mayo 13, 2024

Tickling Stories

Historias de Cosquillas. Somos parte de la comunidad en español en Telegram – LTC.

Series con Roommate (parte 5)

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 39 segundos

Después de mudarse Diana al apartamento y convertirse en mi nueva «roommate», coloqué un nuevo aviso, donde indicaba que contaba con dos habitaciones más disponibles para alquilar, cada una con dos camas, de manera que las personas que se mudaran tendrían que compartir habitación.

En total tengo 3 habitaciones adicionales en mi apartamento, cada una con dos camas para alquilar a mujeres.


Nuevamente tomando en cuenta el anuncio publicado en Internet, me escribió vía email, Natalia, una mujer muy simpática, solicitándome información sobre la habitación que tenía disponible.

Natalia es bailarina y actriz de profesión, además dicta clases de yoga y baile a domicilio, y en su tiempo libre ofrece el servicio de niñera. Es una mujer de 1,75 mts de estatura, tez blanca, cabello coto negro, ojos negros y aproximadamente calzado 37. Tiene una particularidad y es que tiene axilas y costillas extremadamente cosquillosas, diría que mucho más que los pies.

Una noche llegué al apartamento, y al abrir la puerta encontré a Natalia sentada en una de las sillas del comedor, entré muy despacio y caminé lentamente hacia el comedor, al estar detrás de ella, metí mis manos por los lados de la silla y le piqué las costillas, la reacción de Natalia no se hizo esperar, dio un salto y estalló en risas suplicando piedad.

Suspendí la tortura, la cual únicamente llevaba solo 5 minutos de cosquillas y le pregunte si era cosquillosa, a lo que ella me respondió que era extremadamente cosquillosa y que su punto débil era esa parte de su cuerpo, desde la cintura hasta las axilas. Yo como buen fetichista de cosquillas y pies, le pregunté si también era cosquillosa en los pies y debo decirles que su respuesta me asombró mucho.

Natalia: tal y como te dije antes, soy muy cosquillosa en todo el cuerpo, en los pies tengo muchas cosquillas pero las puedo controlar, en comparación con las costillas, donde se vuelven una tortura y pierdo el control de una.

Yo: interesante…

N: por qué me preguntas si tengo cosquillas y por qué me preguntas por mis puntos débiles y más por los pies? Acaso eres fetichista?

Su pregunta me dejó un poco extrañado y sin palabras, pero rápidamente reaccioné y me salí por la tangente.

Y: digamos que si y que no…

N: cómo así, explícame.

Y: mi trabajo es hacer sesiones de cosquillas a mujeres, como terapia de relajación y liberación del estrés… por otra parte, trabajo junto con unos amigos produciendo y grabando vídeos de fetiches de cosquillas y pies… y pues siempre estamos buscando nuevas participantes para nuestras sesiones.

N: como conejillos de indias?

Y: digamos que sí…

N: y pagan por eso?

Y: si claro, como en cualquier trabajo…

N: bueno y en caso que me animara a participar, que se necesitaría para eso?

Sabía que había logrado llevar a Natalia al punto de no retorno, lo único era lograr mantenerla ahí y organizar una sesión de cosquillas, antes que se arrepintiera y cambiara de opinión.

Y: lo único que se necesita es ser muy cosquillosa, tener disponibilidad de tiempo y dejarse hacer cosquillas atada de pies y manos en una camilla.

N: cuánto tiempo?

Y: en promedio 30 minutos…

N: sólo cosquillas?

Y: sí, sólo cosquillas, con plumas, pinceles, cepillos y dedos.

N: cuántas personas le hacen cosquillas a uno?

Y: depende, normalmente es una sola persona, en este caso yo… ya si la persona que va a recibir la sesión de cosquillas tiene una fantasía o le gustaría experimentar algo extremo, se programa con tiempo para contactar a las demás personas que colaborarían en la sesión haciéndole cosquillas a la Ticklee (persona que recibe cosquillas).

N: interesante…

Y: por qué? te gustaría participar con nosotros? tienes alguna fantasía?

N: si me gustaría participar y ser cosquilleada al extremo, siempre y cuando sea así como lo describes.

Y: por cuántas personas te gustaría ser cosquilleada?

N: ya estando atada de pies y manos, me da igual si es 1 persona o si son 10, pienso que en esa posición es muy difícil oponer resistencia alguna a una «tortura» de cosquillas como esa que tu describes… no crees?

Y: si tienes razón… entonces no tienes problemas con que se te programe una sesión de cosquillas con múltiples Ticklers (personas que hacen cosquillas)?

N: la verdad no le veo problema, tal y como te dije me gustaría experimentar una sesión de cosquillas extremas y poder ver cuánto es mi tiempo máximo de resistencia.

Y: esto es como una fantasía tuya verdad?

N: digamos que sí…

Y: bueno en ese caso, dime que día tienes disponibilidad?

N: podría ser el próximo viernes?

Y: listo no hay problema, la hacemos aquí en el cuarto de sesiones o en el consultorio, cómo tu prefieras.

N: yo creo que mejor aquí en el apartamento, en el cuarto de sesiones.

Y: listo entonces voy a agendar la sesión…

Procedo a levantarme del comedor para ir a la habitación y ella vuelve a colocarse los audífonos y seguir leyendo, así que cuando eso pasa, aprovecho que se distrae y empiezo nuevamente a hacerle cosquillas en las cosquillas y las axilas, la reacción de Natalia no se hace esperar y nuevamente estalla en risas y carcajadas.

N: jajajaja… noooooo… jajajajajaja… nooooo… hahahahahaha… jajajaja… piedaaaaaddd… hahahahaha… jajajaja… noooooo… jajajajajaja… nooooo… hahahahahaha… jajajaja… piedaaaaaddd… hahahahaha… jajajaja… noooooo… jajajajajaja… nooooo… hahahahahaha… jajajaja… piedaaaaaddd… hahahahaha… jajajaja… noooooo… jajajajajaja… nooooo… hahahahahaha… jajajaja… piedaaaaaddd… hahahahaha…

Eran tantas las cosquillas que la pobre Natalia estaba recibiendo por mi parte que terminó en el suelo suplicando y esto fue aprovechado por mí, porque pude continuar haciéndole cosquillas en la cintura, las rodillas y finalmente los pies. Al llegar a los pies, la risa se intensificó y empezó a moverlos de un lado a otro intentando liberarse, mientras yo le rascaba las plantas de sus pies con las uñas de mis dedos y además, le hacía cosquillas entre los dedos de los pies. Natalia reía a carcajadas y suplicaba que no le hiciera más cosquillas.

N: jajajaja… noooooo… jajajajajaja… nooooo… hahahahahaha… jajajaja… piedaaaaaddd… hahahahaha… hahahahahahaha… jajajaja… noooooo… jajajajajaja… nooooo… hahahahahaha… jajajaja… piedaaaaaddd… hahahahaha… hahahahahahaha… jajajaja… noooooo… jajajajajaja… nooooo… hahahahahaha… jajajaja… piedaaaaaddd… hahahahaha… hahahahahahaha…

Poco a poco, las plantas blancas de los pies de Natalia se empezaban a tonar rojizas producto de las cosquillas que yo le estaba haciendo, mientras ella reía y reía sin parar a carcajadas.

N: hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja…

Me detuve por un momento y fui a la habitación a buscar un cepillo de peinar que siempre utilizo para las sesiones de cosquillas, en mujeres hipercosquillosas en las plantas de los pies, porque quería ver cual sería la reacción de Natalia al pasarle el cepillo por sus plantas hipersensibles.

Al volver a la sala, Natalia aún seguía en el suelo riendo, así que no se dio cuenta cuando fui a la habitación y volví, entonces procedí a tomarle nuevamente ambos pies y los agarré muy fuerte con mi brazo izquierdo mientras que con el derecho empecé a pasarle el cepillo por las plantas de los pies, la reacción de ella no se hizo esperar. Abrió los ojos como platos y empezó a gritar y reír más fuerte.

N: hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja… hahahhahahaha… jajajajajajaja… hahahahahaha… jajajajajaja…

Después de casi dos horas de cosquillas me detuve, me levanté fui a la habitación a guardar el cepillo, volví a la sala y vi que aún seguía en el suelo riendo y tomando aire, así que fui a la cocina a buscar un vaso con agua y se lo traje, Natalia tomó un poco de agua y conversamos un poco sobre la sesión. Lo que más me asombró de lo que hablamos después de la sesión fue que me dijera, que así quería experimentar una sesión de cosquillas y que además estaría dispuesta a repetirla siempre y cuando la próxima sesión fuera atada de pies y manos. Así que amigos, próximamente les estaré contando la sesión de cosquillas con Natalia atada de pies y manos en la camilla de la tortura.

Espero que les haya gustado la historia y nos leemos en la próxima.

Firmado: CQ

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