mayo 2, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Serie con vecinas (parte 7)

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 43 segundos

Desde pequeño me ha gustado hacerles cosquillas en los pies a las mujeres y la protagonista de esta historia no fue la excepción.

Esta anécdota se remota al año de 1996, en aquella época tenía yo unos 16 años de edad y cerca a mi casa, vivía una mujer de unos 34 años de edad, ella era blanca, cabello rojizo (lo que comúnmente llamamos «pelirroja»), casada, madre de dos hijos (un niño y una niña).



El nombre de mi vecina era Mónica (el apellido al igual que las demás historias se omite por seguridad de las protagonistas). Ella era secretaria pero en el momento se estaba dedicando a las labores del hogar (ama de casa, tal y como decimos acá en Colombia).

Esta anécdota sucedió únicamente por casualidad, yo llegaba a mi casa, estaba a una calle de donde vivía con mis padres y llovía muy fuerte, yo regresaba de clases en mi colegio.

Iba llegan a mi casa, cuando de repente empezó a llover muy fuerte, la única parte donde podía resguardarme de la lluvia fue bajo el techo en la terraza de mi vecina Mónica.

Estando bajo el techo de la terraza, resguardándome un poco y esperando a que dejara de llover, mi vecina se percató que yo estaba afuera y abrió la puerta, me invitó a entrar a su casa y esperar adentro a que escampara.

Me dio una bebida caliente para el frío y empezamos a conversar un poco, me preguntaba como me estaba yendo en el colegio y muchas cosas más.

Desde que mi vecina se había mudado al barrio con su esposo y sus hijos, siempre había sentido curiosidad por saber si era o no cosquillosa, así que tenía que aventarme esta vez, sabiendo que no volvería a tener una oportunidad como esa de averiguar si era o no cosquillosa.

En medio de la conversación (aún no se como me animé a hacerlo) le pregunté si tenía cosquillas…

Yo: una pregunta señora Mónica, sin que se moleste…
Mónica: si claro dime…
Y: usted tiene cosquillas?
M: cosquillas? como así?
Y: osea que si tiene alguna parte de su cuerpo donde la toquen y le produzca risa?
M: ah…que si soy cosquillosa?
Y: si…usted es cosquillosa?
M: muy cosquillosa…por qué quieres saber eso?
Y: curiosidad, nada más…

Sin quererlo, bajé la mirada a sis pies y ella se dio cuenta del gesto, así que me siguió el «juego» y se soltó un poco en cuanto a la conversación…

M: bueno te cuento que si soy muy cosquillosa y tengo cosquillas en todos lados de mi cuerpo…
Y: ah y en que partes tiene más cosquillas?
M: mmm…creo que eso si no te lo puedo contestar…jajaja…
Y: por qué no?…o tengo que averiguarlo?
M: queee? noooo…nada de averiguarlo..puedo ser tu mamá…jajaja
Y: entonces, en que partes tiene más cosquillas?
M: bueno y para qué quieres saber en que parte tengo más cosquillas?
Y: solo por curiosidad…nada más…
M: mmm…

Mónica me quedó mirando con cara sospechosa pero al final se animó a contarme y fue ahí cuando vino mi contra ataque…

M: esta bien…mis partes más cosquillosas son la cintura y las plantas de los pies…contento?
Y: si…puedo hacerle cosquillas?
M: jajajajaja…yo sabía que tus preguntas iban enfocadas a eso…jajajaja…
Y: un momento nada más…
M: ni medio minuto…soy muy cosquillosa…jajaja…
Y: vamos…si?
M: que noooo…jajajaja…

En ese momento, en medio de la risa, que sí y que no, molestando para ver si se dejaba o no hacer cosquillas, le tomé una pierna y le levanté el pie cerca de mi, le retiré el zapato y empecé a hacerle cosquillas…su reacción fue inmediata…
M: oye…que haces…noooo…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…nooooo..jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…

Mónica reía y reía, mientras yo únicamente me dedicaba a hacerle cosquillas en la planta del pie izquierdo, así que en ese momento mientras ella estaba inmersa en la desesperación producto de las cosquillas, le levanté el otro pie y también hice lo mismo, le retiré el zapato y empecé a cosquillearlo al tiempo que el pie izquierdo…prácticamente tenía sus dos pies entre mis brazos mientras le hacía cosquillas…

M: jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…noooooooooooooo….jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…yaaaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…

Los pies de Mónica se movían de un lado a otro, mientras ella reía y reía como loca…y yo continuaba haciéndole cosquillas en las plantas de los pies…por un momento sentí ganas de hacerle cosquillas en la cintura y las axilas, pero la tentación de seguir cosquilleandole las plantas de los pies, sabien que era extremadamente cosquillosa, no me dejó, así que seguí con sus pies únicamente…

M: jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…

Me detuve para que tomara aire, le solté sus pies y ella solo continuaba riendo un poco, hasta que por fin me habló de nuevo…

M: oye te pasas…jajajaja…
Y: jejeje…si, pero tu no hiciste nada para retirar los pies…
M: y cómo iba a retirarlos si tu me los tenías bien agarrados con tus brazos…jajaja…me estabas haciendo una llave…jajaja…
Y: le gustó que le hiciera cosquillas en los pies?
M: que si me gustó? eso es una tortura para mi…jajajaja…
Y: pero le gustó? es divertido verdad?
M: si es divertido…

En ese momento volví a tomarle los dos pies rápidamente y la reacción de ella no se hizo esperar…

M: paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…noooooo….maaaassss…paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…noooooo….maaaassss…paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…noooooo….maaaassss…paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…noooooo….maaaassss…paraaaaaa…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…jajajajjaajjajaja…

Debo confesar que me gustó mucho hacerle cosquillas a mi vecina, la señora Mónica, en las plantas de sus pies, porque se notaba que era extremadamente cosquillosa.

Después de jugar un poco más con las plantas de sus pies, por fin me detuve y le dejé que se volviera a colocar sus zapatos…conversamos un poco, por fin dejó de llover y me retiré a mi casa con la idea de haber cumplido uno de mis sueños que en esa época era hacerle cosquillas a mujeres maduras, y mi vecina no fue la excepción.

Con el tiempo seguí pasando cerca a su casa y cada vez que ella me veía sonreía conmigo, como diciendo: «algún día me las pagarás muchachito»…sin embargo a los 4 años ella se mudó y yo crecí y me cambié de ciudad.

Espero que les haya gustado la historia y nos leemos en la próxima…

Firmado: CQ

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