mayo 13, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Series con Roommate (parte 4)

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 54 segundos

Tiempo después de haberse mudado Katherine y Carolina en un apartamento más cercano a su universidad, quedaron dos habitaciones disponibles, las cuales coloqué en arriendo. La única condición para arrendar las habitaciones es que la persona que tomara el alquiler fuera de sexo femenino.


Al cabo de unos días llegó una mujer joven de unos 23 años de edad, solicitando información sobre el anuncio en el que indicaba que se arrendaba una habitación amoblada.


Al llegar al edificio se anunció en portería y desde allá me llamaron al apartamento, informándome que había llegado la señorita Diana, así que les dije que la podían hacer pasar sin ningún problema. 10 minutos más tarde, estaba sonando el timbre de mi apartamento y al abrir la puerta, la vi…

Yo: hola como estas? supongo que vienes por el anuncio de la habitación, verdad?

Diana: si mucho gusto, me llamo Diana, soy estudiante Universitaria y estoy buscando una habitación amoblada para ocuparla a partir del próximo mes.

Y: mucho gusto Diana, mi nombre es CQ. Sigue y te muestro la habitación.

Diana entró a mi apartamento y nos dirigimos a la habitación que le iba a alquilar. Mientras veía la habitación y le explicaba todo sobre ésta, pude admirar su belleza, pues es una mujer de 1,6 mts de estatura, cabello rubio teñido con raíces oscuras, cuerpo bien moldeado, podía da fe que era generado en gimnasio. Después de conversar un poco sobre la habitación, le pregunté si estaba interesada en mudarse y la respuesta fue positiva.

A los 4 días de esa visita Diana procedió a trastearse, ese día me quedé en casa para ayudarla con el trasteo. Mientras la ayudaba a acomodar las cosas, conversábamos un poco sobre diferentes temas, por ejemplo, a qué se dedicaba, cuántos años tenía, si era soltera o casada o si tenía hijos. Todas sus respuestas fueron cortas, a excepción de cuándo le hice la pregunta obligada de todo fetichista de cosquillas.

Yo: bueno Diana, cuéntame eres cosquillosa?

Diana: cosquillosa? cómo así?

Y: osea tienes cosquillas en alguna parte de tu cuerpo?

D: y eso que tiene que ver?

Y: es una pregunta curiosa, nada mas… (ella no sospechaba lo que le vendría en el futuro a partir de la respuesta a esa pregunta)

D: si claro, como todo el mundo… por qué?

Y: en qué partes tienes cosquillas?

D: en todos lados (Diana ya había entrado al punto de no retorno, así que sería más sencillo poder averiguar que tan cosquillosa era realmente)

Y: interesante… y supongo que debes tener un punto débil a las cosquillas, verdad?

D: si claro.

Y: cuál es si se puede saber?

D: bueno tal y como te dije, tengo cosquillas en todo mi cuerpo, sin embargo mis punto débiles a las cosquillas donde no las soporto son las axilas, las costillas por aquí por la cintura y los pies.

Y: las cosquillas en los pies, son en todo el pie o en alguna parte en especial?

D: la parte de abajo de los pies, aquí en esta parte (se señala el arco) y entre los dedos, pero más que todo la parte de abajo de los pies, es insoportable y muy desesperante la sensación.

Y: interesante… qué harías si te digo que todas esas preguntas son porque me dedico a hacerle cosquillas a mujeres?

D: qué? es en serio?

Y: así es…

D: pero cómo así? osea las obligas? o cómo haces?

Y: ah no, nada de eso, ellas me pagan dinero a mi por hacerles cosquillas.

D: y en mi caso como sería, porque si me preguntaste todo eso, es para hacerme cosquillas o me equivoco?

Y: pues en tu caso es diferente porque tu vives aquí en el apto, así que simplemente sería hacerte cosquillas a manera de juego… jejeje… no crees?

D: bueno te debo confesar algo, sinceramente a mi me gustan y no me gustan las cosquillas.

Y: cómo así? explícame eso…

D: no me gustan porque es muy desesperante y me siento impotente de tanto desespero, y si me gustan porque son muy divertidas.

Y: osea te gusta hacerlas o recibirlas?

D: las dos maneras, aunque me gusta más hacerlas, sin embargo no me opongo con que me hagan cosquillas.

Y: y dónde te gusta hacer más cosquillas?

D: en los pies, siempre y cuando sean extremadamente cosquillosos.

Y: a hombres o mujeres?

D: la verdad me da lo mismo si es hombre o mujer, aunque las mujeres somos más cosquillosas que ustedes los hombres.

Y: es cierto… y dónde te gusta que te hagan más cosquillas?

D: en las axilas y los costados…

Y: y en los pies?

D: en los pies se convierte en una tortura, soy extremadamente cosquillosa y no dejo que nadie me los toque, las únicas personas que me los tocan son la señora que me hace el pedicure y la señora que me hace los masajes.

Y: y cómo le haces en esos casos?

D: ya ellas saben que soy hipercosquillosa y simplemente hacen su trabajo…

Y: osea te hacen cosquillas?

D: demasiadas cosquillas, por ejemplo la señora del pedicure usa las limas y los cepillos para las plantas de los pies y eso se convierte en una tortura, mientras que la señora de los masajes se dedica a mover sus dedos en las plantas de mis pies… jajajajaja… es una tortura…

Y: en serio? no me digas…

Dicho esto me agacho le tomo los pies y empiezo a hacerle cosquillas, la reacción de Diana es inmediata…

D: oye… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja…  noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja…

Diana reía como loca, mientras yo le hacía cosquillas sin piedad en sus pequeños pies, recorriendo cada rincón de sus cosquillosos pies con mis dedos. Mientras Diana reía como loca, producto de las cosquillas que estaba recibiendo en las plantas de los pies, me abalancé sobre ella y comencé a hacerle cosquillas en las costillas, la cintura, las rodillas, las axilas y hasta el cuello.

Diana estaba siendo «torturada» con cosquillas y además estaba en un punto de no retorno, producto de su confesión hacia mí sobre el gusto por las cosquillas; se movía de un lado a otro, movía sus piernas desesperada y con sus manos y brazos intentaba quitarme de encima de ella, mientras reía y reía como loca.

D: jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja…  noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja… noooo… jajajajaja… hahahahaha… jajajajaja…

La «tortura» de cosquillas continuó por cerca de 1 hora, hasta que por fin me detuve y dejé de cosquillearla; les confieso que fue muy divertida la sesión, sobre todo porque Diana es extremadamente cosquillosa, tal y como ella misma me lo confesó antes de la sesión. Espero que esta experiencia les haya gustado y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

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