mayo 7, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Serie con scorts (parte 2)

Tiempo de lectura aprox: 6 minutos, 32 segundos

Hace unos meses contacté por a través del sitio web «Mil Eróticos» a una «modelo scort» o acompañante, debido a que quería «torturar» con cosquillas nuevamente a una scort contratada a través de ese sitio web.

Los que vengan a Bogotá y deseen hacerle cosquillas a mujeres, pueden contratarlas a través de ese sitio web.

En esta ocasión contraté una mujer de 25 años de edad, contextura delgada, piel blanca, cabello negro liso y largo casi hasta la cintura, de aproximadamente unos 1,70 de estatura. Su nombre es Paula.

Como la gran mayoría de las mujeres que se suscriben a ese portal, todas tienen su historia y Paula no era su excepción.

Paula, resultó ser según ella, estudiante de la Universidad de los Andes de la ciudad de Bogotá. Después de llegar a mi apartamento, la invité a entrar y le brindé una gaseosa para que se refrescara.

Le pregunté que incluía el servicio y ella me dijo:

Paula: tal y como te comenté por teléfono, el servicio incluye, besos, caricias y la relación.

Yo: interesante, tengo una pregunta.

P: si claro dime.

Y: supongamos que no quiero nada de sexo, también ofreces el servicio?

P: es decir, no quieres sexo… entonces que deseas? porque también puedo brindarte compañía.

Y: bueno voy directo al grano, eres cosquillosa?

P: cosquillosa? como así?

Y: osea, tienes cosquillas en alguna parte de tu cuerpo?

P: si, en todos lados.

Y: en qué parte de tu cuerpo tienes más cosquillas?

P: en los pies.

Y: todo el pie o alguna parte en especial?

P: es las plantas de los pies, tengo muchas cosquillas ahí… por qué la pregunta?

Y: si te pido que el servicio sea que te dejes hacer cosquillas, lo harías?

P: sólo cosquillas? nada de sexo?

Y: sólo cosquillas.

P: cuánto tiempo? y que debo hacer?

Y: pues el tiempo que dura tu servicio y pues lo único es que te quites la ropa, puedes quedar en ropa interior si deseas y acostarte en esta camilla, para poder hacerte cosquillas en todos lados.

P: esta bien, si es sólo cosquillas, no hay problema y listo me quito el vestido, los zapatos y prefiero quedarme en ropa interior.

Paula se quita el vestido verde que traía ceñido al cuerpo, sus zapatos de tacón de aguja negros y quedó descalza con ropa interior negra; cómo dato curioso, las uñas de sus pies estaban pintadas de negro.

Y: ok, Paula, por favor acuéstate en esta camilla mientras procedo a inmovilizarte las muñecas y los tobillos.

P: ah no, cómo así? tú no me dijiste nada de estar amarrada.

Y: te pregunto: tú te dejarías hacer cosquillas con las manos y pies libres?

P: por supuesto que no, empezaría a dar patadas y a tratar de quitarte de encima.

Y: si ves? entonces es por eso, que te pido estar atada de pies y manos, por nada mas es la solicitud.

P: bueno esta bien, pero sólo son cosquillas, verdad?

Y: así es, sólo son cosquillas.

Diciéndole esto, Paula se siente un poco más segura y procede a acostarse en la camilla, mientras yo empiezo a atarle las muñecas y los tobillos, podía ver su cuerpo perfecto, con medidas casi perfectas y además podía apreciar sus hermosos pies, a mi disposición y listos para ser cosquilleados sin piedad.

Y: bueno Paula, estás lista?

P: lista, lista… no… tengo nervios de pensar en que me vas a hacer, aprovechando esta posición de vulnerabilidad en la que me encuentro.

Y: pues si te preguntas qué te voy a hacer? la respuesta es simple: muchas cosquillas sin piedad y además voy a utilizar todos mis instrumentos de «tortura» para hacerte reír.

P: y cuáles son esos instrumentos?

Y: plumas de todos los tamaños, pinceles de todos los tamaños, cepillos de dientes, cepillos de peinar, peines, peinillas, mis dedos y mi lengua.

P: tu lengua?

Y: así es.

P: y en qué parte de mi cuerpo usaras tu lengua?

Y: pues en tus pies… ya te darás cuenta la gran cantidad de cosquillas que vas a sentir cuando empiece a jugar con mi lengua en tus pies cosquillosos.

Dicho esto empiezo a hacerle cosquillas en las axilas y el cuello, la reacción de Paula no se hace esperar.

P: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Paula empezó a reír como loca y a mover su cabeza de un lado a otro, mientras contorneaba su hermoso cuerpo, tratando de evitar las cosquillas producidas en su cuello y axilas.

P: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Al cabo de 10 minutos de cosquillas en el cuello y las axilas, Paula ya había perdido el control de su cuerpo y no se hallaba así misma, y lo único que hacía era reír y reír, no le salía ninguna otra frase de su cuerpo, diferente a una risa a carcajadas.

P: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

10 minutos más tarde, es decir, casi 20 minutos después de haber iniciado la «tortura» de cosquillas, decidí suspender para darle un poco de respiro y que Paula pudiera descansar un poco y tomar aire.

Y: bueno Paula, y qué tal? te gusta?

P: jajajaja… nooooo… para nadaaaa… jajajaja…

Y: entonces por qué te ríes?

P: jajaja… porque las cosquillas me producen mucha risa… jajajaja…

Y: qué me dices? sigo? o me detengo de una vez por todas?

P: pues sigue, para ver hasta dónde soporto… jajajaja…

Dicho esto, comencé a hacerle cosquillas en las costillas, la cintura, el ombligo y la unión de las piernas con el tronco, debido a que esa parte del cuerpo es muy cosquillosa en las mujeres (los que les interese probar pueden hacerlo y verificar que efectivamente las mujeres son extremadamente cosquillosas en esa parte del cuerpo).

La reacción de Paula no se hace esperar y estalla en risas a carcajadas y desesperadas, producto de las cosquillas recibidas en esas partes de su cuerpo.

P: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Paula empezó a dar saltos en la camilla y a moverse con mucha desesperación de un lado a otro, intentando huir de las cosquillas recibidas en las costillas, cintura, ombligo y la unión de las piernas con el tronco. De un momento a otro, empezó a pedir piedad en medio de sus risas a carcajadas.

P: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… piedaaaa…. noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… piedaaaa…. noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… piedaaaa…. noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… piedaaaa…. noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Ya la risa de Paula se tornaba un poco ronca, producto de la cantidad de cosquillas que estaba recibiendo y podía darme cuenta que ya estaba en su punto máximo de la desesperación; y aún faltaban las rodillas y las extremadamente cosquillosas plantas de sus pies.

Y: ok Paula, veo que ya no puedes más voy a detenerme.

P: graciassss… jajajaja… ya no soporto más cosquillas… jajaja… graciassss…

Y: no me agradezcas tanto, porque aún faltan tus rodillas, tus piernas y tus pies.

P: no por favor… no más cosquillas… piedad…

Y: tranquila, ya vamos a terminar.

Acto seguido, empiezo de una sin dejarla descansar, a hacerle cosquillas en sus piernas. Paula empezó a reír nuevamente y a dar saltos en la camilla. Curiosamente sus rodillas eran demasiado cosquillosas.

P: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja…

En las piernas y sus rodillas duré haciéndole cosquillas unos 15 minutos, hasta que me detuve y la dejé tomar aire.

Y: bueno ahora si te dejo que descanses.

P: por favor… no más cosquillas… no soporto más…

Y: tranquila, ya vamos a terminar, sólo faltan los pies y terminamos.

P: por favor… no más… y menos en los pies, soy muy cosquillosa en esa parte de mi cuerpo y no creo que pueda soportarrrrrrloooooo… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja…

Paula estalló en risas, apenas empecé a hacerle cosquillas en los pies con mis dedos y eso que no había empezado a utilizar los cepillos y demás elementos de tortura. Los pies de Paula se movían de un lado a otro intentando huir de las cosquillas recibidas, al igual que los dedos de sus pies. Pude darme cuenta lo extremadamente cosquillosa que era Paula en sus pies.

Y: bueno ahora es el turno de las plumas.

Empecé a pasarle unas plumas rígidas por las plantas hipersensibles de Paula y la reacción no se hace esperar.

P: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Además de las cosquillas que recibía con las plumas en las plantas de los pies, también empecé a torturarla de manera psicológica.

Y: cuchi… cuchi… cuchi… cuchi… estos piesitos están ansiosos de recibir cosquillas… cuchi… cuchi… cuchi… cuchi… quieren más cosquillas… cuchi… cuchi…

P: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. maaaassssss… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… cuchi… cuchi… cuchi… cuchi… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. maaaassssss… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… cuchi… cuchi… cuchi… cuchi… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. maaaassssss… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Al cabo de unos 15 o 20 minutos con las plumas, comencé a pasarle mi lengua por entre sus dedos y por las plantas de los pies, y lo único que podía hacer Paula era reír y suplicar.

P: jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. maaaassssss… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. maaaassssss… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. maaaassssss… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Teniendo sus pies húmedos por el paso de mi lengua por todos lados, empecé a pasarle los cepillos de peinar por las plantas de sus pies, en ese momento las risas se transformaron en alaridos.

P: hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha…

Paula empezó a gritar y reír como loca mientras las plantas de sus pies empezaban a tornarse rojizas, producto de las cosquillas que estaban recibiendo con el cepillo; sin embargo, de un momento a otro, dejé de hacerle cosquillas con el cepillo y tomé una peinilla para hacerle cosquillas entre los dedos y por los datos de los pies, mientras ella reía y gritaba sin parar.

P: hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha… hahahaha… jajajajaja… hahahaha…

Después de casi 40 minutos de cosquillas con el cepillo, procedí a desatarle los tobillos, en ese momento Paula empezó a agradecerme, porque ya había «terminado» de hacerle cosquillas.

P: gracias… en serio… gracias…

Y: no me agradezcas mucho que aún no termino, simplemente te voy a desatar los pies para poder agarrarlos los dos al mismo tiempo.

P: nooooo… por favorrrr… nooooo… no creo que pueda soportarrrrrrloooooo… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… noooooo…. jajajajaja… jajajajaja…

Tenía entre mis brazos los pies hipercosquillosos de Paula, mientras movía rápidamente mis dos en las plantas de sus pies. Les confieso que es muy divertido sentir como se mueven los pies cosquillosos de una mujer, cuándo ya no puede más, después de estar recibiendo muchas cosquillas en ellos y además se puede sentir como empiezan a sudar.

Al cabo de 10 minutos más de cosquillas me detuve por completo. Procedí a desatarla del todo, mientras ella empezaba a tomar aire. Le cancelé lo acordado, se vistió, nos despedimos y se fue.

Les adelanto que quedamos en vernos nuevamente.

Espero que les haya gustado y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

 

 

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