mayo 3, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Serie con universitarias (parte 3)

Tiempo de lectura aprox: 9 minutos

Al igual que las anécdotas anteriores con estudiantes universitarias, esta sesión también fue planeada a través de Facebook, por medio del mismo anuncio publicado en diferentes grupos de Universidades, registrados en la red social.

La protagonista de esta historia se llama Andrea y es una mujer de unos 23 años de edad, estudiante de la Universidad Sergio Arboleda.

Andrea es una mujer alta, contextura delgada, cabello castaño corto, ojos café, tez clara y lo mejor extremadamente cosquillosa en todos los rincones de su cuerpo. Su punto débil a las cosquillas son sus pies. Es hipercosquillosa en cada uno de los rincones de sus pies, el arco y entre sus dedos, son sus puntos más sensibles.

Andrea nos contactó a través del mismo anuncio que publicamos para las sesiones anteriores. A continuación les comparto el chat:

Andrea: buenas tardes, escribo para tener más información sobre el anuncio publicado en el grupo de Facebook de la universidad. Gracias.

Yo: buenas tardes, en qué te podemos ayudar?

A: si, mira, lo que pasa es que deseo saber más sobre el anuncio.

Y: ok, primero una pregunta, eres cosquillosa?

A: ufff, demasiado.

Y: en qué partes de tu cuerpo tienes cosquillas?

A: desde la cabeza a los pies, en todos lados.

Y: interesante… y cuál es la parte más cosquillosa de tu cuerpo?

A: los pies.

Y: todo el pie o alguna parte en especial.

A: todo el pie, sin embargo, son extremadamente sensible, en los arcos y entre los dedos de los pies, es insoportable en esas áreas de mis pies.

Y: interesante, muy interesante… de 1 a 10 que tan cosquillosa eres en las plantas de los pies?

A: 11, soy hipercosquillosa ahí.

Y: te gustaría ganar dinero extra, participando como conejillo de indias en sesiones de cosquillas, atada de pies y manos?

A: sólo cosquillas? no hay desnudos ni cosas así?

Y: aja, sólo cosquillas, con plumas, pinceles, cepillos y dedos.

A: si son sólo cosquillas, de una, dime cuándo y dónde.

Y: de acuerdo a tu disponibilidad.

A: puedo el viernes a las 7 am.

Y: listo, viernes 7 am.

A: ok, quedamos así.

La conversación terminó, no incluí la parte dónde solicité su información personal, para no alargar la historia, debido a que no me parece que sean información relevante para la anécdota.

Llegó el día viernes, me tocó levantarme más temprano que de costumbre a eso de las 5 am, cuando el reloj marcó las 6 am, yo ya me encontraba bañado, cambiado y desayunado, alistando el cuarto de torturas. A las 6:30 am sonó mi celular era Andrea informándome que ya iba a salir para venir a mi apartamento a la sesión de cosquillas.

A las 6:40 am salió Natalia, quien aún vive en una de las habitaciones disponibles de mi apartamento.

Siendo las 7:05 am sonó el citófono, al otro lado de la línea el vigilante me informaba que había llegado la señorita Andrea y que si le autorizaba el ingreso, mi respuesta fue positiva. Al cabo de unos 10 minutos sonó el timbre de la puerta de mi apartamento, abrí y o sorpresa, Andrea se veía más sexy en vivo y en directo, que sus fotos en su perfil de Facebook.

Y: hola Andrea cómo estás? mucho gusto soy CQ. Sigue y siéntate.

A: mucho gusto, gracias.

Andrea entra al apartamento, se sienta en el sofá en la sala y empezamos a conversa un poco, sobre muchos temas (su ocupación actual, con quién vive, etc).

Y: bueno cuéntame a qué te dedicas?

A: estudio en la universidad Sergio Arboleda, Administración Ambiental.

Y: en qué semestre vas?

A: en sexto semestre, son nueve en total.

Y: ah bueno y vives con tu familia aquí en Bogotá o vives en alguna residencia universitaria.

A: pues digamos que es casi como una residencia universitaria, aunque de hecho vivo con mi familia, una tía y mi primito de 10 años.

Y: tú tienes cuántos años?

A: 23 recién cumplidos.

Y: a bueno, en cuánto a las cosquillas, no soportas que te toquen en ninguna parte de tu cuerpo?

A: tampoco en ese extremo, si me pueden tocar, obviamente si me tocan normal, no siento cosquillas, pero cuando ya es otro tipo de toque, como picándolo a uno o sobando, si me dan muchas cosquillas. Los pies no me los pueden ni tocar porque me dan demasiadas cosquillas, soy hipersensible en esa parte de mi cuerpo.

Y: qué sientes cuando te tocan los pies y qué te produce?

A: siento demasiadas cosquillas y me produce desespero, impotencia y una risa descontrolada.

Y: supongo que tienes novio, verdad?

A: así es.

Y: él sabe que vas a participar en la sesión de cosquillas?

A: no, de hecho nadie en mi familia sabe que voy a participar en ésto.

Y: ok, y te hacen cosquillas con frecuencia?

A: en la universidad, mis compañeros mujeres y hombres, saben que soy muy cosquillosa en la cintura, las costillas y las axilas; y me hacen cosquillas en esas partes; mi novio también me hace cosquillas de vez en cuando; y en mi casa mi tía a veces me toma descuidada y me hace cosquillas en esas áreas; y pues mi primito, ese si sabe mis puntos débiles y le encanta hacerme cosquillas, de hecho, no se que tiene con mis pies, no me puede ver descalza, porque de una va a hacerme cosquillas en los pies.

Y: osea que de acuerdo a lo que me dices, además de tu primito nadie más te ha hecho cosquillas en los pies? tu novio, tu tía, tus amigos o amigas?

A: nooo, de hecho ninguno sabe que soy cosquillosa en los pies, sólo mi primito que descubrió lo cosquillosa que soy en los pies, por casualidad.

Y: por qué por casualidad?

A: porque desde que llegué, siempre estaba a la defensiva, porque sabía que mi primito es muy hiperactivo y había escuchado anécdotas de mi tía, diciendo que a él le gustaba hacerle cosquillas en los pies a ella y a las niñeras que ha tenido.

Y: entonces además de ti, tu tía también es cosquillosa en los pies?

A: si, totalmente, ella es demasiado cosquillosa ahí.

Y: bueno continua con tu primito.

A: pues como te contaba, descubrió por casualidad, yo desde que me mudé con mi tía, siempre andaba con mis tennis puestos para evitar que mi primito me tomara por sorpresa y me hiciera cosquillas en los pies, pero un día llegué de la universidad y la señora que cuida a mi primito, se fue apenas llegué, normalmente se queda hasta que mi tía llega del trabajo, pero ese día se fue más temprano; la señora me dijo que mi primito estaba en su habitación jugando playstation.

Y: y entonces que pasó?

A: pues como la señora me dijo que él estaba en su habitación jugando playstation, yo me fui a mi habitación, dejé las cosas de la universidad y me quité la ropa que llevaba puesta, me coloqué un short y una camiseta y me fui descalza a almorzar, calenté mi almuerzo y lo llevé a la mesa del comedor, inocente, creyendo que mi primito estaba en su habitación.

Y: y no estaba allá?

A: no, para mi «desgracia», mi primito me estaba emboscando debajo de la mesa; nunca me di cuenta que estaba allá porque es una mesa de madera y no se puede ver que hay debajo de ella. Me disponía a almorzar y me acordé de ir a buscar una babuchas porque estaba haciendo un poco de frío, sin embargo, me dije que primero almorzaba y después iba a mi habitación a buscarlas. Yo toda inocente, jamás pensé que mi primito estuviera debajo de la mesa asechando mis pies, para hacerme cosquillas en ellos.

Y: y en qué momento te hace cosquillas?

A: me encontraba almorzando, cuando de repente sentí que me «abrazaron» las piernas, en ese momento presentí lo peor, de una supe que mi primito estaba bajo la mesa y que iba a ser cosquilleada sin piedad; dicho y hecho, eso fue lo que pasó, mi primito me abrazó las piernas, levantó un poco mis pies y empezó a rascarme las plantas de los pies, lo cual me produjo unas cosquillas desesperante y una risa a carcajadas descontroladas.

Y: y qué hacía tu primito?

A: nada, solo me hacía cosquillas y no se detenía pese a mis súplicas. Lo bueno fue que sólo me hizo cosquillas por unos 2 o 3 minutos, sin embargo, para mí parecieron horas. Dejó de hacerme cosquillas y salió por el otro lado de la mesa y se fue corriendo a su habitación, allá se encerró hasta que llegó mi tía.

Y: tu tía supo de eso?

A: nooo, nunca le dije nada de eso y mi primito tampoco le dijo nada.

Y: bueno interesante anécdota, qué te parece si empezamos la sesión de una vez?

A: listo, empecemos de una.

Y: pero antes, dime una cosa, según tú, cuál de tus pies es más cosquilloso?

A: creo que los dos por igual, sin embargo, pienso que el pie derecho de extremadamente más cosquilloso que el izquierdo, no soporto las cosquillas en el pie derecho, en cambio en el izquierdo es más soportable.

Y: interesante, lo tendré en cuenta.

Andrea muy juiciosa, se quita sus tennis y calcetines, los coloca a un lado de la camilla, después se quita la chaqueta de jean y queda con un top y el jean que llevaba, no llevó shor y camisilla tipo esqueleto, pues argumentó que como salió de rapidez, los dejó encima de su cama.

Mientras estaba acostada ya en la camilla, yo empezaba a atarle las muñecas y los tobillos con las correas que habían en cada extremo, podía apreciar perfectamente sus axilas, su ombligo y sus pies; cuando llegué a atarle los tobillos, le pasé un dedo por la planta de uno de sus pies, para ver su reacción; ésto hizo que soltara una pequeña, pero ruidosa risa y moviera su pie tratando de evitar el contacto con mi dedo.

Y: listo Andrea, puedes verificar si quedaste bien atada?

Andrea empieza a hacer fuerza intentando desatarse de las correas de la camilla, pero sus esfuerzos son inútiles.

A: no puedo, creo que quedé bien atada.

Y: listo, en ese caso empecemos.

Comencé de una a hacerle cosquillas en las axilas, las costillas y la cintura, la reacción de Andrea no se hace esperar.

A: jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja…

Andrea empezó a reír como loca, mientras se movía de un lado a otro tratando de evitar las cosquillas.

Mientras Andrea reía y reía como loca, yo seguí moviendo mis dedos en su cintura, sus costillas y sus axilas, sin piedad. Andrea reía a carcajadas, brincaba y se movía de un lado a otro acostaba en la camilla.

A: jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja… jajaja… jajajaja… jajajaja…

Al cabo de unos 30 minutos de cosquillas me detuve para que tomara aire.

A: gracias…

Y: aún no he terminado… me detuve para que tomaras un poco de aire y así poder continuar nuevamente…

A: queeee???

Después de unos 5 minutos de pausa, nuevamente empiezo a hacerle cosquillas, sin embargo esta vez me trasladé de una vez a los pies, haciéndole énfasis en las plantas. La reacción de Andrea no se hizo esperar y estalló en risas a carcajadas y señales de desesperación.

A: hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja…

Los pies de Andrea se movían de un lado a otro intentando huir de las incesantes cosquillas y eso que únicamente estaba utilizando mis dedos.

A: hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja…

Andrea reía y reía a carcajadas mostrando señales de desesperación… después de unos 15 minutos de cosquillas con mis dedos, empecé a pasarle plumas por las extremadamente cosquillosas e hipersensibles plantas, Andrea únicamente reía y reía a carcajadas.

A: hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja…

La pluma recorría toda la planta de cada pie, empezando desde la punta de sus dedos, hasta el talón, haciendo movimientos en línea recta, movimientos circulares y movimientos en diagonal. Les confieso que nunca en mis años de experiencia como «Tickler» había tenido la oportunidad de «torturar» con cosquillas a una mujer hipercosquillosa en las plantas de los pies y sobretodo demasiado sensible al movimiento de las plumas.

A: hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja…

Después de unos 15 minutos de cosquillas con plumas, pasé a los pinceles, la reacción seguía siendo la misma, Andrea reía y reía a carcajadas, moviendo sus pies de un lado a otro, tratando de evitar las cosquillas.

A: hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja… hahaha… jajajaja…

Unos 20 minutos después (aproximadamente) me detuve, Andrea nuevamente comenzó a agradecerme.

A: graciasssss… de verdadddd… graciassss… no soporto más cosquillasss… jajaja… es demasiada tortura… graciassss…

Y: ok, voy a desatarte los pies uno a uno.

A: gracias…

Y: aunque primero, voy a tomar el pie izquierdo y vamos a hacerte cosquillas con el cepillo de peinar para ver tu reacción.

A: no por favor… no más cosquillassss… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha…

El cepillo recorría de arriba a abajo y viceversa la planta sensible del pie izquierdo de Andrea mientras ella reía y reía a carcajadas, con gritos de desesperación. Además hacía fuerza como para intentar sacar su pie de la llave que yo le tenía con mi brazo izquierdo mientras con mi mano derecha le hacia cosquillas con el cepillo.

Al cabo de unos 10 minutos de cosquillas en el pie izquierdo, le desaté el pie derecho, le apliqué la misma llave con mi brazo izquierdo y comencé a hacerle cosquillas con el cepillo con mi mano derecha. Ahí si mostró más señales de desesperación, hasta el punto que empezó a llorar, mientras reía y gritaba a carcajadas. Pude darme cuenta lo extremadamente cosquillosa que es Andrea en la planta del pie derecho.

A: hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha…

Andrea gritaba y reía a carcajadas, mientras yo continuaba torturándole la planta del pie derecho, debo confesar que le hice cosquillas por casi 40 minutos en ese pie, el hecho de ver lo cosquillosa que era en ese pie, me produjo tantas ganas de continuar, que por un momento olvidé el tiempo por completo y sólo continué torturándola sin piedad alguna mientras ella reía y reía a carcajadas.

A: hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha… hahaha…

Después de casi 1 hora de cosquillas, sólo en el pie derecho de Andrea, por fin me detuve y Andrea únicamente agradecía que me hubiera detenido.

A: gracias… gracias… ya no soportaba más cosquillas… gracias…

Procedí a desatarla, mientras ella tomaba aire y seguía agradeciendo. Una vez estaba recuperada, procedió a colocarse los calcetines y los tennis, no sin antes verse las plantas de sus pies y comentar que las tenía demasiado rojas y que sólo tocarlas con su dedo le producía cosquillas. Conversamos un poco sobre la experiencia, y nos despedimos.

Antes de irse, le pregunté si repetiría la experiencia y esta fue su respuesta.

A: totalmente, peses a que es una tortura, es demasiado divertido y claro que me gustaría repetirla.

Entonces no se extrañen si ven una nueva anécdota con Andrea, espero que les haya gustado y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

 

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