abril 27, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Serie viajes por Colombia (parte 1)

Tiempo de lectura aprox: 5 minutos, 54 segundos

Llegó el momento de empezar a realizar viajes por todo mi país, con el fin de buscar nuevos conejillos de indias, perdón, nuevas participantes en las sesiones de cosquilloterapia.

Y nos fuimos para la ciudad de Pereira.

En esa hermosa ciudad, conocí a Manuela, una joven universitaria de sólo 24 años de edad. Coloqué un anuncio en un diario de la ciudad, solicitando mujeres que desearan ganar dinero extra probando una nueva terapia de relajación. Me escribieron un total de 22 mujeres, sin embargo decidí jugármela inicialmente con Manuela.

Cité a Manuela a un restaurante de la ciudad, conversamos un poco sobre a qué se dedicaba y qué actividades hacía en su tiempo libre.

Manuela: estudio en la universidad, tengo 24 años, practico voleibol.

Yo: interesante. Tengo una pregunta.

M: si claro, dime.

Y: eres cosquillosa?

M: cómo así cosquillosa?

Y: es decir, qué si tienes cosquillas?

M: ah sí, claro, como todos… por qué la pregunta?

Y: esta reunión es para organizar las sesiones de la terapia y resulta que las sesiones son de cosquillas, es decir, tu debes dejar hacer cosquillas durante la sesión.

M: y cómo sería la sesión?

Y: pues muy simple, la idea es que estés acostada en una cama o sentada en una silla, atada de pies y manos, mientras se te hacen cosquillas con pinceles, plumas, cepillos y dedos.

M: eso sería una tortura…

Y: algo así, además se te hace énfasis en la parte de tu cuerpo que sea más cosquillosa.

M: ufff…

Y: cuál es la parte de tu cuerpo más cosquillosa?

M: los pies.

Y: todo el pie o alguna parte en especial?

M: la parte de abajo de los pies, exactamente en el medio.

Y: las plantas?

M: si las plantas de los pies, no soporto que me toquen esa parte, porque me dan demasiadas cosquillas y pierdo el control.

Y: de 1 a 10 podrías decir que tan cosquillosa eres ahí?

M: yo diría que 1000.

Y: mil? Acaso eres hipercosquillosa?

M: no te digo que no soporto que me toquen esa parte de mi cuerpo, me entra un desespero y además una risa descontrolada. Soy extremadamente cosquillosa en las plantas de los pies. No soporto el tacto con ningún tipo de elemento. Todo me da cosquillas.

Y: interesante.

M: qué es interesante?

Y: pues el hecho que tu seas así de cosquillosa, además sería muy bueno probar algunas técnicas contigo.

M: cómo así? Acaso existen técnicas para hacer cosquillas?

Y: no te imaginas cuántas…

M: mmm… y qué se debe hacer para probar esas técnicas?

Y: pues dejarte hacer cosquillas, nada más?

M: aquí? ahora mismo?

Y: nooo, la idea es que cuadremos de una vez, de acuerdo a tu disponibilidad, la fecha y hora para hacer la sesión y listo, es todo.

M: bueno en ese caso, puedo ya mismo si lo deseas.

Y: bueno haber, son las 3 pm, tengo una entrevista a eso de las 5 con otra persona.

M: también para hacerle cosquillas?

Y: si también, la idea es hacer varias sesiones aquí en Pereira.

M: interesante… bueno y entonces, si se puede ahora o lo dejamos para mañana?

Y: tienes algo que hacer ahorita?

M: la verdad, estuve en la mañana en la Universidad y de hecho vine a la reunión contigo, porque después voy a mi casa a estudiar.

Y: ah ok, en ese caso, vayamos entonces al apartamento donde estoy hospedado.

Cómo iba a estar unos días en Pereira, me salía más económico arrendar un apartaestudio (apartamento de 1 habitación) por días, en lugar de quedarme en un hotel, además debía encontrar un buen lugar para poder hacer las sesiones.

M: apartamento?

Y: si, me sale más económico arrendar un apartaestudio, que quedarme en un hotel.

M: ok, esta bien, en ese caso, vayamos al apartamento… es cerca de aquí?

Y: si, a unas 2 o 3 calles, más o menos.

Nos dirigimos al apartamento, caminamos unas 3 calles y mientras íbamos conversando por el camino.

Y: listo hemos llegado, entremos al edificio.

Procedí a anunciarme en portería y nos dirigimos al ascensor, unos pisos más arriba, ya estábamos dentro del apartamento.

Y: ok, ponte cómoda, mientras preparo la habitación.

M: gracias.

Mientras yo estaba dentro de la habitación organizando un poco la cama para poder hacer la sesión de cosquillas, sonó un celular en la sala y pude escuchar a Manuela conversando con una persona al otro lado de la línea.

M: hola cómo vas… si, estoy haciendo unas diligencias… aún me demoro un poco más… si tranquila, no te preocupes… no nada… si a mi también me parece super loco eso… si tranquila… yo también te quiero… adiós…

Salí de la habitación y sin preguntarle sobre la llamada ella misma me contó un poco.

M: alcanzaste a escuchar algo de la conversación?

Y: escuché tu celular y te vi hablando… algo importante?

M: era mi prima, me preguntaba si aún me demoraba un poco y le dije que estaba haciendo unas diligencias.

Y: por qué le dijiste que «te parece super loco eso…» a qué te refieres?

M: ah porque ella es la única que sabe lo de la sesión de cosquillas y me pregunto si iba a ir a la cita y mi respuesta inicial fue «no nada» y después me dijo, si eso es como raro y loco, así que por eso yo le dije esa frase.

Y: ah ok, en ese caso, estás lista para reír a carcajadas?

M: si claro, de una… qué debo hacer?

Y: pues quitarte tus zapatos, acostarte en la cama.

M: me acuesto boca arriba o boca abajo?

Y: cómo tu prefieras.

M: bueno me acuesto boca abajo y ahora?

Y: te voy a atar las muñecas y los tobillos con estas correas que voy a colocar en cada extremo de la cama y empezamos.

M: ok, esta bien… qué pasa sino aguanto tantas cosquillas?

Y: cuándo vea que no puedes más, yo mismo me detengo.

M: ok esta bien.

Y: antes de empezar, tu prima es cosquillosa?

Me coloqué a la altura de la cintura por un lado de la cama dispuesto a sorprenderla, mientras ella me contestaba la pregunta que le hice.

M: si claro ella es demasiado cosquillosaaaaa… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja…

Manuela empezó a reír a carcajadas y a revolcarse de un lado a otro en la cama, lo único que podía hacer era reír y reír, además de moverse como una culebra de un lado a otro, intentando huir de las cosquillas que estaba recibiendo en la cintura y costillas.

Y: vaya vaya, si que eres cosquillosa… vamos a divertirnos un buen rato…

M: jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja…

Mientras Manuela reía a carcajadas, yo subí un poco a continuar haciéndole cosquillas en las axilas, el cuello, y además seguía torturándola también en las costillas y cintura, la risa de ella era a carcajadas y desesperada.

M: jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja…

Podía darme cuenta de lo hipercosquillosa que era y además daba razón a lo que me había comentado durante la reunión, así que solo me quedaba ver que tan cosquillosa era en las piernas, los muslos, las rodillas, detrás de las rodillas y por supuesto, los pies. Ella lo único que hacía era reír y reír sin parar.

M: jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja…

Después de casi 30 minutos de cosquillas me detuve para que ella tomara un respiro, además debía buscar los demás implementos de «tortura»: los pinceles, las plumas, los peines, los cepillos, las peinillas y unos tenedores (metálicos y plásticos).

Y: lista para el segundo round?

M: nooo…

Y: en ese caso continuemos.

Empecé a hacerle cosquillas en los muslos, Manuela iba con una mini falda pegada a las piernas por encima de las rodillas, así que podía admirar la belleza de sus piernas. Y para mí era mucho más fácil hacerle cosquillas en ambas piernas que estaban atadas juntas en los tobillos.

Manuela comenzó a reír a carcajadas nuevamente apenas empecé a «torturarla» en los muslos.

M: jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja…

Bajé a la parte, de detrás de las rodillas y ahí además de hacerle cosquillas con mis dedos, también utilicé los pinceles y las plumas, la risa de Manuela no cesaba.

M: jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja…

Esta mujer era extremadamente cosquillosa, así que sólo faltaba comprobar que tan cosquillosos eran sus pies, los cuales llevaba pintadas las uñas en color rosa.

Al llegar a los pies, no inicié enseguida, sino que esperé a que tomara otro respiro, me coloqué frente a las plantas de sus pies y tomé dos plumas largas y rígidas y comencé a pasarlas por las plantas de sus pies, la reacción de Manuela no se hizo esperar.

M: en los pies nooooo… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… los piessss… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… nooooo… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… en los pies nooooo… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… los piessss… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja… nooooo… jajajajaja… jajajajaja… jajajaja… jajajajaja… jajajajaja…

Estuve haciéndole muchas cosquillas en los pies, a lo largo de unos 20 minutos con todos los instrumentos que tenía a mi lado: plumas, pinceles, cepillos, etc. Al cabo de ese tiempo, terminé la sesión, procedí a desatarla y conversamos un poco sobre la sesión.

Me dio su punto de vista sobre la misma y decidimos agendar una nueva cita antes de irme de la ciudad de Pereira.

Espero que les haya gustado y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

 

 

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