mayo 12, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Series con Roommate (parte 2)

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 34 segundos

Tiempo después de haberse mudado la primera «roommate», llegó Carolina, una compañera de estudio de Katherine.

Carolina había llegado de la ciudad de Barranquilla a estudiar en Bogotá, también en la Universidad Católica.



Al igual que Katherine, Carolina tenía 22 años, era una mujer de unos 1,68 mts de estatura, cabello castaño oscuro, ojos café, contextura delgada, y muy cosquillosa.

La anécdota con Carolina es muy curiosa, y pasó de la siguiente manera:

Una noche llegué de trabajar y encontré a Katherine en su posición de siempre en el sofá, acostada boca abajo, leyendo, con sus audífonos a todo volumen y los pies levantados totalmente vulnerables, así que ingresé lentamente, me fui directamente a sus pies y le pasé mis dedos de la mano por las plantas cosquillosas de sus pies.

La reacción de Katherine fue inmediata, dio un salto mientras reía.

Katherine: jajajajajajaja… nooooo… que soy muy cosquillosa y tu lo sabes… jajajaja…
Yo: otra vez me diste la oportunidad de hacerte cosquillas… jajajaja…
K: si… no seas malo… jajajajaja… sabes muy bien que no soporto las cosquillas en los pies… jajajaja…
Y: bueno y tu amiga?
K: qué pasa con ella?
Y: dónde está? en su cuarto? o no ha llegado de la universidad?
K: creo que está en su cuarto…
Y: ok..

Katherine volvió a colocarse los audífonos y ademas se acomodó nuevamente en la posición en la que estaba inicialmente antes de que yo le hiciera cosquillas en los pies.

Continué hacia los cuartos, llegué a mi habitación dejé la chaqueta en la cama y salí nuevamente, esta vez golpee la puerta de la habitación de Carolina, sin embargo como no me respondió, decidí verificar si estaba dentro.

Para mi sorpresa estaba acostada boca abajo en diagonal en la cama leyendo unas fotocopias de la universidad, también estaba descalza.

La llamé por su nombre: «Carolina, hola…» y en vista que no me contestaba supuse que estaba con los audífonos puestos escuchando música.

Así que me moví lentamente hacía sus pies y procedía verificar si era o no cosquillosa, para mi sorpresa la reacción de Carolina fue soltar un grito e intentar retirar los pies.

Carolina: hahahahaha…

Caro intentó retirar los pies, pero era demasiado tarde, ya le había tomado fuertemente sus pies y empezaba a hacerle muchas cosquillas.

C: jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj… soooporrrtooooo… jajajajaja… yaaaaa… jajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj… nooooo… jajajajajajajajaj…

Carolina movía los pies de un lado a otro intentando huir de las cosquillas, sin embargo sus esfuerzos eran inútiles, y lo único que podía hacer era reír y reír a carcajadas.

C: jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj… 

Eran tan fuertes los gritos de Carolina a causa de las cosquillas que Katherine llegó a la habitación para ver a que se debían.

Al ver que yo le estaba haciendo cosquillas a su amiga Carolina, Katherine dio un salto a la cama y empezó a «torturarla» en las axilas, las costillas y la cintura, haciendo que Carolina estallara en risas y súplicas…

C: noooooo… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj…  Katherine… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj… por favoooorrr… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj… Katherine… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaj… 

Sin embargo en medio de las cosquillas, Katherine no tubo en cuenta que al montarse encima de Carolina dejó sus cosquillosos pies a mi alcance, así que ya no iba a tener dos pies a merced mía para hacerles cosquillas sino que iba a tener 4 pies hipercosquillosos, así que tomé los pies de Katherine, quien seguía haciéndole cosquillas a Carolina emocionada en las axilas, costillas y cintura.

Apenas empecé la tortura, la risa fue por partida doble y se transformó en un concierto de cosquillas, me senté encima de las piernas de Carolina y Katherine y  empecé a hacerles muchas cosquillas en las plantas de los pies.

C y K: noooooo… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… 

Ambas amigas reían y reían a carcajadas, mientras suplicaban que no les hiciera más cosquillas en las plantas de los pies.

C y K: noooooo… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… noooooo… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaja… jajajajajajajaja… nooooo… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja… jajajajajajajajaja…

Después de cierto tiempo, ya se empezaban a verse un poco rojas las plantas de los pies de Carolina y Katherine, producto de las cosquillas que ambas estaban recibiendo por mí.

Sin embargo, pese a estar desesperada por las cosquillas, Katherine no dejaba de cosquillear a Carolina en las axilas, costillas y cintura… parecía disfrutar hacerle cosquillas a su amiga mientras yo le cosquilleaba los pies a las dos amigas.

Las risas incrementaron cuando tomé un cepillo de peinar que Carolina tenía en su mesa de noche y empecé a pasarlo por las 4 plantas de los pies… las risas se transformaron en alaridos y gritos.

C y K: jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… 
Y: voy a llevarlas al límite, para ver cuánta cosquillas soportan… jajajaja…
C y K: jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… 

Después de mucho tiempo de tortura (no recuerdo cuánto tiempo les hice cosquillas), me detuve y sin embargo Katherine seguía cosquilleando a Carolina.

K: te gusta que te haga cosquillas verdad?
C: noooooo… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… noooooo… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… 
K: le digo a CQ que te haga cosquillas nuevamente en los pies?
C: jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… nooooo… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… 
K: lo disfrutas verdad?
C: jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… 

Pude ver que Katherine disfrutaba hacerle cosquillas a su amiga y no sólo eso, también disfrutaba «torturarla» con frases y preguntas referentes al tema.

Carolina reía y reía producto de las cosquillas que estaba recibiendo por parte de Katherine.

No pude evitar ver a Carolina «sufriendo», así que decidí darle una pequeña ayuda y empecé a cosquillear a Katherine en las axilas y costillas, fue en ese momento que dejó de hacerle cosquillas a Carolina y cayó en la cama revolcándose de la risa mientras yo le hacía cosquillas.

Seguidamente Carolina se armó de valor y saltó a hacerle cosquillas a Katherine.

C: ahora es mi turno de hacerte, ya verás lo que se viene…
K: jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… jajajajajajajajajajaja… hahahahahahahahahaha… 

Yo me levanté y las dejé torturándose entre ellas, mientras salía nuevamente a tomarme un trago en un bar.

Al día siguiente me contaron que estuvieron como una media hora más «jugando» a las cosquillas hasta que cada una se fue a su habitación y continuar con sus estudios.

Firma: CQ



About Author