calzado y accesorios.

Me mostró un catálogo en el cual se observaban zapatos, chaquetas, pantalones, bolsos, etc.

Yo: ah que interesante.

Modelo: te interesa algo del catálogo?

Yo: y si me interesara la modelo. Qué debería hacer?

Modelo: cuál modelo? yo?

Yo: así es.

Modelo: cómo así? Qué tengo que ver yo con el catálogo?

Yo: te puedo preguntar algo sin que te moleste?

Modelo: después que no sea nada obsceno, no hay problema.

Yo: tienes cosquillas?

Modelo: jajaja… qué?

Yo: es una pregunta sencilla y normal. Tienes o no cosquillas?

Modelo: si tengo muchas cosquillas.

Yo: en qué parte las tienes?

Modelo: en todos lados, soy muy cosquillosa.

Yo: en qué parte tienes más cosquillas?

Modelo: qué tipo de interrogatorio es éste?

Yo: ninguno, sólo respóndeme y te diré de que se trata.

Modelo: ok, soy muy cosquillosa.

Yo: si y dónde tienes más?

Modelo: en los pies.

Yo: en todo el pie o en alguna parte en especial, por ejemplo: entre los dedos, en la parte de arriba, a los lados, la planta, el talón, los tobillos, la yema de los dedos.

Modelo: la planta, justo en el centro en la parte del arco.

Yo: interesante.

Modelo: por qué me preguntas eso de las cosquillas?

Yo: participarías en una sesión de cosquillas?

Modelo: qué? jajajaja… es en serio?

Yo: si.

Modelo: cuándo?

Yo: ya si quieres.

Modelo: aquí en la feria?

Yo: no, tendríamos que salir, mi consultorio está aquí cerca. Te llevo y te traigo después de la sesión.

Modelo: tengo mi descanso para almorzar en 15 minutos, si quieres nos encontramos afuera.

Yo: hecho.

15 minutos después me timbró mi celular y la modelo del stand me preguntaba dónde estaba parqueado. Le di las indicaciones y llegó al lugar, se subió al vehículo y emprendimos el viaje, rumbo a mi consultorio.

Llegamos a mi consultorio, entramos a éste y le pregunté su nombre.

Yo: cómo es tu nombre?

Modelo: me llamo Melissa.

Yo: mucho gusto soy CQ. Bueno mira, la idea es hacer la sesión de cosquillas en esta silla o en esta camilla. Tu me dirás dónde quieres la sesión.

Melissa: creo que estaré más cómoda en la silla.

Una silla tipo bondage, con correas a los lados y un cepo para introducir los pies.

Melissa se sentó en la silla, estiró las muñecas hacia arriba y procedí a asegurarlas con correas, después introdujo sus pies dentro del cepo, pero antes le quité las botas, quedando en calcetines negros. Apenas estuvo asegurada en las muñecas y en el cepo, le procedí a quitar los calcetines. Una vez estuvo sin calcetines, le pasé la punta de mis dedos por la planta de los pies, solo por comprobar si realmente era cosquillosa. La reacción no se hizo esperar.

Melissa: jajajajaja…

Yo: si que eres cosquillosa. Eso lo hace más interesante y más divertido.

Melissa: en serio?

Yo: si, nos vamos a divertir un rato con tus cosquillas.

Comencé a hacerle cosquillas en las axilas, cuello, costillas y cintura. La reacción de Melissa no se hizo esperar, estalló en risas y comenzó a moverse de un lado a otro intentando huir de las cosquillas que estaba recibiendo en su cuerpo.

Melissa: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Después de unos minutos bajé a las rodillas y continué con la tortura de cosquillas, Melissa continuaba riendo.

Melissa: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Al cabo de otros 15 o 20 minutos más decidí que ya era tiempo de hacerle cosquillas en los pies y divertirme el resto del tiempo con ellos. Comencé a hacerle cosquillas en las plantas de los pies y las risas se transformaron en alaridos.

Melissa: jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… jajajajaja…

Melissa movías sus pies de un lado a otro intentando desesperadamente huir de las cosquillas que estaba recibiendo en las plantas de sus pies (podía verse en su rostro el desespero, pese a sus risas a carcajadas) , sin embargo, su esfuerzo era en vano. Lo único que podía hacer era reír a carcajadas y mover sus pies de un lado a otro (de izquierda a derecha y viceversa, hacia adelante y hacia atrás), arrugaba las plantas de sus pies y las estiraba, abría y cerraba los dedos de los pies, en fin.

Melissa: jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahahaha… hahahahaha… jajajajaja… jajajajaja… hahahahaha… hahahaha… jajajajaja…

Después de casi 30 minutos de cosquillas sobre los hipercosquillosos pies de Melissa, me detuve y procedí a liberarla. Melissa se sentó un rato para tomar aire y después comenzó a colocarse sus calcetines y botas. Le pregunté que tal le había parecido la sesión y me comentó que fue divertida y desesperante, sobre todo porque es demasiado cosquillosa. Le sugerí trabajar conmigo como ticklee y me dijo que la llamara dentro de 2 días, cuando termine la feria para hablar de negocios.

La llevé nuevamente a la feria y quedamos en conversar en 2 días.

Espero que les haya gustado la anécdota.

Firmado: CQ

 

 

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